Flora Tristán, pionera del feminismo y del sindicalismo.
Buscaba una coartada literaria para nuestro viaje a Burdeos este verano. Me gusta seguir los pasos de un libro o de un autor en las ciudades que visitamos; para mí es un atractivo más. Además, me suele proporcionar lecturas colaterales muy interesantes como ha sido en el caso de Flora Tristán.
Era fácil elegir porque hay varios escritores que tienen relación con Burdeos, pero cuando me topé con Florita lo tuve claro. Es un personaje fuera de serie y me he metido de cabeza en su vida y en sus libros.
¿Una mujer pionera en la lucha de los derechos de la mujer y de los trabajadores en la primera mitad del siglo XIX? Pues si, eso fue Flora Tristán. Gran lectora, autodidacta y activista social, pronto tuvo muy claro que la única forma de cambiar las cosas era mediante la organización de los trabajadores y de las mujeres, convirtiéndose así en precursora del socialismo internacional.
Resulta que es ella la creadora de la consigna “¡Proletarios del mundo, uníos!” atribuida siempre a Karl Marx. De hecho, Marx en uno de los libros que escribió con Engels menciona a nuestra Florita como alguien de ideas muy avanzadas.
La vida de Flora Tristán fue difícil, pero apasionante. A mi me ha emocionado. Así que recomiendo la lectura de cualquiera de sus biografías…. Una de ellas es la que Mario Vargas Llosa hace en “El paraíso en la otra esquina”(Alfaguara, 2003), novelando su vida y alternándola con la de su nieto el pintor Paul Gauguin. No tienen mucho que ver, pero resulta curioso.
He leído también su manifiesto “La Unión Obrera”, de una actualidad apabullante a pesar de haber transcurrido casi 200 años. Y me interesó mucho como pasó los últimos años de su vida. Se dedicó a liarla parda. Viajó, sola y enferma, por un montón de ciudades reuniendo a los obreros de las fábricas, tabernas y talleres para presentarles su librito y animarles a que se organizaran para luchar por sus derechos. ¡Podemos imaginar la reacción de patronos, comisarios, gobernantes y clerigalla varia…!! Una mujer valiente donde las haya, murió a los 41 años en Burdeos cuando se encontraba en plena gira de difusión de sus ideas revolucionarias.
En su entierro, el 16 de noviembre de 1844, una comitiva la acompañó a pie desde la Rue Saint-Pierre hasta el Cementerio de la Cartuja: escritores, abogados y obreros siguieron su cuerpo, transportado por hombres que se turnaban a lo largo de todo el camino. Se abrió una suscripción popular para hacerle un monumento y ocho mil personas acudieron a su inauguración en el Cementerio de La Chartreuse.
La ciudad de Burdeos, donde pasó los últimos meses de su vida y donde está enterrada, reconoce su valía. Existe una biblioteca con su nombre y el Instituto Cervantes tiene una de sus rutas dedicada a ella. La casa donde murió, la del matrimonio Lemonnier en la Rue Bahutiers, tiene una placa en la puerta (muy poco visible, por cierto) y allí nos plantamos para tener un recuerdo de nuestro viaje a Burdeos y de Flora Tristán.
Casa de los Lemonnier en Burdeos donde murió Florita |
Algunos libros de Flora Tristán:
- Peregrinaciones de una paria
- Paseos por Londres
- La Unión obrera
Biografías de Flora Tristán:
- Mario Vargas Llosa, El paraíso en la otra esquina, Alfaguara, 2003
- Evelyne Bloch-Dano, Flora Tristán, pionera, revolucionaria y aventurera del siglo XIX, Maeva, 2002
- Jean Baelen, Flora Tristán: Feminismo y Socialismo en el siglo XIX, Ediciones Taurus. 1973
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