miércoles, 13 de marzo de 2019

Tamara de Lempicka, Madonna y mis cajas de plástico


Bisexual, dos continentes, dos maridos… y tres vueltas al mundo 

Tengo cajas de plástico con carpetas donde guardo todo los papeles que traigo de cualquier viaje que haga. Está organizado por carpetas de lugares, así que cuando me he puesto con Tamara de Lempicka he encontrado fácilmente un recorte del suplemento XLSemanal del Diario Hoy de 2015. Allí había una foto de un cuadro de Lempicka a cuento de una exposición que iba a comenzar en la Fundación Juan March de Madrid, El gusto moderno. Art Déco en París 1910-1935. Había quedado fascinada por aquella Joven de verde y me propuse no perdérmela en el siguiente viaje a Madrid.


El gusto moderno. Art Déco en París 1910-1935.Fundación Juan March de Madrid,
Suplemento XLSemanal del Diario Hoy 26 de abril de  2015


Suelo llevarme algunos chascos y en aquella ocasión me encontré con uno. La exposición, interesantísima, pero la Joven de verde no aparecía por ningún lado, ni éste, ni ningún otro cuadro de ella. Pregunté al guía y ya ni recuerdo la excusa que puso para que no estuviera Tamara de Lempicka entre ese despliegue art déco que pudimos contemplar. 

Así que el otoño pasado, cuando subía las escaleras del Palacio de Gaviria de Madrid para ver un montón de cuadros de la reina del art déco, iba pensando que me iba a desquitar. Y así fue porque además de ser interesante su obra, no lo es menos su forma de entender la vida.

Tamara de Lempicka

Tamara de Lempicka


Lo tuvo fácil. Niña rica, de internado suizo y veranos en Italia y en San Petersburgo con su abuela que estaba forrada, no capeó mal la revolución rusa ni las dos grandes guerras. Es la imagen perfecta del movimiento Art Déco y tanto ella como sus modelos, casi todos femeninos, representa a la mujer moderna de los años 20 y 30 que quiere ser emancipada, que hace deporte, fuma, lleva el pelo corto, a lo garçon, y conduce su coche. ¡Todo glamour, elegancia y sofisticación! Me la puedo imaginar en las fiestas de El  Gran Gatsby. Se casó dos veces, tuvo relaciones a docenas y vivió en dos continentes, en un montón de países: Polonia (rusa cuando ella nació en Varsovia en 1898), Rusia, Francia, Italia, Estados Unidos y México donde murió en 1980. 

Visitó España en 1932 y he buscado en la hemeroteca la crónica que un periodista del ABC, Gil de Escalante, hizo de su paso por Madrid y que me ha producido cuanto menos, sonrojo. Titula la columna, La señora extranjera:


Gil de Escalante sobre Tamara de Lempicka  ABC 10-08-1932
Gil de Escalante sobre Tamara de Lempicka ABC 10-08-1932

Me encontré con una dama joven, alta, rubia, bonita. Todo esto me reconcilió mucho más con ella que su arte de pintor de retratos, actualmente muy a la moda en Francia.

Pero a mí, sus retratos me fascinan. Los que le hizo a su hija Kizette, el Autorretrato en un Bugatti verde, tan elegante con sus guantes de piel y su sombrerito cloché. Los desnudos de mujeres, con un claro erotismo, el deseo evidente y esa mirada melancólica o pensativa. 




También fascinó a Madonna, que tiene unos pocos de cuadros de Tamara de Lempicka. Ella dice que tiene todo un Museo Lempicka, aunque sólo son cuatro, que ya los quisiera yo!! y que aparecen en algunos de sus videoclips:

 Madonna, Open your heart, Andromeda  (1928) y La belle Rafaela (1927)



Madonna, Vogue , Nana de Herrera (1929) y  The musician (1929)




Y para colmo, dio tres veces la vuelta al mundo en barco. Eso aún me gustaría más.

No te lo pierdas …


Palacio de Gaviria. Calle del Arenal, 9 Madrid 

Hasta el 26 de mayo de 2019,


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