domingo, 9 de noviembre de 2025

De visita al Parlamento Europeo

Una mañana increíblemente soleada nos aguardaba. No dábamos crédito, esperábamos agua y frio y no tuvimos ninguna de las dos cosas. El frio, no, pero el agua la habíamos dejado en Badajoz. En fin, un regalo que Bruselas nos hizo como si quisiera contradecir su fama de cielos plomizos. Una luz especial se reflejaba en las fachadas de cristal del Parlamento Europeo, que nos invitó enseguida a hacer una y mil fotos; del grupo, de parejas, unos selfies…



Visita al Parlamento Europeo en Bruselas

Que no falte un selfi en la entrada del Parlamento Europeo


Íbamos a visitar el Parlamento de la mano de uno de nuestros parlamentarios, el socialista Ignacio Sánchez Amor. No éramos los únicos que iban de visita, claro, un montón de personas pululaban también por los alrededores. Todo muy serio y muy bien organizado; la acreditación y el acceso al enorme vestíbulo con las banderas de los países que conforman la organización. Y más fotos… No pude evitar sacar mi lado portugués para la foto con las banderas.


No pude evitar mi lado portugués...

Acreditación para acceder al centro de visitantes del Parlamento Europeo
La acreditación bien visible todo el rato


Nuestro anfitrión nos contó, en una charla distendida, los pormenores de su interesante trabajo, una labor que se mueve entre la diplomacia y la defensa firme de los valores europeos. Escucharlo me ayudó a comprender mejor todo el engranaje de la institución -tantas veces puesta en cuestión- como lugar donde se toman decisiones que luego se traducen en derechos que nos protegen o en compromisos solidarios. 


Todo un desafío esto de poner de acuerdo a tantos países, con intereses e ideologías diferentes. Europa no nació hecha, se enfrenta cada día a negociaciones infinitas y discretas de los 720 parlamentarios, con la ayuda de otras muchas personas que hacen el trabajo más fluido; con el convencimiento todos ellos de que hay más cosas que nos unen que las que nos separan.



Hemiciclo del Parlamento Europeo



Entre los trasiegos por los pasillos y las esperas que impone cualquier visita institucional, uno se encuentra con una grata sorpresa: el Parlamento Europeo es también una pequeña galería de arte contemporáneo. Más de quinientas piezas procedentes de cada país de la Unión acompañan el ir y venir de funcionarios, visitantes y traductores. Durante nuestra visita fuimos descubriendo algunas de ellas, cada una con su acento y su mirada. Pero solo fotografié este homenaje a Andy Warhol del eslovaco Marko Blazo de 2007.



Warhol 1, 2007 de Marko Blazo



Pero si hubiera que elegir una pieza que condense la idea de convergencia y movimiento que habita en este edificio, sería la escultura móvil de acero inoxidable que asciende por la escalinata helicoidal. Desde cada punto de vista cambia, se fragmenta o se une, según la luz y la perspectiva del observador. Su autor, el belga Olivier Strebelle, la tituló con acierto Confluences: una metáfora visible de la Unión, con un eje central del que se ramifican formas sinuosas. También ella pedía, inevitablemente, una fotografía.



Confluences, de Olivier Strebelle en el Parlamento Europeo



Cuando salimos, tras las preceptivas fotografías en el hemiciclo, allí estaba aún el sol y el aire olía a hojas secas. De nuevo, grupos de jóvenes se fotografiaban con las banderas al fondo. Era el futuro.


Pilar Otano Cabo

Bruselas, noviembre de 2025