sábado, 20 de julio de 2024

FARRA en Elvas



La palabra farra comparte significado en castellano y en portugués. Em ambas lenguas tiene el sentido de fiesta, juerga, diversión. Y en mi vecina Elvas han utilizado el acrónimo FARRA para uno de los acontecimientos culturales mas interesantes de este verano de 2024. FARRA (Festa da Arte em Rede na Região de Alentejo), que comenzó recibiendo al verano en el mes de junio, está siendo una enorme muestra de arte contemporáneo.


Festa da Arte en Rede na Região de Alentejo


Organizado a partir del MACE (Museu de Arte Contemporânea de Elvas) lleva al visitante a 30 espacios expositivos de la ciudad de Elvas.  Se trata de descentralizar los circuitos artísticos, haciendo salir a importantes colecciones nacionales, tanto públicas como privadas, de las grandes ciudades que ostentan ese privilegio, dándoles otra visibilidad.


En torno a esta FARRA hay numerosas actividades, entre ellas las visitas guiadas como la que tuve la ocasión de asistir el sábado pasado. Fuimos convocados en la puerta del Hotel Vila Galé, que acoge uno de los 30 proyectos del evento. Allí nos esperaba Tiago Candeias, que nos acompañó con extraordinarias explicaciones, que muestran su entusiasmo y su conocimiento del mundo del arte contemporáneo. Gracias, Tiago.



Paiol de Nossa Senhora da Conceição


Además, pude visitar algunos lugares de la ciudad que desconocía, pese a ser asidua visitante de Elvas. El recorrido nos llevó a la Escola Superior de Biociências, al Antiguo Polvorín de Nossa Senhora da Conceição, a la Cisterna da Cidade, al Museu de Arqueología e Etnografía, a la Torre Fernandina (¡con sus escaleritas…, pero con unas vistas increíbles al llegar arriba!), alguna vivienda particular para terminar en el MACE. Mereció la pena y animo desde aquí a que asistan a las siguientes visitas.



366 dibujos de Cabrita Reis con aforismos de João Pinharanda


Como siempre me gusta tirar del hilo literario, en las hojas de sala de cada exposición pude encontrar referencias librescas de los comisarios y de los artistas. Así, encontré a Walter Benjamin, a Cioran, Tolstoi, Cummings,… o a artistas que admiro, como Paul Klee.


El hilo musical apareció en el MACE. Aquí estaban Grace Jones y Patti Smith...



Patti Smith en el MACE. FARRA


Me llamó la atención un cuadro de Sonia Delaunay, Les Jouets Portugais, e como Tiago nos contó la relación de la artista con Almada Negreiros, aquí ando metida en en esa  curiosa historia.


Les jouets Portugais. Sonia Delaunay


Un buen resumen de esta FARRA son las palabras del comisario de la exposición en el antiguo Quartel do Trem. Lourenço Egreja acude al libro de Francesco Carreri, Walkscapes. El andar como práctica estética, en el que ando también metida desde entonces:


“[…] un modo lúdico de reapropiación del territorio: la ciudad era un juego que podía utilizarse a placer, un espacio en el cual vivir colectivamente y en el cual experimentar comportamientos alternativos; un espacio en el cual era posible perder el tiempo útil con el fin de transformarlo en un tiempo lúdico constructivo.”


Así que estaremos de farra hasta el 25 de agosto.


Y la mejor explicación de todo esto la da mi amigo Martín Carrasco en la sección TRAZOS del Diario HOY de Badajoz del día 13 de julio. Martín sabe un montón de todo esto. 





Pilar Otano Cabo

Badajoz (España) 

julio de 2024


lunes, 20 de mayo de 2024

La poética de Lourdes Murillo en su Jardín Imposible


                                                              Me crié en el jardín, tu sabes…

                                                                                                    Emily Dickinson

                                                                                                                 

                                                                                                                                                                                                

Lourdes Murillo ha vuelto a hacernos un doble regalo. Lo es la exposición Jardín Imposible que puede verse en el Hospital Centro Vivo de Badajoz hasta el 26 de mayo. Pero lo es doblemente con las múltiples visitas guiadas que está haciendo estos días. Una de ellas fue a una buen grupo de amigas, amantes todas del arte, en la que pudimos disfrutar de sus explicaciones tal como sucedió hace cinco años cuando nos acompañó a recorrer Lo Indeleble desde su mirada.








En Jardín Imposible, Lourdes nos invita a la intimidad de este jardín particular, a pasear entre los inmensos lienzos que son su reino. Un jardín de las delicias, un edén a pinceladas hecho de cuatro elementos: agua, tierra, luz y amor. Porque un jardín necesita tiempo, dedicación y mucho amor para llegar a ser. El jardín representa el ejercicio de la paciencia, del reposo y de la humildad, que ella traslada al proceso de creación de su pintura.


                       fotografía de @Encarna Poch
                                     


La belleza del jardín de Lourdes Murillo proporciona paz, quietud y calma. He visitado la exposición varias veces, algunas de ellas sin compañía; no había nadie, ni un ruido. Y en ese silencio del entorno, los lienzos con parterres, acequias o cascadas … se volvían ventanas abiertas, a través de las cuales se podía escuchar el sonido del agua, el zumbido de una abeja, enredando las columnas del patio que acoge la exposición; mientras el  camino empedrado del suelo de la sala ayudaba a envolver al visitante en la magia de la pintura.




                                        


                        Las palabras pintura y poética contienen el mismo número de letras


Porque en la magia de la pintura de Lourdes Murillo hay una poesía especial. Las cartelas en madera con los títulos oportunamente escogidos contienen palabras sonoras, preciosas y precisas. En el exquisito catálogo aparece la definición de cada, de una gran belleza. Entre ellas me ha parecido especial la palabra pasadera, de la que dice: Cada piedra puesta para atravesar los regatos. Me atrevo aquí a incorporar un detalle a esta definición. Un diccionario de los años 30 que tenemos en casa añade …“a pie enjuto”. Andar “a pie enjuto” es andar sin mojarse los pies por un sitio donde hay agua. Yo no lo sabía y me ha parecido precioso. 



El maravilloso bordado con el título de la exposición es la representación de su trabajo, su otro jardín particular en el que esa parcela de tela cuasi baldía es abonada, trabajada, reparada que germina hasta dar como fruto el precioso panel con el título de la exposición: Jardín Imposible. Imagino a la pintora metida en un jardín primoroso de agujas e hilos, que contrasta con las manos manchadas de pintura manejando esos lienzos enormes de casi dos metros de altura…


 

Este jardín imposible me ha llevado a mi infancia -Lourdes siempre lo hace-, a las plantas que las mujeres de mi familia cuidaban con esmero y dedicación, con amor, en el escaso terreno de que disponían; a las cajas con hilos de colores, a los bastidores, a los paseos … 


Gracias, Lourdes.


Jardín Imposible

Sala Vaquero Poblador. Sede El Hospital Centro Vivo

Diputación Provincial de Badajoz

5 de abril a 26 de mayo



lunes, 10 de abril de 2023

Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época

Va a hacer un año, en mayo de 2022, que mi amiga Carmen me hizo un regalo. Uno especial, de los que hacen tejer hilos invisibles entre las personas. 

Cuando llegué a su casa, Carmen tenía en la mesa de su salón toda la artillería pesada con la que estaba trabajando y que iba a compartir conmigo. De su abuelo, el admirado Adelardo Covarsí, se ha hablado mucho y se ha escrito más, pero lo que estaba sobre aquella mesa abría otra interesante ventana. 

En primer lugar, por la historia inesperada que había detrás de todas aquellas maravillosas revistas que tenía ante mis ojos. Había sido uno de esos asombrosos hallazgos que a veces ocurren y nos maravillan y que con el que Carmen Covarsí se había topado al deshacer la casa de su madre. ¡Qué momentos más difíciles son esos en los que tienes que decidir qué hacer con los recuerdos de toda la vida de tus mayores! 

Pues bien, podía parecer algo sin importancia, podía haber pasado desapercibido; era sólo una bolsa, una bolsa con papeles sin un aspecto especial, ni un aviso que dijera: ¡Atención, tesoro! 

Porque, efectivamente, lo que la nieta de Adelardo Covarsí había encontrado  en la casa de su madre era un auténtico tesoro, un valioso hallazgo no sólo para la familia, sino también para el amplio mundo del arte. Eran revistas, publicadas durante los primeros años del siglo XX, en las que se reseñaban, con infinitos elogios, muchas de las obras del pintor. Publicaciones, además, de una extrema calidad, tanto de impresión como de contenido. Con la curiosidad de contener anotaciones y comentarios escritos a mano por el propio reseñado. 

Allí anduvimos las dos, mano a mano, leyendo esas crónicas maravillosas de la pintura del Adelardo Covarsí de la época. Sentí tal respeto hacia esa intimidad que no fui capaz ni de hacer una foto y, al salir de su casa, casi no recordaba los nombres de las revistas. Eso era lo menos importante. 

Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época
(
Catálogo)

Me emocionó, sobremanera, que Carmen quisiera compartir conmigo tal hallazgo, esa parte de la íntima memoria familiar. Y, ahora, un año mas tarde, todos podemos disfrutar de esas publicaciones en la exposición que se inauguró el 17 de marzo en el MUBA (Museo de Bellas Artes de Badajoz): Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época.

La exposición está increíblemente bien montada. Podemos ver una importante selección de aquellas publicaciones, acompañadas por las obras que ilustran los artículos. Obras procedentes del mismo MUBA, de la colección de la Asamblea de Extremadura, así como de colecciones particulares, tanto de familiares como de personas ajenas a la familia. A lo largo del recorrido podemos apreciar las numerosas publicaciones en las que se elogia a nuestro protagonista. Están todas las de la época: Vida Artística, Mundo Nuevo, El Año Artístico, Arte y Sport, La Ilustración Española y Americana, Por esos Mundos, La Esfera, ABC, Blanco y Negro…. 






Están los catálogos de las exposiciones en las que participa en Madrid, Barcelona, Londres, París o Buenos Aires; así como las medallas que consigue. Imposible detallar todo aquí, en unas pocas líneas, les invito a visitar la exposición para comprobarlo. Merece mucho la pena, yo he aprendido y disfrutado mucho con ella. 

Hay una parte de la exposición que me ha emocionado. Es la que cuenta la afición de Adelardo Covarsí por las postales. Ya he contado alguna vez como me gusta enviar postales a los nietos desde los lugares a los que viajamos, así que la costumbre del pintor de enviar postales a su familia me interesó sobremanera. Son tarjetas postales de las obras de arte que visita en diferentes ciudades europeas, con interesantes anotaciones. Al volver a España, confeccionaba álbumes con todas ellas, álbumes que podemos ver en la exposición.  

El círculo se cerró perfectamente la otra mañana. Hace unos días, tomando un café, Carmen me ha hecho otro emocionante regalo: página a página hemos estado comentando el catálogo de la exposición. He aprendido de la vida de Adelardo Covarsí, de su mundo, de sus actividades, de su familia, de sus viajes, de su obra… Un catálogo muy completo y muy bien documentado.


Una curiosidad. Abre la exposición un cuadro titulado España, 1935 y que cuando se lo encargó la Diputación Provincial se llamó Alegoría de la República. Junto al cuadro se exhibe una fotografía con los colores que tendría la  bandera antes de ser retocada en 1936...

España, 1935 o Alegoría de la República
España, 1935 ( Alegoría de la República en su nombre original)


Solo me resta agradecer a Carmen Covarsí Rojas la excelente iniciativa y el gran trabajo que ha llevado a cabo. Gracias también al MUBA y a Víctor Martín. La exposición estará abierta hasta junio. No se la pierdan. Del 17 de marzo al 04 de junio de 2023.


Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época


Pilar Otano Cabo. 

Badajoz, marzo de 2023


viernes, 24 de marzo de 2023

Algo más que un hotel en Atenas

Cuando preparo un viaje, acudo a algunos escritores de cabecera que nunca fallan. En este caso, en nuestra escapada griega de 2023, Manu Leguineche me había contado al oído historias fabulosas del Hotel Grande Bretagne, en Atenas.


El hotel no está en absoluto adecuado a nuestro presupuesto, pero la historia que encierran sus paredes es muy interesante porque son, al tiempo, pequeñas historias e Historia con H mayúscula. Así que ¡había que ir!


Hotel Grande Bretagne en la Plaza Syntagma de Atenas
Hotel Grande Bretagne
 Plaza Syntagma de Atenas

Leyendo esas páginas de Hotel Nirvana. La vuelta a Europa por los hoteles míticos y sus historias he aprendido algo más sobre Grecia. Dice Manuel Leguineche que aquí han nacido y caído gobiernos; y por el Grande Bretagne han pasado demócratas y dictadores, estadistas y aventureros. Los periodistas, si pegaban la hebra y aguzaban el oído, encontraban noticias jugosas que enviar a sus periódicos. Nido de espías, ha vivido la ocupación nazi y ha acogido refugiados de alto standing bajo la protección de las tropas británicas. Allí se han celebrado bodas y entierros muy reales. El Grande Bretagne era terreno neutral, algo por encima de los partidos. Leguineche dice que es algo más que un hotel.


Pues a lo que iba. Con estos mimbres lectores, íbamos un domingo de marzo a “intentar” entrar en el hotel. Son estrictos a la hora de permitir el paso a los turistas/mirones, pero había que intentarlo. No pretendía tomar el sofisticado coctel Grande Bretagne, claro: angostura, una tercera parte de ginebra, dos terceras partes de aguardiente de albaricoque y una gota de jugo de limón. Pero, al menos, un cafelito.


Pero no pudimos ni intentarlo. El hotel estaba casi blindado. Una vez más, el Grande Bretagne estaba siendo testigo de la historia de Grecia. El terrible choque de trenes ocurrido unos días antes había llevado a los griegos a la indignación total y a masivas protestas por todo el país. En Atenas, la Plaza Syntagma es la que acoge siempre las manifestaciones y aquí, justo, es donde está nuestro protagonista. Así que lo único que conseguimos fue respirar el humo que los antidisturbios emplearon para disuadir a los rezagados de la protesta. Aunque he de decir que hemos visto unas pocas de manifestaciones esos días tanto en Atenas como en distintas ciudades griegas y todas han sido muy pacíficas.



Manifestación en la Plaza Syntagma de Atenas
Manifestación en Patras (Grecia) por el choque de trenes


En fin, que ante esa tesitura pensé en una mujer que fue asidua del hotel, la gran Melina Merkouri. Así que aquí ando, a ver alguna de sus películas que, por cierto, están en YouTube. Empezaré por Nunca en domingo (1960) para escuchar el clásico Los chicos del Pireo.




El Grande Bretagne ha visto discurrir por sus salones la historia moderna de Grecia al lado de Syntagma, la plaza de las tres mil sillas, junto al palacio real. El edificio ocupa un amplio chaflán de la plaza, con sus balaustradas policromas de hierro forjado. Es el ágora, con sus sillas y sus quioscos, una institución griega, ese quiosco cajón de sastre en el que el viajero puede encontrar de todo.

                                                                                                   Hotel Nirvana

                                                                                                            Manuel Leguineche (1999)



Pilar Otano Cabo

Badajoz (España) 

marzo 2023


domingo, 15 de enero de 2023

Una Premio Nobel en mitad del campo



También busqué coartadas literarias en nuestro viaje a Suecia del último verano, el de 2022. Digo coartadas, en plural, porque hubo alguna más, además de esta Premio Nobel de Literatura que traigo aquí hoy (la primera mujer en obtenerlo, en 1909). Y como me gusta conocer las casas de los escritores, teníamos la de Selma Lagerlöf en nuestra lista de lugares a visitar.


Mårbacka, la casa de Selma Lagerlöf
Mårbacka, la casa de Selma Lagerlöf.
 Premio Nobel de Literatura en 1909.


Y sí, la casa de Selma estaba en mitad del campo 


Estábamos cruzando Suecia de este a oeste, desde Estocolmo a Goteborg en el coche que habíamos alquilado. El objetivo era pasar unos días en esa parte del país que con frecuencia queda fuera de los circuitos turísticos no suecos.


Hicimos un montón de paradas, estableciendo el alojamiento intermedio en Karlstad. Fue desde allí, por carreteras más que secundarias, desde donde fuimos a Mårbacka, la casa de Selma Lagerlöf. Es una casa de madera, no demasiado grande y cuando nos contaron su historia me pareció una casa bumerán. 

Me explico, esa es la casa donde Selma nació y vivió hasta los 23 años, momento en que fue a estudiar a Estocolmo. Cuando murió su padre, la familia se vio obligada a vender Mårbacka. Sin embargo, cuando Selma tuvo éxito como escritora y ganó el Nobel dispuso de  suficiente dinero para comprar tanto la casa, como las tierras a su alrededor. Vamos, una casa de ida y vuelta. Le honra.


Su escritura


De su obra sólo conocía “El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia” (1906-1907). Son dos tomos que tenemos en casa, de una colección de Planeta de 1987 que se llamaba “Biblioteca mundial de grandes aventuras”. Era una colección de lecturas juveniles muy interesante. Parece que fue una especie de texto escolar para que los niños de la época aprendieran la geografía de Suecia. Ahora hay una edición ilustrada preciosa.




¿Será Martín el ganso que nos recibió en la entrada de la casa?


Martín es el ganso que acompaña a Nils en su viaje por Suecia
"El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia".
                                             Biblioteca mundial de grandes aventuras. Planeta.

                                          


Antes del viaje pensé leer algo más, pero cuando buscaba en la Biblioteca Pública de Badajoz “La saga de Gösta Berling” encontré la peli, muda, de 1924. La traje a casa porque me llamó mucho la atención que la protagonista fuera Greta Garbo, desconocida por aquel entonces. Esa copia en DVD es muy mala, pero en YouTube se puede ver con más calidad. 


Volviendo a la casa, a Mårbacka


Hicimos la típica visita guiada y fue muy interesante porque aprendí que Selma Lagerlöf, además de escritora de éxito, gestionó la granja de Mårbacka con muy buena mano. Dio trabajo a muchos lugareños, quienes tenían derecho a un seguro de salud y de pensión. 


Exposición de la vida y obra de Selma Lagerlöf, en Mårbacka


Debo admitir que una de las cosas que más me gusta de las casas son las cocinas. Son el corazón de una casa. En la cocina de Selma disfruté con la AGA que tanto me gusta. Debía ser una de las primeras que se fabricaron, regalo de su inventor en 1912, otro premio nobel sueco, este de física, Gustaf Dalén. Se siguen vendiendo ahora estas cocinas, estando muy de moda en los países nórdicos y a mí no me importaría tener una, -¡pero tienen un precio!-. 


La cocina de Mårbacka, con su magnífica AGA.
(foto de la web de M
årbaka)

También podíamos hablar de lo que le gustaban todas la novedades tecnológicas de la época, como el aparato de radio que tenía en su salita de estar. O de su implicación en política, en movimientos feministas. Tuvo que ser alguien muy especial.


Y no quiero terminar sin contar que fue en la cafetería de Mårbacka donde tomamos la cerveza menos cara de todo el viaje a Suecia. Digo “menos cara” porque la palabra “barata” no existe en ese país. 


Cafetería de Mårbacka, la casa de Selma Lagerlöf, Premio Nobel de Literatura en 1909


Pilar Otano Cabo

Badajoz (España), enero de 2023


domingo, 11 de septiembre de 2022

La Mano


Ahora no consigo recordar dónde lo había sabido, pero tenía esa mano anotada en la lista de lugares a visitar en Estocolmo: La mano, así en español. Así que el primer día, después del paseo de reconocimiento general de la ciudad, nos pusimos a buscarla.



La mano



Como en Estocolmo todo va de islas y de puentes, allá que recorrimos la Gamla Stand (la Ciudad Vieja) donde está la Stortorget, esa plaza tan bonita que vemos en las guías, en las postales y en los magnetos del frigorífico —yo me traje el mío, claro—. Andan también por allí el Palacio Real y el Museo Nobel. En fin, ya habíamos paseado todas sus calles, atestadas de gente, y nos dirigimos a otra de las islas, al barrio de Södermalm, donde estaba La Mano.


Stortorget


¿Y qué tiene de especial esta escultura de granito de cuatro metros de altura?


Es el homenaje a los suecos que participaron en las Brigadas Internacionales para defender la República Española durante la Guerra Civil. Una tercera parte, de mas de 500, murieron en suelo español. Fue una iniciativa de la Asociación de Voluntarios Suecos de España en 1977 y está colocada en la Katarinavägen, en un lateral del barrio de Södermalm, antiguo barrio de trabajadores convertido ahora en barrio bohemio de diseñadores y artistas. 


Pero La Mano le da la espalda al barrio, mira para el agua, para las otras islas. Hay que subir una buena cuesta, por eso es uno de los lugares con mejores vistas de la ciudad. También por eso merece la pena. 


Si tienes curiosidad por saber más acerca de esta mano, este artículo de El Plural lo cuenta con todo detalle. Y en este vídeo se profundiza un poco más sobre el tema de los brigadistas suecos en la Guerra Civil. Es un acto que tuvo lugar en el Instituto Cervantes de Estocolmo en mayo de 2022: 





Por cierto, igual que Sebastian Bergman anduvo rodeando nuestro hotel, la sede del Instituto Cervantes estaba a dos calles del mismo. Allá que fuimos una mañana a preguntar por La Mano, pero estaba cerrado por vacaciones… 


Pilar Otano Cabo

Badajoz, agosto de 2022


jueves, 8 de septiembre de 2022

Carambola lectora en Estocolmo

La serie Bergman


Mi amiga Mavy Pajuelo estaba detrás de mí desde hacía ya casi dos años para que leyera la serie de novelas que tienen como protagonista al psiquiatra criminal sueco Sebastian Bergman. Entonces, por lo que sea, no estaba muy motivada, pero lo recordé hace unas semanas y me puse a ello. Adictivas y muy recomendables. Eso sí, para quien le guste este género, entre las que me incluyo. Estas están muy bien escritas, con tramas que recorren los problemas de la sociedad del momento —como debe tener toda buena policíaca que se precie— y con unos secundarios maravillosos. 


Ya las había empezado cuando decidimos que el viaje de este agosto de 2022 iba a ser a Suecia, así que ¡clavado! Cuando llegamos a Estocolmo estaba terminando la número cuatro de la serie y ya había decidido dejar las tres restantes para más adelante, porque lectura sueca llevaba para dar y regalar. Eso sí, llevaba anotada la “supuesta” dirección en la que vivía nuestro personaje, el tal Sebastian Bergman, el nº 18 de Greg Magnigatan. Allá que fuimos, dando un poquito de rodeo la mañana en la que íbamos a visitar el Museo del barco Vasa, una especie de Titanic sueco. Misión cumplida.


Nº 18 de Greg Magnigatan 

Pero… como todas las novelas de la serie tienen un final sorprendente que te incita a comenzar la siguiente, fue eso, exactamente lo que me ocurrió. Y en los días que anduvimos recorriendo el centro de Suecia hasta llegar a Gotemburgo combinaba lecturas, siempre echando mano de la novela número cinco, Castigos justificados

Y aquí viene una de esas carambolas que me suelen suceder en los viajes … ¿Me buscan? ¿Las busco? No sé, la cosa es que aparecen y me encanta.


Pues bien, a la vuelta a Estocolmo, leyendo en el hotel las páginas finales de Castigos justificados, me doy cuenta de que en una trepidante escena final, nuestro personaje al volante de un Audi negro hace un peligroso recorrido justo alrededor de nuestro hotel. Desde nuestra ventana veía el Waterfront, un centro de Congresos espectacular, desde donde sale el vehículo.  Lo veo  —bueno, lo imagino— recorrer la calle Klarabergsgatan. Rodea el hotel porque es imposible seguir por la Klarabergsgatan, la enorme avenida donde están los grandes almacenes Åtlhéns —como nuestro El Corte Inglés— y la plaza Sergels Torg  —que tiene un pinganillo/monotito que se ilumina de noche—. La Estación Central, la Klara Kyrka y por fin, la ensenada de Riddarfjärden. Casi todo a la vista desde nuestra ventana. ¿Una tontuna de las mías? ¡Pues sí! Pero adoro todas ellas. Así que el último paseo antes de la vuelta a casa fueron cada uno de esos lugares que había visto desde una novena planta.


Waterfront, Palacio de Congresos en Estocolmo
junto a la ensenada  Riddarfjärden


Y en mi manía de preguntar en las librerías, pregunté por esta saga y en una de ellas me mostraron la más reciente, la número siete. En sueco, claro. Pero cometí el error de hacer foto a la contraportada y ponerla en el traductor de Google. Al ver el giro que había dado la historia, me vi “obligada” a leerla. En español, por supuesto. Aquí ando ahora, dando buena cuenta de Verdades enterradas.


Verdades enterradas (Som man sär)
                                                                    Serie Bregman nº 7


Una última curiosidad, los autores —Hjorth & Rosenfeldt—, son guionistas de series televisivas. El primero, Michael Hjorth, de Los crímenes de Fjällbacka, de Camila Läckberg, y algunos capítulos de la versión sueca de Wallander, de Henning Mankell. 


Las otras dos manos de la saga son de Hans Rosenfeldt, guionista de una interesante serie, El puente —Bron/Broen—, que está ambientada entre Malmö y Copenhague. Luego la copiaron en Estados Unidos, The Bridge, y en Francia, The Tunnel


Pilar Otano Cabo

Agosto 2022