martes, 24 de noviembre de 2020

Divulgación científica y poesía en Portugal

Hoy, 24 de noviembre, se celebra en Portugal el Dia Nacional da Cultura Científica. Me parece una idea excepcional. En todas las escuelas se realizan experimentos científicos y exposiciones con los trabajos de grupo que hacen. En las principales ciudades del pais, hay coloquios y sesiones de divulgación científica para despertar en la población el interés por la ciencia.


Esto se celebra desde 1996 y viene a cuento porque tal día como hoy nació un tipo muy especial. En el mundo de la educación se le conoce por su nombre real, Rómulo de Carvalho. Fue profesor de Física y Química en el Liceu Camões y un entusiasta divulgador de la ciencia.


Pero a mí me gusta casi más su otra mitad, la mitad poeta; como poeta fue António Gedeão y adoro su Piedra Filosofal. Son esos versos que te hacen sentir bien y con ganar de vivir. Te hacen pensar que hasta llegar donde estamos muchos hombres y mujeres han hecho grandes cosas…


¡Y qué decir de la maravillosa versión que de este poema hizo Manuel Freire…! No me canso de escucharla. Estos últimos versos me emocionan: son ciencia, sentimiento, lucha y esperanza:


Eles não sabem nem sonham

Que o sonho comanda a vida

E que sempre que um homem sonha

O mundo pula e avança

Como bola colorida

Entre as mãos de uma criança.





Pilar Otano Cabo

Badajoz, 24 de noviembre de 2020

 

sábado, 26 de septiembre de 2020

Un asturiano y un portugués


                                                                                … en la Patagonia chilena

Mas bien tendría que haber dicho un español y un portugués, pero iba a sonar a chiste y lo que voy a contar me parece serio. 

Son dos Josés, uno asturiano de Avilés; el otro, portugués de Vila Nova de Gaia los que coincidieron en el sur de Chile, en un momento duro de su historia, el de la llegada de un grupo de europeos que se hizo dueño del cotarro en la Patagonia.

A la vuelta de nuestro viaje a Chile, escribí un montón de cosas que me habían interesado del país. También de Punta Arenas, lugar al que en el último cuarto del siglo XIX llegaron José Menéndez y José Nogueira. Cada uno por su lado, eso sí, habiendo sido el portugués el que había llegado antes. Punta Arenas me pareció especial; en el momento de nuestro viaje ostentaba el título de “ciudad feliz”, con lo que estuvimos de acuerdo. Allí comencé a conocer esta historia de reparto de tierras, de enriquecimiento rápido de unos pocos y del genocidio llevado a cabo con los pueblos originarios. El asturiano José Menéndez estaba en la cabeza de la lista de los favorecidos, acumulando tierras en condiciones inmejorables, sin el menor respeto por la legalidad, habiendo sido la mayoría de estas tierras propiedad de los indígenas aónikenk. 



Todo esto lo conocí leyendo la excepcional biografía, Menéndez, rey de la Patagonia,  que otro asturiano, José Luis Alonso Marchante había publicado poco tiempo antes y que compré en una bonita librería de El Calafate. Es una biografía muy especial para mí, porque pone sobre la mesa todas las cartas. No sólo da la palabra a los grandes propietarios, sino que se la da también a las mayorías silenciadas que nunca la tuvieron; indígenas, jornaleros o emigrantes. 

Hoy traigo todo esto aquí porque he sabido de la biografía del otro José, de José Nogueira. La periodista portuguesa Mónica Bello ha publicado hace muy poco “A vida extraordinária do português que conquistou a Patagónia”. Es la historia de este navegante portugués, que salió de Gaia con 12 o 13 años a bordo de un navío para huir de la miseria y que llegó a Punta Arenas a los 28, en el bergantín Rosales, como modesto agente comercial  de una firma de Buenos Aires para cobrar la deuda pendiente de un cliente, donde se quedó. En Punta Arenas hizo fortuna, se creó amigos, rivales y um imperio, hasta llevar su nombre una de las calles principales de la ciudad. Fue a la par con el otro José, el Menéndez, en los asuntos de hacerse con tierras a toda costa.

 



                                                    Editorial Temas e Debates

Desconozco los detalles, así que para comprobarlo, me gustará leer esa “vida extraordinaria” que ha escrito Mónica Bello y de la que sólo tengo noticias por una magnífica entrevista que le hicieron en el programa de radio de RTP “Encontros Imediatos”.


Pilar Otano Cabo

Badajoz (España) septiembre de 2020

martes, 16 de junio de 2020

Bloomsday, el Dublín de Joyce


Paseando de la mano de Leoplold Bloom

Hoy es el día grande de James Joyce, el Bloomsday. Dublín se echa a la calle y festeja su enorme Ulysses cada 16 de junio. Lo de Bloomsday viene de Leopold Bloom, el personaje central de la novela y lo del 16 de junio porque un tal día de 1904 es cuando se desarrolla la acción del Ulysses. Todos los años, Dublín se llena com mil cosas que hacer; este año, todo es diferente como en todas partes, pero ya estoy comprobando que no se van a cortar un pelo por el montón de actividades virtuales que han programado.

Un paseo de la mano de Leopold Bloom


Seguir el trayecto que hizo Leopold Bloom ese día es algo que los frikis de los libros, entre los que me incluyo, llevan en su plan para visitar Dublín. El verano pasado desempolvé una “Walking Tour Guide to Ulysses” que me estaba esperando hacía años (¡desde 1998 ya llevaba años…!). Así que recorrimos Dublín con esos ojos. No falto, por supuesto, una cerveza en el Davy Byrne’s, en el 21 de Duke Street (desde el minuto uno, tomamos partido por la Smithwick’s de Kilkenny; sorry Guinness).

Tampoco faltó la visita a la Sweny’s Farmacy, donde nuestro paseante compró un jabón de limón de cuatro peniques. Yo también compré uno y pasé un buen rato en ese minúsculo local lleno de libros y trastos con el tema Joyce. Parapetados detrás del mostrador, un grupo de adoradores del Ulyses lo leían por turnos, ofreciendo a los visitantes conversación, té, pastas y un libro para participar en la lectura colectiva.
James Joyce, Ulysses
Sweny’s Farmacy, lectura del Ulysses sin pausa
A la vuelta de recorrer parte de la isla nos alojamos cerquita de Sandycove, escenario del primer capítulo. Así que era obligatorio ir a la Torre Martelo de Sandycove (hay muchas torres martelo como esta) para recrear el comienzo de la novela y visitar el James Joyce Museum. Lo gestiona un grupo de voluntarios que lo hacen muy bien. La visita, las explicaciones y la conversación con la persona que nos atendió fueron muy interesantes (gracias, Fabio). Tienen muchos objetos y libros relacionados con Joyce. Es un museo pequeño (la torre no tiene demasiado espacio) pero muy completo. Merece la pena la visita.



Dejamos atrás muchos otros lugares, pero es que varios día nuestros no alcanzan el día de Leopold Bloom, ese 16 de junio de 1904. Para la próxima. Y hoy, atenta a todas las movidas online del Bloomsday.

Pilar Otano Cabo
Badajoz, 16 de junio de 2020

domingo, 8 de marzo de 2020

Asombro en Egipto

No olvidaré nunca la primera impresión que tuve al ver el palacio de Karnak. Me pareció una mansión para gigantes, donde debían de servirse, en platos de oro, hombres enteros asados como alondras.


Son palabras de Flaubert, de sus Cartas de Egipto. La impresión que tuve al entrar en Karnak se parece bastante a estas palabras. Su viaje fue en 1850, el nuestro hace unas semanas. Supongo que su asombro sería mayor estos días porque por aquel entonces todo andaba a medio destapar, era la furia del descubrimiento de Egipto del siglo XIX. Hoy le hubiera asombrado, también, los cientos de turistas pululando entre las inmensas columnas, que a él le hubieran parecido hormiguitas de los gigantes. 

Sala hipóstila. Templo de Karnak. Egipto



A la vuelta de nuestro viaje a Egipto, todo el mundo nos hace la misma pregunta: ¿Qué os ha gustado más? Qué difícil me lo ponen. Cada día, en cada nueva visita, pensaba que aquello era lo más. Una maravilla… Pero llegábamos al siguiente templo, al siguiente hipogeo, a la siguiente pirámide… y dejábamos atrás nuestro último asombro. 

Templo de Karnak. Egipto
Templo de Karnak (Luxor)

Me han impactado las pinturas de los enterramientos del Valle de los Reyes. Es como si entraras en un túnel del tiempo, donde todos esos personajes te rodean, te hablan al oido y te cuentan historias increíbles. Parecen hechas de ayer por la tarde, frescas como si se fueran a borrar si las tocas. 

Valle de los Reyes
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He buscado en todas la paredes de los templos y de las tumbas pinturas y bajo relieves de plantas, flores y perfumes. Era como una especie de juego en cada visita y era de lo mas sencillo porque estaban por todas partes. Papiros y lotos en las columnas, en sus capiteles, pero también en las paredes, pintados o esculpidos. Lirios, acacias y unos envases monismos para los perfumes. Hasta el proceso de destilado de los perfumes me lo contaron esas paredes. Mágicas paredes que siguen hablando desde hace miles de años. Me contaban lo importante que era el aseo personal y el papel de los perfumes en los rituales religiosos y funerarios. Lo que no me han contado ha sido a qué olían los esclavos que porteaban a todo aquel exquisito personal. Supongo que no tan bien. No sé…

Templo de Horus. Egipto
Templo de Horus (Edfu)



 Pilar Otano Cabo
Badajoz, febrero de 2020

jueves, 5 de marzo de 2020

La primera mujer que votó en Portugal

Portuguesas com M grande es un libro muy a propósito para estos días de marzo. Lo escribe Lúcia Vicente y lo ilustra Cátia Vidinhas. Nos presentan a un buen grupo de raparigas portuguesas luchadoras, independientes y libres que ayudaron a cambiar el mundo.

Me he fijado especialmente en una de ellas, Carolina Beatriz Ângelo (1877-1911), toda una feminista en Portugal de comienzos del siglo XX. Ejerció la medicina, siendo la primera mujer que operó en el Hospital de São João. Tuvo una actividad política y social de lo más intensa. Defendió las ideas republicanas y el divorcio, luchó por el derecho al voto de las mujeres y por la igualdad de deberes entre hombres y mujeres.  Participó muy activamente en la puesta en marcha de la República portuguesa en 1910. Tuvo que ser una gran peleona. 





Beatriz Ângelo fue la primera mujer que votó en Portugal

La ley que llevó a las urnas a los portugueses por primera vez el 28 de mayo de 1911 daba derecho al voto a los “ciudadanos” portugueses, mayores de 21 años, que supieran leer y fuesen cabeza de familia. Beatriz lo tuvo claro, con 23 años, viuda con una hija, cumplía los requisitos. Así que se puso manos a la obra. No fue sencillo, porque no querían incluirla en el censo y tuvo que recurrir a los tribunales para que le dieran la razón. 

Y votó, claro que votó. Se levantó todo un revuelo internacional, Portugal se había convertido en un país pionero del sufragio femenino. Beatriz recibió montones de cartas y telegramas de felicitación. Eso sí, tardaron poco en cambiar la ley, añadiendo a la ley las dos palabras mágicas “sexo masculino" … y fin de la historia. Así no se les colaba otra mujer. 

Hubo cambios en la ley con los años, pero no fue hasta 1975, después del 25 de abril que fueron eliminadas todas las trabas habidas para las mujeres. 

Beatriz Ângelo murió ese mismo año, a los pocos meses, de un ataque al corazón. ¡No me extraña!



















Portuguesas com M grande
Lúcia Vicente
Cátia Vidinhas (ilustradora)
Editorial: Nuvem de Tinta
 octubre  de 2018


Pilar Otano Cabo
Badajoz (España) marzo de 2020

jueves, 30 de enero de 2020

El arte de Buñuel


Poco, o nada, hay que añadir acerca de “Buñuel en el laberinto de las tortugas” a estas alturas después del Goya que ha obtenido. Tengo que empezar diciendo que me gustó mucho la película. Admitiendo, también, que no soy muy aficionada al cine de animación de adultos, contribuyo a confirmar lo que se ha escrito estos días en la prensa acerca de la escasa taquilla que tienen. Si se añade a esto lo mucho que cuesta hacer una peli de animación, en tiempo y dinero, es fácil comprender el ínfimo número de ellas que hay en el mercado.



Sin embargo, “Buñuel en el laberinto de las tortugas” me ha reconciliado con el género. Puede que fuera por ese ardor patrio (con minúsculas, eh!) que entra a veces cuando ves a tu tierra en la palestra. Aquí está la productora de Almendralejo, The Glow Animation Studio, especializada en animación, grafismo y efectos visuales, que la ha coproducido con otras dos más. Y el guión que Montero y Simó escribieron basado en el cómic del cacereño Fermín Solís.



Me ayudó a entender todo un poco más una exposición que vi en Madrid en mayo del año pasado en la Fundación Academia de Cine, “El arte de Buñuel en El Laberinto de las Tortugas” En ella mostraban “el proceso artístico del largometraje de animación en 2D del mismo título y presenta el procedimiento de investigación, el guión del color, el diseño de personajes, el diseño de fondos o la animación en sus diversa fases”. Aprendí un montón y para alguien como yo, que no sabe ni dibujar la cara de mi retrato, me parece magia lo que hacen estos chicos. 


¿Y todo esto a qué viene si está todo dicho? Pues a que puede verse esa exposición estos días en Cáceres, en el Palacio de la Isla. Recomendable.

     


              
Pilar Otano Cabo
Badajoz, enero de 2020