lunes, 30 de septiembre de 2019

Hoy Elías Canetti también sería español


He leído en la prensa sobre la «avalancha de solicitudes para que los sefardíes puedan ser españoles» (El País, 30-09-2019). Es una ley de 2015 para «reparar la injusticia cometida con los judíos expulsados por los Reyes Católicos hace cinco siglos». Y no he podido evitar recordar a Elías Canetti (1905-1994). 

Tumba de Elías en el cementerio de Fluntern en Zúrich
Fucsias y begonias acompañan a Canetti en su tumba

Canetti, Premio Nobel de Literatura en 1981, tuvo un buen revoltijo de lenguas, pero su lengua materna fue el ladino, ese castellano medieval que hablaban los sefardíes. Así que en el caso de haber vivido hoy, habría podido pedir la nacionalidad española. 

Me asombra enormemente la capacidad de este hombre para los idiomas: aunque escribió su obra en alemán, hablaba ladino, búlgaro, inglés, francés… Creció escuchando el turco, el griego, el ruso, el rumano…  Puede parecer normal en alguien que ha vivido en tantos sitios como él, pero no siempre es así. 

Y como me gustan los cementerios y  hacía tiempo que quería escribir sobre nuestra visita al cementerio de Zúrich, aprovecho esto para hacerlo. Ese cementerio, el de Fluntern, acoge la tumba de Elías Canetti y la de otro grande, James Joyce. 


Elías Canetti y James Joyce en Fluntern (Zúrich)
Joyce y Canetti se hacen compañía en el cementerio de Zürich

El cementerio de Fluntern está situado en una colina sobre la ciudad, junto al parque zoológico de Zúrich. Aquella mañana de mes de julio creíamos habernos perdido porque eran ríos de niños con sus padres lo que encontramos al llegar al aparcamiento y estaba claro que al cementerio no iban. Así que anduvimos a contracorriente de la ruidosa y menuda muchedumbre y dimos por fin con el pacífico y silencioso cementerio. Allí estaba esa sencilla tumba acompañada de fucsias y begonias.


Cementerio de Fluntern, Zúrich, Suiza
Cementerio de Fluntern, en Zúrich (Suiza)


Pilar Otano Cabo
Badajoz (España)
3o de septiembre de 2019










lunes, 16 de septiembre de 2019

La masacre de Sabra y Chatila

... en el MUBA de Badajoz

El MUBA, Museo de Bellas Artes de mi ciudad, Badajoz, organiza muchas actividades. Las ciudades pequeñas tienen mucha vida, no se crean. Y hace tres años, en 2016, hubo una conferencia sobre la Real Fábrica de Tapices de Madrid. Era a cuento de una exposición de tapices que estaba teniendo lugar en el museo.


“La masacre de Sabra y Chatila”
“La masacre de Sabra y Chatila” de Dia Al-Azzawi (Tate Modern, Londres)

En aquella conferencia quedé impactada por uno de los tapices que estaban confeccionando en ese momento en la fábrica. Sobre todo por la historia que llevaba detrás y su significado. Se trataba de reproducir una impresionante obra del iraquí Dia Al-Azzawi (Bagdad,1939), que expresa la terrible matanza de civiles palestinos en los campos de refugiados de Beirut en 1982. “La masacre de Sabra y Chatila” refleja las escenas de caos y horror que vivió la población aquellos días de septiembre. El mismo Azzawi cuenta cómo se ve influenciado por el Guernica de Picasso, al que sin duda recuerda, con el lienzo lleno de símbolos tan simples y tan expresivos.

¿Y por qué un tapiz?

Pues porque resulta que el enorme cuadro de Al-Azzawi (7,5 x 3 metros) está hecho sobre un papel de tipo ácido y su fragilidad tiene de los nervios a la Tate Modern de Londres, que es la dueña de la obra. Así que Ramzi Dalloul, un mecenas y coleccionista de arte libanés, decidió hacer una réplica tejida del cuadro de Azzawi. A mí me parece una tarea de lo mas difícil, pero a ellos no, y lo demostraron. Todo el personal de la Real Fábrica de Tapices se esmeró de lo lindo y tras cuatro años de trabajo, terminaron en 2018 su tapiz para el “cliente libanés”.


Real Fábrica de Tapices de Madrid. Presentación del tapiz en 2018

 La razón del encargo era contribuir a que no se olviden los terribles días que pasaron en Sabra y Chatila. Se supone que el tapiz va a circular por distintos museos. He leído que uno de ellos sería el Museo Reina Sofía de Madrid, para posar junto a su hermano Guernica. No sé si es cierto, intentaré averiguarlo.

Hoy es 16 de septiembre cuando comenzó la matanza que duró casi tres días, y con esto quiero contribuir a que no se olvide esta historia. Me ha gustado el texto de Jean Genet, que estaba en Beirut en ese momento y escribió Cuatro horas en Chatila”, un testimonio políticamente contundente y de una belleza sobrecogedora. 


 Alberto Cortez hizo una canción a Sabra y Chatila...



Pilar Otano Cabo
Badajoz (España)
16 de agosto de 2019