viernes, 28 de abril de 2017

Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta

"Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta" “  … Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno…”   Pablo Neruda, “Confieso que he vivido”

Así que había que conocer el bosque chileno. Nuestros amigos Juan y Yoli lo habían organizado todo. Habíamos llegado a Temuco (el Temuco de la infancia de Neruda) casi al medio día, justo para un rico almuerzo chileno en compañía de la familia Pino al completo. 

“Al tiro” salimos hacia Pucón, donde nos esperaba una linda cabaña que iba a ser nuestro centro de operaciones.


Pucón  en La Araucanía junto al volcán y lago  Villarrica
Cabañas en Pucón
 Pucón y Villarrica son dos poblaciones en la orilla del Lago Villarrica. Están preparadas para acoger a montones de turistas, con sus playas, su costanera, restaurantes a cientos (como los amigos de Violeta…) y pequeñas tiendas por mil, donde puedes encontrar de todo. Era el otoño del mes de abril, así que el aluvión turístico había pasado. Todo era tranquilidad.

Atardecer en el lago Villarrica.
Atardecer de otoño en el Lago Villarrica.
Desde Pucón se pueden hacen un montón de excursiones. Es difícil la decisión porque hay mucho donde escoger. Es turismo de naturaleza, esta región es sinónimo de grandeza, diversidad y belleza. Nos rodea la naturaleza y el bosque nativo siempreverde te invita a un relax total. Los árboles son una maravilla, algunos tan distintos a los de nuestra tierra. Me gusta especialmente el coigüe, creo que por el nombre tan sonoro que tiene. Y, claro, las araucarias, que para eso le da nombre a la zona: La Araucanía.

Árbol de la araucaria en la Plaza de Armas de Pucón.
Este bosque de cohigüe estaba en los Ojos del Caburgua.
Bosque de cohigüe en la entrada a "Los Ojos del Caburgua"




A unos pocos kilómetros de Pucón, están “Los ojos del Caburgua”. Son dos “pozones” naturales (por aquí les llamamos pozas) que están junto al Lago Caburgua. Tiene tres caídas de agua que pueden observarse desde los caminos y pasarelas que tienen perfectamente acondicionadas. Aunque hay que tener cuidado con las enormes raíces que sobresalen del suelo. 
Buen paseo por los senderos y pasarelas de "Los Ojos del Caburgua"
Senderos en "Los Ojos del Caburgua"
Raíces en el suelo de los senderos 
Los ojos del Caburgua, desde las pasarelas y senderos.
Los ojos del Caburgua





























Ojos del Caburgua: Plano de la zona


El conjunto de ríos, los lagos con sus playas junto con el bosque forman un paisaje increíble. Hay también un montón de termas, donde puedes bañarte al aire libre en agua calentita (que digo yo que debe calentarla el volcán por la mañana temprano.. ) y de ahí saltar a meterte al río con agua helada. Una maravilla. 

Baño relajante en agua calentita en las Termas de San Luis
Termas de San Luis

A todo esto, hay que añadir los volcanes, que para una que no está acostumbrada es lo más. Aunque en esta ocasión por más vueltas que hemos dado a la zona no hemos podido ver el volcán Villarrica. Sabíamos que estaba ahí, detrás de las nubes, me sentía vigilada todo el tiempo por el volcán, pero no se dejó ver. Bueno, es motivo suficiente para volver.

Municipalidad de Pucón. Carteles con indicaciones para una evacuación segura.
No vimos el volcán, pero estar parece que estaba.
No vimos el volcán, pero si vimos las fechorías que puede hacer cuando dice “aquí estoy yo”. En Challupén hay un río de lava de cuando se puso bravo hace años y llegó con su largo brazo hasta el lago, llevándose por delante todo lo que pilló. Es la fuerza de la naturaleza. 

Impresionante el rio de lava en Challupén
Rio de lava en Challupén
El día siguiente, bajamos un poco más,  hacia la Región de los Ríos. La verdad es que a mí me pareció continuación de lo que habíamos visto el día anterior, igual de bonito, sólo cambia el nombre. Sigue habiendo un montón de lagos. Para llevar un poco de orden, tienen organizada una ruta, la Ruta de los Siete Lagos. Paseamos por Lican Ray y comimos en Coñaripe, donde aprendí algo más sobre Neruda, al que parece que vamos siguiendo sus huellas todo el tiempo.

Como llovía a mares, en el restaurante donde comimos en Coñaripe me apetecía una sopita, que me gustan mucho. En el menú tenían un "caldillo de congrio" y allí supe que era uno de los  platos favoritos del poeta. Tan así, que escribió la "Oda al caldillo de congrio"!!  Me gustó y ya he aprendido la receta. Lo malo es que por aquí, en Badajoz, no hay mucho congrio, y estoy esperando a que una amiga me lo traiga de Portugal, de Sesimbra, que allí si lo hay. 

Caldillo de congrio, plato favorito de Pablo Neruda. Lo tomamos en Coñaripe.
Caldillo de congrio
Y siguiendo el rastro del poeta, sólo un poco más al sur en esta Región de los Ríos está en Lago Ranco, que es la zona por donde tuvo que huir Neruda hacia el exilio europeo a finales de los años 40. La dictadura del “chaquetero” de González Videla había ilegalizado al Partido Comunista Chileno, y el entonces senador Neruda cabalgó hacia Argentina a través de la montaña. Pero esta es otra historia...

Así que por aquí hay para todos los gustos: paraíso de pescadores, senderismo, parapente,  esquí, paseos por las costaneras de los lagos o por las laderas de los volcanes, playas tranquilas, circuitos termales... y ferias y mercados con la artesanía mapuche, la comida local y que sé yo cuantas cosas más. O simplemente disfrutar del "enmarañado bosque chileno"... Recomendable cien por cien.

Temuco (Chile), 6 de abril de 2017








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