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miércoles, 21 de marzo de 2018

Hoy me han hecho un regalo

... en el Día Mundial de la Poesía.

Suelo ir con frecuencia a la Biblioteca Pública de Badajoz. A recoger algún libro o a devolver otro, o a consultar alguna revista… Hoy ha sido uno de esos días; me habían avisado por correo electrónico de la llegada de un libro que tenía pedido.



Y al llegar al mostrador he encontrado un par de cajas de cartón decoradas que llamaban la atención. Decían: “El colegio Santa Marina te regala una Poesía”. Las cajas estaban llenas de unos rollos de papel a modo de pergamino. No eran pergaminos, claro, ni papiros; más bien eran mensajes en una botella. Los habían lanzado desde un cole de Primaria que está cruzando la calle, el C.P. Santa Marina. 





Tomé el mío con el cariño con el que se puede recibir el mejor de los regalos: dentro había un poema para mí. El remitente debe ser un alumno muy pequeño porque sólo tenía que colorear  el poema en cuestión, “El lagarto está llorando” de Federico García Lorca, y poner su nombre al final del poema. 


Mi mensajero en este Día Mundial de la Poesía debe estar iniciándose en esta preciosa aventura que es la lectura y la escritura. Y con profes con estas iniciativas, estos niños llegarán a amar los libros. Estoy segura. Gracias, Ángel Pérez, por tu regalo. 





Badajoz, 21 de marzo de 2018






miércoles, 21 de febrero de 2018

Mi vecino Arturo Barea

Carambolas que me gustan: De Badajoz al Lavapiés de "En la calle” de Miguel Blanco, alguna biblioteca y un cementerio…

A dos calles de mi casa nació Arturo Barea en 1897. Sabía que había nacido en Badajoz, pero tenía curiosidad por saber dónde. Había visto su partida de nacimiento hace años en un libro de Manuel Pecellín, pero el nombre de la calle no me sonaba: Calle Magdalena, número 20. Así que me lancé al archivo de la RSEEAP y enseguida apareció. Ahora se llama Calle Vicente Barrantes, muy cerquita de la catedral y de mi casa. 

La otra tarde no lo pude resistir y me planté en la Calle Magdalena nº 20 para fotografiar la casa. No sé quien vive ahora allí, ni sé si coincide la numeración. Además, supongo que aunque coincidiera, la casa no tendrá nada que ver con aquella, pero me gustan esas tontunas…


 Placa en la fachada de su pub preferido, The Volunteer, en Faringdon (**)

He empezado a darle vueltas a todo esto porque se está hablando mucho de mi paisano estos días. En el Instituto Cervantes de Madrid hay una exposición: Arturo Barea. La ventana inglesa (hasta el 16 de marzo de 2018); la Biblioteca Bodleian, en Oxford (Reino Unido) ha acogido la semana pasada la donación del “Archivo de Arturo e Ilsa Barea” lo cual debe ser un filón increíble para investigadores. Además, un grupo de admiradores, entre los que que se encontraban Muñoz Molina, Elvira Lindo o Javier Marías han contribuido a la restauración de su lápida en el cementerio de Faringdon, lápida olvidada en su exilio y que hace unos años localizó William Chislett quien capitaneó su recuperación.

Además, una plaza en Madrid, en el Lavapiés de su infancia, lleva su nombre desde hace unos meses y los Paseos Bibliográficos por el Madrid de Barea, del Instituto Cervantes / La Liminal, tendrán lugar los sábados desde enero a marzo.

La plaza que lleva su nombre en Lavapiés fue inaugurada la primavera pasada. Es la plaza donde estaban las Escuelas Pías y que ahora es una biblioteca de la UNED. Yolanda Sánchez Fernández e Isabel Fernández Suárez lanzaron una petición en Change.org que tuvo un buen final. W. Chislett nos lo cuenta en un artículo de El País


La forja de un rebelde
Ediciones Turner, 1977. Primera edición en España
Primera edición en España. Ediciones Turner 1977

En fin, que todo ello me ha puesto en marcha y he recordado mi lectura de “La forja de un rebelde”, su trilogía autobiográfica. Fue a finales de los años setenta, un préstamo de mi cuñada Estrella. Me impactó su lectura, su realismo, ternura y dramatismo. Fue una de mis primeras lecturas sobre la guerra civil y sobre la vida del Madrid de principios del siglo XX. Pero ahora, recordándolo, me emociona saber que esa edición, la de Ediciones Turner de 1977, fue la primera que salió en España. Barea la había publicado en inglés treinta años antes y mas tarde en español en Argentina. Pero ésta era la primera en España.


The Forge, traducido por Sir Peter Chalmers-Mitchell
La Forja. Primera edición, 1941 (*)


The Clash, traducido al inglés por Ilsa Barea
La llama, primera edición 1946 (*)

Primera edición en inglés de


La raíz rota
Sin embargo, no había leído su otra novela, La raíz rota, que Páginas de Espuma ha publicado en 2009 y que también es la primera edición en España, habiendo pasado casi sesenta años desde que fue escrita. Así que esta ha sido la tarea de estos días. 

La raíz rota (1951) es una novela del desarraígo. Es el retrato de un exiliado como él que vuelve, con pasaporte inglés, al Madrid de finales de los cuarenta donde había dejado a su familia (aunque Barea nunca volvió a España). “Un panfleto sobre España bajo Franco” dice W. Chislett, en el que describe de manera sencilla y magistral la vida de los supervivientes y su lucha diaria.


Primera edición en España de "La raíz rota" casi 60 años después de publicarse la primera vez en inglés.
Primera edición  en España (2009
The Broken Root. Edición de 1951 por Faber & Faber
La raíz rota. Primera Edición en inglés (1951) Biblioteca de Extremadura

viernes, 22 de diciembre de 2017

Un cuento de Navidad diferente


“El cuento de Auggie Wren”, Paul Auster
“Auggie Wren’s Christmas Story”



Una cartera perdida, una anciana ciega y una cena de Navidad...

Hace años que encontré este libro tan curioso en la Biblioteca Pública de Badajoz. Andaba buscando algo de Paul Auster, aunque no recuerdo qué, y por su forma, sobresalía de los demás, me llamó la atención y lo traje a casa.


Es muy cortito, es un libro ilustrado que se lee en un momento, pero que tiene su enjundia. Paul Auster cuenta en el relato como The New York Times le había encargado un cuento de Navidad  para ser publicado el 25 de diciembre de 1990, como así fue. Quiere hacernos creer que no tiene ni idea de como escribir un cuento de Navidad, "¿Qué sabía yo de la Navidad?" Además, no podía ser “sentimental”, lo cual dice que es “una contradicción en los términos, una imposibilidad, una paradoja pura y simple”.



Su estructura resulta ser un juego de lo más interesante entre narrador, protagonista y autor, que es también el receptor, pues el autor es amigo del hombre que le cuenta la historia. Vamos, un enredo de lo más peculiar, una historia dentro de otra historia.



Esta bonita edición la publicó Lumen en 2003 con ilustraciones de la argentina ISOL (Isol Misenta) y en 1995 Paul Auster participó como guionista en la peli que se hizo con el cuento y que se tituló Smoke:



Llevaba años para escribir sobre este libro, así que ya está!! 


Sinopsis
Un día, Paul Auster recibe el encargo del New York Times en 1990 de escribir un cuento navideño. Abrumado por la tarea decide que la narración que escriba huirá de la común sensiblería que impregna esa época. En busca de inspiración, sale a pasear y acude al estanco de Brooklyn regentado por su amigo Auggie Wren, un peculiar fotógrafo que retrata, diariamente, la misma esquina del barrio y el paso del tiempo. El es quien le vende los puritos holandeses que le gusta fumar a Auster y quien le cuenta la historia para su cuento, que comienza con el hallazgo casual de una cartera perdida…

Navidad 2017 ¡Disfrútenlo!

martes, 24 de octubre de 2017

En la calle, primera novela de Miguel Blanco



Isidro Mayoral es un muchacho corriente, al que le han marcado siempre por donde caminar en la vida. Su mundo se derrumba un lunes cualquiera en el que toda su historia parecía estar escrita. El tiempo pasa y las certezas que siempre habían estado a su alrededor empiezan a diluirse. El Madrid que lo rodea no parece inspirar mucha compasión.

Una serie de eventos hará que Isidro comience a abrir los ojos, a darse cuenta de lo que sucede en su entorno y a entender que nada de lo que consiga va a ser regalado. Sus amigos de siempre, su madre, nuevas personas que aparecen en su vida y algún golpe trágico, sacuden la apatía en la que se había instalado.


La novela "En la calle" alberga diferentes lecturas: una metáfora de la España reciente, una historia de superación personal, o incluso una fresca acuarela del Madrid actual, donde sus calles, habitantes y bares son los protagonistas.






En la calle
Miguel Blanco
Cáceres, 2017

“Las especies que más posibilidades tienen de sobrevivir son aquellas que saben encontrar en la solidaridad la mejor arma para asegurar su devenir”. Esta cita es de un libro de  Kropotkin que me gusta, “El apoyo mutuo” y el libro de Miguel Blanco ha hecho que lo recuerde. En la calle” es una historia de descalabros, de tocar fondo, de decepciones y traiciones, pero es al mismo tiempo una historia optimista, de amistades férreas y sobre todo, de solidaridad con letras mayúsculas. “Algo habrá que hacer” repite Manuela Castillo.

Isidro Mayoral es uno de tantos jóvenes que hemos visto pasar por nuestros institutos, víctima de esa España venida a mas y que creyó que la bonanza iba a durar. Con Isidro recorremos ese Madrid (que puede ser cualquier otra ciudad) de la crisis, el paro, el cierre de negocios o los desahucios. La historia hurga en lo mas profundo de los personajes y de la situación actual; disecciona la ciudad, la gente de la calle y en la calle.

El autor muestra dotes de gran observador, como el Sarrington de su historia: se recrea en los pequeños detalles, magníficamente descritos. Enlaza las historias con soltura, culminando  los capítulos con cierres redondos. Tiene un estricto control del tiempo en la narración y nos regala una escritura fluida que te hace pasear por la historia. 

Me gustan los libros que te llevan a lugares, que te invitan a visitar museos, a escuchar canciones y a leer libros. Y este es uno de ellos, uno de los que alargan mi lista de cosas que hacer. Me gustan las pinceladas científicas, fruto de la formación académica del autor, la amplitud de miras geográficas (que también son de la mente) y que supongo producto de sus viajes de trabajo, de placer y de vida. Ese Madrid que nos narra es otra de sus Ciudades, de las que  nos habla en su último disco.



Isidro desciende a los infiernos y resurge de sus cenizas, pero no lo hace solo…. Recorre un largo camino lleno de lecturas a las que llega a través de una mano amiga, haciendo un guiño al lector mediante una especie de juego de "adivina qué libro es" y que me encanta.

 Lectura muy recomendable.








viernes, 28 de julio de 2017

Yo uso marcapáginas. ¿Y tú?

Me gusta leer y no va conmigo el dilema de si libro electrónico o libro en papel porque uso los dos. Cada uno tiene su momento en el día; además, dependiendo del tipo de lectura, recurro a uno o a otro.

Yo uso marcapáginas
Algunos marcapáginas de mi colección


Donde si que me posiciono es en lo de subrayar los libros, siempre que sean míos, claro. Los destrozo a colorines, aunque suelo usar lápiz la mayor parte de las veces.

Pero lo que odio con todas mis fuerzas es encontrar un libro con las esquinas dobladas para marcar el punto de lectura. ¡No se me ocurre hacerlo ni en mis propios libros! Que para eso hay unos marcapáginas de lo más monino, o simplemente el tique de compra de la frutería; cualquier cosa menos doblar la esquina.

Y es que hoy me ha vuelto a pasar con un libro “nuevo” de la Biblioteca Pública (me gustan las bibliotecas y las frecuento con asiduidad). Quien hubiera leído el libro en cuestión antes que yo, ha parado tropecientas mil veces y da penita ver como han quedado las esquinas del libro.

¡¡¡Por favor, usa marcapáginas, que los libros de las bibliotecas públicas son de todos!!! 

Badajoz, 28 de julio de 2017



lunes, 17 de abril de 2017

Café Literario Bustamante

Bustamante es una estupenda cadena de tiendas de juguetes en Badajoz, la ciudad donde vivo. Pero en Santiago de Chile es un parque muy bonito, muy cerquita de la Plaza Baquedano, el meollo de la ciudad.


Biblioteca en el Parque Bustamante
Café Literario Bustamante


En medio del parque está el Café Literario Bustamante. Es una biblioteca pública con su cafetería y todo... y aquí estoy, tomando un "cafecito" en un confortable sillón, rodeada de gente enfrascada en sus libros o revistas. Por una de las inmensas cristaleras se ve un estanque que contribuye al relax total del momento.



"Cafesito" en el Bustamante

Tienen un montón de actividades, según veo en el panel de la entrada, y la persona que me atendió en una consulta que hice fue de lo más amable, como todo el mundo en Chile

Parque Bustamante cerca de la Plaza Baquedano
Actividades y anuncios de la Biblioteca 
Al salir al parque, todo ha sido bullicio al coincidir con la salida de los institutos. El parque se ha llenado de vida, de gente joven con sus uniformes y su algarabía;  "pingüinos" los llaman, a los estudiantes, por los uniformes blanco, azul marino y gris. De ahí viene el nombre del movimiento estudiantil, la "Revolución de los pingüinos", que  tuvo en jaque a Michelle Bachelet los primeros meses de su recién estrenado gobierno en 2006. Los "pingüinos" "plantearon una oposición a las reformas educativas realizadas específicamente en la época del Gobierno de la Junta Militar de Augusto Pinochet y en los Gobiernos de La Concertación bajo la presidencia de Eduardo Frei  y Ricardo Lagos".(*)
 Bonito contraste, buen fin de fiesta. Así que, aunque como abuela que soy me gustan los juguetes, hoy me quedo con este Bustamante, el del Café Literario.

Santiago de Chile, 21 de marzo de 2017


Café Literario Bustamante

"El paso del tiempo" de Hernán Puelma


jueves, 2 de marzo de 2017

"disco expres", una ventana al mundo

Con mis tontunas de las bibliotecas, hoy he recalado en la Biblioteca Nacional, en Madrid. Ya había estado otras veces, en alguna exposición y en una visita guiada, pero hoy tenía curiosidad por verla por dentro, de verdad, como lector. Así que aquí me he plantado, me he hecho usuaria y ya tengo mi carnet de la Biblioteca Nacional. 

Portada de la revista con Elvis Presley

Mi pretexto ha sido la consulta a una revista del año 1969 a la que le tenía ganas hace un montón de tiempo. Y es que cuando yo tenía quince años, en aquella España un poco triste y gris, descubrí en Pamplona una revista donde se contaba que había otro tipo de música muy distinta a la que esa España oficial nos tenía acostumbrados. Aquella revista se publicaba allí, en Pamplona, donde los veranos íbamos a visitar a la familia de mi padre. Se llamaba “disco expres” y me abrió una ventana inmensa a un mundo desconocido para mí. 

Cuando volví a Badajoz de las vacaciones corrí a suscribirme y cada semana acudía al buzón a recoger mi tesoro.  Las guardé como lo que  eran, un tesoro, durante años hasta que no sé ni cuándo ni cómo desaparecieron. 

Y aquí estoy ahora, en una de estas salas imponentes de la Biblioteca Nacional, esperando a que la persona encargada me traiga las revistas para comprobar que era lo que tanto me fascinaba de aquel “disco expres” de finales de los 60.

…...........................


"disco expres" se editaba en Pamplona

¡Uaaauuu!! ¡Qué emocionante! Ya están aquí, en una caja de cartón. No sé cuantas veces se habrá consultado esto, pero me siento especial abriendo la caja. Podrá parecer una tontería, pero me ha emocionado. 

"disco expres", la revista de música de los años setenta

Aquí está todo, en esta revista en blanco y negro está todo el mundo musical de  mis quince años. Aquí conocí a los Rolling, a los Creedence, a Nina Simone, Jethro Tull, Jim Morrison, los Bee Gees, Pete Seeger, Manolo Díaz, …. y claro, mi adorado Elvis!! Había secciones como “Los Hits del mundo” con las listas de éxitos de un montón de países. Concursos en los que tenías que contestar a una serie de preguntas de contenido. Y por correo postal!!, nada de emails instantáneos o un “me gusta” del FaceBook, allí había que currárselo. 

El precio de cada ejemplar eran 6 pesetas y la suscripción anual, 240 pesetas. No lo recuerdo, pero supongo que tuve que ahorrar lo mío para pagar la suscripción, pero sin duda que mereció la pena. Además, no existía el PayPal para pagar y habría que ir a Correos para poner un giro postal. Toda una parafernalia que hace que mis recuerdos sean aún más interesantes.

Madrid, febrero de 2017

Me recordó la revista hace unos meses José Miguel López en su genial programa de Radio3, Discópolis. Gracias, maestro.


viernes, 13 de enero de 2017

Mis lecturas mexicanas de 2016

México, lectura sin límite...

Cuando viajo a otro país, me gusta preparar el viaje a fondo. Leo todo lo que se me pone a tiro acerca del lugar en cuestión: algo de su historia, las guías turísticas de rigor, algún blog de viajes, la prensa del país… Suelo seguir en Twitter a personas que me ponen al día de la situación política y cultural del momento. Vaya, que hago una inmersión … casi total!

Y hago también una incursión en su literatura. Suele ser algo liviana, dependiendo del país, pero en este caso, el caso de México de liviana no ha tenido nada. Me ha entusiasmado de tal manera, que he leído un montón de libros, he hecho descubrimientos que ni había imaginado y tengo una lista para seguir este año de 2017 que comienza. 



Mis lecturas mexicanas de 2016


Leí novedades, pero también clásicos. Además, alguna lectura cayó en la visita que hice a la impresionante biblioteca de la UNAM, esa que tiene unos murales impresionantes de Diego Rivera. Allí eché un buen rato leyendo, cotilleando y … ¡¡¡haciendo que mi lista de lecturas mexicanas no tuviera fin!!!

 Y me llamó la atención el sistema de clasificación bibliográfica que utilizan en las bibliotecas en México, el de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América. Imagino que será estupendo, pero yo me hacía un poco lío acostumbrada a nuestro sistema de clasificación decimal. 



Sistema de clasificación de la Biblioteca del Congreso 

Mural de Juan O'Gorman en la biblioteca de la UNAM (*)
Sigo con lo mío, que me distraigo: para las novedades, me ha servido un montón seguir en Youtube las presentaciones de libros que suelen retransmitir en directo desde las distintas Ferias del Libro que hay en México. Así, por ejemplo, los benditos locos de la “Brigada para leer en Libertad” me ofrecieron la oportunidad de escuchar a Elena Poniatowska, a Laura Esquivel, a Paco Ignacio Taibo II, a Juan Villoro… 

Estas son mis lecturas mexicanas del último trimestre de 2016: 

  1. “Querido Diego, te abraza Quiela” , Elena Poniatowska
  2. “Dos veces única”, Elena Poniatowska
  3. “Gringo viejo”, Carlos Fuentes
  4. “Aura”, Carlos Fuentes
  5. “Arráncame la vida”, Angeles Mastretta
  6. “El viento de las horas”  Angeles Mastretta
  7. “Todo Belascoarán”, Paco Ignacio Taibo II
  8. “Las batallas en el desierto”, José Emilio Pacheco
  9. “A Lupita le gustaba planchar”, Laura Esquivel
  10. “Palmeras de la brisa rápida”, Juan Villoro
  11. “¿Hay vida en la tierra?”, Juan Villoro
  12. “Antonieta”,  Fabienne Bradu
  13. “Los pasos de López”, Jorge Ibargüengoitia
  14. “Dos crímenes”, Jorge Ibargüengoitia
  15. “Los conspiradores” , Jorge Ibargüengoitia
  16. “El mago de Viena" , Sergio Pitol
  17. “Yo, la peor”, Mónica Lavín
  18. “Los ídolos a nado”, Carlos Monsiváis
  19. “Las alusiones perdidas”, Carlos Monsiváis

Y tengo otras pocas esperando. También 2017 va a ser un poco mexicano. 

Estando en la biblioteca de la UNAM, leí algunos párrafos de "Las alusiones perdidas", de Monsiváis. Se trata de su discurso cuando recibió el Premio Juan Rulfo, en 2006. Y en la libretina que me acompaña siempre anoté esta frase que me gustó:

"La poesía leída y memorizada en la infancia y la adolescencia favorece también el sentido del ritmo, ese acervo acústico que si no se cultiva, se extingue para dar paso a la sordera"


Badajoz, enero de 2017

(*) Corrijo el dato de los murales de la biblioteca. Yo había entendido que eran de Diego Rivera, pero  Mónica Aguilar, desde México me ha aclarado que "no son de Diego Rivera (el de Rivera es el del Estadio Olímpico Universitario, casi enfrente de la Biblioteca Central) son de Juan O'Gorman, la técnica es mosaico creado con piedras, sí todo son piedras! y para conseguirlas el hombre viajó por todo México". Gracias, Mónica.