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martes, 24 de noviembre de 2020

Divulgación científica y poesía en Portugal

Hoy, 24 de noviembre, se celebra en Portugal el Dia Nacional da Cultura Científica. Me parece una idea excepcional. En todas las escuelas se realizan experimentos científicos y exposiciones con los trabajos de grupo que hacen. En las principales ciudades del pais, hay coloquios y sesiones de divulgación científica para despertar en la población el interés por la ciencia.


Esto se celebra desde 1996 y viene a cuento porque tal día como hoy nació un tipo muy especial. En el mundo de la educación se le conoce por su nombre real, Rómulo de Carvalho. Fue profesor de Física y Química en el Liceu Camões y un entusiasta divulgador de la ciencia.


Pero a mí me gusta casi más su otra mitad, la mitad poeta; como poeta fue António Gedeão y adoro su Piedra Filosofal. Son esos versos que te hacen sentir bien y con ganar de vivir. Te hacen pensar que hasta llegar donde estamos muchos hombres y mujeres han hecho grandes cosas…


¡Y qué decir de la maravillosa versión que de este poema hizo Manuel Freire…! No me canso de escucharla. Estos últimos versos me emocionan: son ciencia, sentimiento, lucha y esperanza:


Eles não sabem nem sonham

Que o sonho comanda a vida

E que sempre que um homem sonha

O mundo pula e avança

Como bola colorida

Entre as mãos de uma criança.





Pilar Otano Cabo

Badajoz, 24 de noviembre de 2020

 

lunes, 22 de octubre de 2018

Cuando encuentras a Georges Brassens en una autopista


Área de descanso muy literaria en las autopistas francesas…
J'ai rendez-vous avec vous...

Hoy es 22 de octubre y justo hoy cumpliría Georges Brassens 97 años. Y me he acordado de cuando este verano lo encontramos en una autopista francesa. 

Brassens mirando a Sète.
Y no podía faltar un gato...
 Fue toda una sorpresa porque habíamos parado de casualidad en un área de servicio camino de Suiza. Era la de Loupian, en la región de Languedoc, entre Béziers y Sète, la Sète donde nació y donde descansa desde que el maldito cáncer se lo llevó por delante con tan solo 60 años.

Una sorpresa y un regalo porque pudimos disfrutar de todo un paseo poético, caminos con páginas gigantes de hierro con fragmentos de sus poemas; planchas con personajes y escenas del mundo de Georges Brassens

Brassens en la Autopista A-9 de Francia
Georges Brassens, Sète (1921-1961)
Poemas bien escogidos de G. Brassens
Algunos buenos poemas






















Buen homenaje y excelente pretexto para estirar las piernas y expandir la mente en medio del montón de kilómetros que traíamos encima. Tampoco estuvo mal para compensar el palo que las autopistas francesas dan al bolsillo del viajero. 


















Mientras escribo esto, me acompaña un grupo sevillano que en 2011 hizo un homenaje muy curioso a la música de Brassens. Se llaman L.M.R. (La Mala Reputación) y mezclan la música de Brassens con el ritmo de Django Reinhardt, con su guitarra manouche y todo. 

El disco se llama “Cuando Georges encontró a Django”. Estuvieron por mi tierra entonces, en el Gran Teatro de Cáceres, pero no sé si siguen tocando.  


Grupo sevillano L.M.R.
Grupo sevillano. Homenaje a G. Brassens en 2011

“Cuando Georges encontró a Django” en SPOTIFY




Pero siempre me gusta revisar los vinilos de mi súper cesta, donde encuentro "La mauvaise réputation" de 1971. Este Brassens era un auténtico mago de la palabra. 





Badajoz, 22 de octubre de 2018

jueves, 2 de marzo de 2017

"disco expres", una ventana al mundo

Con mis tontunas de las bibliotecas, hoy he recalado en la Biblioteca Nacional, en Madrid. Ya había estado otras veces, en alguna exposición y en una visita guiada, pero hoy tenía curiosidad por verla por dentro, de verdad, como lector. Así que aquí me he plantado, me he hecho usuaria y ya tengo mi carnet de la Biblioteca Nacional. 

Portada de la revista con Elvis Presley

Mi pretexto ha sido la consulta a una revista del año 1969 a la que le tenía ganas hace un montón de tiempo. Y es que cuando yo tenía quince años, en aquella España un poco triste y gris, descubrí en Pamplona una revista donde se contaba que había otro tipo de música muy distinta a la que esa España oficial nos tenía acostumbrados. Aquella revista se publicaba allí, en Pamplona, donde los veranos íbamos a visitar a la familia de mi padre. Se llamaba “disco expres” y me abrió una ventana inmensa a un mundo desconocido para mí. 

Cuando volví a Badajoz de las vacaciones corrí a suscribirme y cada semana acudía al buzón a recoger mi tesoro.  Las guardé como lo que  eran, un tesoro, durante años hasta que no sé ni cuándo ni cómo desaparecieron. 

Y aquí estoy ahora, en una de estas salas imponentes de la Biblioteca Nacional, esperando a que la persona encargada me traiga las revistas para comprobar que era lo que tanto me fascinaba de aquel “disco expres” de finales de los 60.

…...........................


"disco expres" se editaba en Pamplona

¡Uaaauuu!! ¡Qué emocionante! Ya están aquí, en una caja de cartón. No sé cuantas veces se habrá consultado esto, pero me siento especial abriendo la caja. Podrá parecer una tontería, pero me ha emocionado. 

"disco expres", la revista de música de los años setenta

Aquí está todo, en esta revista en blanco y negro está todo el mundo musical de  mis quince años. Aquí conocí a los Rolling, a los Creedence, a Nina Simone, Jethro Tull, Jim Morrison, los Bee Gees, Pete Seeger, Manolo Díaz, …. y claro, mi adorado Elvis!! Había secciones como “Los Hits del mundo” con las listas de éxitos de un montón de países. Concursos en los que tenías que contestar a una serie de preguntas de contenido. Y por correo postal!!, nada de emails instantáneos o un “me gusta” del FaceBook, allí había que currárselo. 

El precio de cada ejemplar eran 6 pesetas y la suscripción anual, 240 pesetas. No lo recuerdo, pero supongo que tuve que ahorrar lo mío para pagar la suscripción, pero sin duda que mereció la pena. Además, no existía el PayPal para pagar y habría que ir a Correos para poner un giro postal. Toda una parafernalia que hace que mis recuerdos sean aún más interesantes.

Madrid, febrero de 2017

Me recordó la revista hace unos meses José Miguel López en su genial programa de Radio3, Discópolis. Gracias, maestro.


domingo, 15 de enero de 2017

Mozart moribundo, pero muy vivito


Burdeos es una ciudad preciosa. Merece la pena una visita porque tiene montones de lugares interesantes. También es una ciudad atractiva para vivir; es fácilmente abarcable y está llena de vida.

El Museo de Bellas Artes de Burdeos es uno de los atractivos de la ciudad. Y aunque está en el mismo centro, el edificio está rodeado a una jardín bien monino, con unas sillas de hierro de lo más romántico, aunque también son sillas cotillas, que sirven para pasar revista a los paseantes.... Se llama “Le Jardin de la Mairie”, que para eso está a dos pasos del Ayuntamiento.

Le Jardin de la Marie, Bordeaux
Pero a lo que iba, que me distraigo, al “Mozart moribundo”. Si tuviera que elegir una obra del museo, sin dudarlo sería esta. Es una figura en mármol, de un buen tamaño del italiano Rinaldo Carnielo (1853-1910). Quiere representar los últimos momentos de la vida del compositor. Vemos a un hombre joven, reclinado en un sillón, con la cabeza apoyada en un cojín, que parece que está a punto de morir. 

Mozart expirant de Rinaldo Carnielo
"Mozart moribundo" de Rinaldo Carnielo
Me gusta la figura porque conmueve y además, está llena de detalles, como la partitura que tiene en la mano, ¿su “Requiem”? Vendría muy a cuento, porque parece que el chico andaba enredado por entonces componiendo esta obra. Y murió sin terminarla.   

Desde luego, será una tontería, pero para mí que este moribundo está muy vivito. Está lleno de vida... en mármol, en las salas de conciertos y en el salón de mi casa. Pues eso, que me gusta mucho Mozart!!


Mozart sería la obra elegida, pero hay otras obras interesantes en el museo. Me gustó mucho, por ejemplo, un cuadro de Pablo Picasso, Olga leyendo, de 1921. Es un sencillo retrato de su primera mujer, Olga Kokhlova.


Olga leyendo, Pablo Picasso (1921)


Pilar Otano Cabo
Badajoz, enero de 2017

lunes, 5 de septiembre de 2016

El maestro y Margarita, volamos sobre Moscú


He tardado en ponerme con esta entrada desde que a la llegada a Moscú escribí sobre la “coartada literaria" del viaje. Ya dije que antes de este viaje no conocía a Bulgakov, que di con él buscando una novela a la que seguir en el viaje y me rendí a sus “diabólicos” pies. Todo fue una especie de carambola porque además de comprobar la devoción que le tienen en Moscú con rutas, museos e historias mil, pude comprobar en una librería que era el autor más leído del momento en Moscú. Así que BINGO!! Bienvenidos al maravilloso mundo de “El maestro y Margarita”.

Bolsaya Sadovaya nº 10 Moscú
Con el gato Popota en Bolsaya Sadóvaya

Es lógico que todo sea una locura porque este año 2016 es un año de celebraciones alrededor de Mijail Bulgakov. Se celebran los 125 años de su nacimiento en Kiev (1891-1940) y los 50 años de la publicación de “El maestro y Margarita” y se han vuelto locos con el aniversario, que para eso se ha convertido en todo un autor de culto, todo un icono de las letras rusas. Ya hubiéramos querido que a nuestro Cervantes le hubieran hecho tanta fiesta en España, y eso que eran 500 los años.

Está en Twitter y en Facebook. Tiene una App para los “teléfonos inteligentes” y los próximos 11 y 12 de noviembre de 2016, coincidiendo con los 50 años de la novela, quinientas personas leerán on-line  El maestro y Margarita y será retransmitido con Google live. ¡¡Una pasada!!

Esto no sólo es por la novelería del aniversario. Desde hace años existen adaptaciones teatrales (el Teatro del Arte de Moscú tiene estos días una representación), ballet, una opera rock  de Konstantin Glazunov (el pintor no, otro Glazunov), series de televisión… En fin, una locura.

Pero ¿qué tiene “El maestro y Margarita” que hace que nos rindamos ante ella? 

A mi me ha parecido una novela sorprendente. Maravillosa y compleja, El maestro y Margarita contiene tres historias que se entremezclan. La principal tiene lugar en la Rusia de los años treinta. Un simpático demonio, Voland, se presenta en Moscú con su extravagante séquito/cuadrilla, en el que hay un enorme gato negro que habla, come con cubiertos y bebe vodka!! Voland se dedica a tomar el pelo a todo el que se pone por delante, con fines un poquito... diabólicos. La segunda historia es la de “el maestro”, poeta que está apenadísimo en un hospital psiquiátrico porque su novela ha ido a parar a la lumbre al ser rechazada por la crítica. Su amada Margarita  acude a Voland para lograr reunirse con el maestro. Y la tercera es la novela escrita por el maestro, y culpable de sus males, en la que describe las dudas de Poncio Pilatos ante la crucifixión de Cristo.

Distintas ediciones de "El maestro y Margarita"


Parece un poco lío, porque, además, la segunda historia no aparece hasta pasados unos buenos pocos de capítulos y uno se pregunta ¿quien será Margarita? Pero cuando aparece encuentras a un personaje maravilloso. 

Hay una mezcla de sátira, fantasía, ciencia-ficción y realismo, de religión e  historia que tiene mucho de autobiográfico. Es una sátira de la corrupción en la Unión Soviética de Stalin y, por ridiculizar la burocracia del gobierno, el manuscrito de “El maestro y Margarita” estuvo oculto durante muchos años hasta su publicación en 1966. Así que como la Catedral de Cristo Salvador de Moscú era de “quita y pon”, también pienso que “El maestro y Margarita” es una novela de “quita y pon”. 

Es una “novela de quita pon” porque en 1930 Bulgakov quemó la primera versión, la que sólo tenía la parte de Satanás en Moscú. Después retomó su escritura y  dedicó diez años a rehacerla (parece que hubo hasta ocho versiones del texto). No pudo verla publicada pues murió en 1940 y llegó al público “por entregas” en noviembre de 1966 en la revista mensual Moskva.

La novela es la excentricidad llevada al máximo. Nos muestra un mundo absurdo y fantástico, pero cómico y bufonesco al mismo tiempo. El argumento es extraño a veces, serio otras; a pesar de ello, todo se cuenta con un gran sentido del humor. 

En El maestro y Margarita se critica el mundillo literario de la época, se burla de la obsesión burocrática por los papeles y los documentos; critica también el sistema soviético de asignación de viviendas. 

Y me gusta mucho el pacto que hace Margarita con el diablo, porque es como un cuento de hadas al revés, donde la princesa busca y salva al príncipe. Es todo un poco “faústico” y me encanta.

El MOSCÚ de “El maestro y Margarita”

Bueno, y todo esto ha venido a cuento porque yo andaba buscando una lectura (una “coartada literaria”) para nuestro viaje a Moscú. Me gusta visitar los lugares de los libros y de sus autores y aquí si que he acertado de pleno, porque la ruta de “El maestro y Margarita” en Moscú es toda una atracción turística de moda




La ruta empieza en los “Estanques del Patriarca” donde tiene lugar la primera escena en la que conversan/discrepan un poeta y el jefazo de los escritores y en la que  aparece Voland a meter baza, liándolo todo. Los “Estanques del Patriarca” (que en realidad sólo queda uno de los tres que hubo) es una zona muy tranquila para pasear, sentarte en un banco a mirar el agua. También puedes tomar unas cervezas en los numerosos locales de moda que hay en la un poco más ruidosa zona, como el Café Margarita (en Malaya Bronnaya Ulitsa, 28) que rinde homenaje a nuestra chica. 

El teatro donde Voland y su troupe organizan su espectáculo de “magia negra” está muy cerquita. Es el Teatro Sátira, en la Plaza Triunfalnaya. En el lateral del teatro está el Jardín del Acuario, ideal para una de mis aficiones, sentarte en un banco con tu libro. 

Teatro Sátira en Moscú
Teatro Sátira en Bolsaya Sadóvaya

Es genial el pequeño museo que tienen en la planta baja de lo que fue la casa de autor y que también era la casa que aparece en la novela, donde se instala el demonio con su séquito: el apartamento 50 del número 302 de la Bolshaya Sadóvaya, que ahora es el número 10. Allí se puede ver parte de su mobiliario original, objetos personales del autor, dibujos de escenas de “El Maestro y Margarita”, así como numerosas ediciones en un montón de idiomas. Todo es de lo más tétrico, acorde desde luego con el ambiente del libro.
Bolsaya Sadóvaya 302, apartamento 50



También está el museo oficial, el Museo Bulgakov que organiza muchísimas actividades (pena que casi todas son en ruso, aunque hay alguna en inglés), como el recorrido a pie por los Estanques, así como otra app para el teléfono, esta vez con el mapa de los lugares de Bulgakov. ¿No parece interesante? A mi me ha fascinado. 


Aquí empieza todo....

La música del maestro

Y para rematar la faena, he descubierto que nuestro maestro y nuestra Margarita han inspirado a un montón de músicos para sus canciones. El “number ONE”, y aquí me han vuelto a dar, son los Rolling Stones: Mick Jagger compuso “Sympathy for the Devil” en 1968. Parece que una novieta que tenía en la época le había regalado el libro.




Hay más, muchos más, de hace tiempo y actuales. Ha impactado este libro en Patti Smith con Banga, Pearl Jam, Moriarty o la banda escocesa Franz Ferdinand con su Love and Destroy, inspirada en el vuelo de Margarita sobre Moscú. Y tropecientas más.

Para terminar, una obra de teatro de la compañía inglesa COMPLICITE que estuvo recorriendo Europa en 2012 con “El Maestro y Margarita”. Me llamó la atención que uno de los actores principales era Cesar Sarachu, el Bernardo de Camera Café, la famosa serie de televisión. En este enlace está la entrevista que le hicieron para la radio cuando recalaron en Madrid y Barcelona y que me gustó mucho.

Así que, disfruten con esta coartada literaria, yo lo he hecho. 

Badajoz (España), septiembre de 2016


miércoles, 17 de agosto de 2016

Cristo Salvador, una catedral de quita y pon

La visita a la Catedral de Cristo Salvador formó parte de nuestro recorrido de un día en Moscú en el verano de 2016. Está cerquita del Kremlin y además se llega en Metro muy bien; la estación más cercana es la de Kropótkinskaya (Línea 1 Roja). 

La historia de la catedral es única y es una especie de puesta en escena de la historia de Rusia de los últimos 200 años. Daniel Utrilla en su libro "A Moscú sin kaláshnikov"  la llama "catedral de quita y pon" y a mí me encanta.


Cristo Redentor. La catedral desde el Puente del Patriarca
La Catedral de Cristo Salvador desde el puente del Patriarca

La idea de construir un templo surgió tras la expulsión del ejército de Napoleón de tierras rusas en la Primera Guerra Patriótica, en 1812. Alejandro I pensó en un monumento grandioso, al estilo de la Catedral de San Basilio (la que está en la Plaza Roja) y que había ordenado construir Iván el Terrible en el siglo XVI para conmemorar la victoria sobre el Kan de Kazán.

Entre un montón de proyectos, se eligió el de un tal Vitberg que parecía una apuesta segura. Pero se juntó el hambre con las ganas de comer y entre lo místico del proyecto y los problemas financieros (el dinero volaba y el edificio no despegaba) la catedral no terminaba de ponerse en marcha.

Y así llegó otro zar, Nicolás I (su hermano Alejandro había muerto entretanto) y vuelta a la casilla de salida; ahora si que se puso todo en marcha. Para la edificación de la catedral tuvieron que derribar el antiguo convento de San Alexis y cuentan que la abadesa se pilló un buen rebote y a modo de maldición dijo que allí no habría nunca nada, tan sólo una hoya. Y acertó…

Así en 1839 empezaron de nuevo las obras, ahora de estilo bizantino con una cúpula exagerada. El nuevo arquitecto, A. Ton, muy famoso también en la época, creó  así escuela para futuras iglesias.

La catedral era una magnífica iglesia de cruz griega con cinco cúpulas de estilo ruso-bizantino (¡que para eso eran los herederos de Bizancio!!). Todo fue a lo grande, hasta las enormes esculturas que vigilan la doce puertas; santos, príncipes y hombres famosos rodean la catedral como en un intento de protección.

Por fin, fue un tercer zar, Alejandro III, quien tuvo el privilegio de hacer los honores de la inauguración el día de su coronación, en 1883 (aunque durante las obras hubo también otro zar, Alejandro II, pero parece que pinchó poco y cortó menos en el asunto catedral). Y ésta duró en pie menos tiempo del que tardó en construirse, porque en 1931 el templo fue dinamitado. En ese lugar tan estratégico, Stalin había previsto construir el Palacio de los Soviets, lo que tendría que ser el edificio más grande del mundo. Tan grande no, tan gigantesco iba ser que estaba previsto colocar sobre él una estatua de Lenin de 100 metros de altura.


Maqueta de lo que no sería el "Palacio de los Soviets"


Y como en un bucle irónico de Guerras Patrióticas, la Gran Guerra Patria (que así llaman a la Segunda Guerra Mundial) impidió en 1941 el éxito en la edificación del Palacio. Una vez hecho un enorme agujero circular para los cimientos, el acero y el dinero terminaron en el campo de batalla. Y la abadesa se salió con la suya: una hoya.

Así que como aquí no se tira nada, en 1960 el gran agujero se convirtió en la piscina pública más grande del mundo, una piscina circular de 130 metros de diámetro y 6 de profundidad. 
Piscina Moskva


Y por fin, vino el resurgir de las aguas, como si de un ave fénix acuática se tratara. A finales de los años ochenta, con la nueva Rusia de la perestroika y el glásnost, hubo un movimiento social promovido por la Iglesia Ortodoxa Rusa e intelectuales creyentes para reivindicar la reconstrucción de la catedral. Apoyados por el primer presidente de la Rusia moderna, Boris Yeltsin, y el alcalde de Moscú, se reunió el dinero necesario y se pusieron manos a la obra. Parece que el dinero se consiguió a partir de las donaciones voluntarias de ciudadanos de a pie (¿con la que les estaba cayendo...?). Hay quien duda de ello y dicen que el Estado (laico) puso una gran parte. Y estuvo terminado en un abrir y cerrar de ojos, no como la primera vez, pero la tecnología del siglo XX es lo que tiene. 

La Catedral de Cristo Salvador es ahora el centro principal del culto ortodoxo, donde se celebran las grandes fiestas religiosas y los funerales de tronío como el de Boris Yeltsin en 2007.




En esta catedral fue donde en 2012 irrumpió aquel grupo feminista de música punk, las Pussy Riot, que tanto dieron  que hablar. 




Y hablando de música y sin tener nada que ver (¿o si?) termino contando la historia de la obra que Tchaikovski compuso para celebrar lo mismo que se conmemoraba con la catedral: la victoria sobre Napoleón. Se llamó Obertura de 1812, claro, y a mí me gusta mucho. Al componerla, Tchaikovski pensó que fuera interpretada al aire libre, en la plaza frente a la catedral, con repiques de sus campanas y salvas de artillería. El asesinato de Alejandro II en 1881 retrasó su estreno y cuando pudo ser interpretada por primera vez ya no tuvo gracia porque fue bajo techo y con instrumentos convencionales en lugar de cañones y campanas. ¡Una pena!

Pero esta historia es más divertida si la cuentan los de  Bully Magnet en este vídeo que me ha parecido sencillamente genial: 





En fin, parece que la Catedral de Cristo Redentor, como la llaman los lugareños, es visita obligada, pero a mí no me dijo gran cosa. Me gusta visitar iglesias no por su aspecto religioso, sino por el arte que encierran. De esta me han gustado más todas las historias que encierra. 
Tampoco les hace demasiada gracia a los moscovitas, al menos a algunos. Tatiana Pigariova en su "Autobiografía de Moscú" dice: 

No faltaron las comparaciones con un gran samovar dorado o un bizcocho de Pascua que «en comparación con las catedrales del Kremlin, parece un enorme broche falso» (p. 98)

¡¡Pues, eso!!