Ya he contado tropecientas veces mi afición por las librerías y las bibliotecas. Pero no se quedan atrás las Ferias del Libro; y si son como esta que traigo hoy aún más. La pena es que voy a llegar un poco tarde. Me explico:
Aquí ando desde hace semanas “mexicanizándome”. Nos vamos mañana a México y me estado empapando bien con todo lo que he tenido a tiro y con lo que he rebuscado por un montón de sitios. He leído novelas, he visto pelis, he escuchado podcasts…. Y me he emocionado con este viaje.
A lo que iba: resulta que la Feria del Libro de Ciudad de México, en el Zócalo (la Plaza de la Constitución, que es enorme y enorme es la feria, claro, para ocupar la plaza!!!!) está celebrándose esta semana. Termina mañana, casi cuando aterrizamos, así que sólo veré como desmontan las carpas durante la semana que viene. Pero no me ha importado porque gracias a las maravillas de Internet he seguido a diario las presentaciones de uno de los foros (y hay un montón), el Foro Bertolt Bretch.
El Foro Bertolt Bretch es en el que un grupo increíble de activistas culturales que se llaman “Brigada para leer en libertad”(me encanta el nombre) han montado un programa de lo más interesante. Presentaciones de libros y debates de lo más atrayente. He podido escuchar a Elena Poniatowska, a Laura Esquivel, Monica Lavín, Anamari Gomís… y a muchos más... Y a un montón de periodistas comprometidos con su país y su gente.
Paco Ignacio Taibo 2, un tipo con una vitalidad y unas ganas tremendas de compartir conocimiento (excelente escritor y comunicador) está coordinando el evento con Paloma Saiz, luchadora por llevar la lectura a todos y a todas partes, y su genial brigada.
Animo a quien le apasionen los libros como a mí, que meta un poco la nariz en el canal que estos benditos locos tienen en Youtube y que se acerquen a su blog. Son una pasada.
Flora Tristán, pionera del feminismo y del sindicalismo.
Buscaba una coartada literaria para nuestro viaje a Burdeos este verano. Me gusta seguir los pasos de un libro o de un autor en las ciudades que visitamos; para mí es un atractivo más. Además, me suele proporcionar lecturas colaterales muy interesantes como ha sido en el caso de Flora Tristán.
Era fácil elegir porque hay varios escritores que tienen relación con Burdeos, pero cuando me topé con Florita lo tuve claro. Es un personaje fuera de serie y me he metido de cabeza en su vida y en sus libros.
¿Una mujer pionera en la lucha de los derechos de la mujer y de los trabajadores en la primera mitad del siglo XIX? Pues si, eso fue Flora Tristán. Gran lectora, autodidacta y activista social, pronto tuvo muy claro que la única forma de cambiar las cosas era mediante la organización de los trabajadores y de las mujeres, convirtiéndose así en precursora del socialismo internacional.
Resulta que es ella la creadora de la consigna “¡Proletarios del mundo, uníos!” atribuida siempre a Karl Marx. De hecho, Marx en uno de los libros que escribió con Engels menciona a nuestra Florita como alguien de ideas muy avanzadas.
La vida de Flora Tristán fue difícil, pero apasionante. A mi me ha emocionado. Así que recomiendo la lectura de cualquiera de sus biografías…. Una de ellas es la que Mario Vargas Llosa hace en “El paraíso en la otra esquina”(Alfaguara, 2003), novelando su vida y alternándola con la de su nieto el pintor Paul Gauguin. No tienen mucho que ver, pero resulta curioso.
He leído también su manifiesto “La Unión Obrera”, de una actualidad apabullante a pesar de haber transcurrido casi 200 años. Y me interesó mucho como pasó los últimos años de su vida. Se dedicó a liarla parda. Viajó, sola y enferma, por un montón de ciudades reuniendo a los obreros de las fábricas, tabernas y talleres para presentarles su librito y animarles a que se organizaran para luchar por sus derechos. ¡Podemos imaginar la reacción de patronos, comisarios, gobernantes y clerigalla varia…!! Una mujer valiente donde las haya, murió a los 41 años en Burdeos cuando se encontraba en plena gira de difusión de sus ideas revolucionarias.
En su entierro, el 16 de noviembre de 1844, una comitiva la acompañó a pie desde la Rue Saint-Pierre hasta el Cementerio de la Cartuja: escritores, abogados y obreros siguieron su cuerpo, transportado por hombres que se turnaban a lo largo de todo el camino. Se abrió una suscripción popular para hacerle un monumento y ocho mil personas acudieron a su inauguración en el Cementerio de La Chartreuse.
La ciudad de Burdeos, donde pasó los últimos meses de su vida y donde está enterrada, reconoce su valía. Existe una biblioteca con su nombre y el Instituto Cervantes tiene una de sus rutas dedicada a ella. La casa donde murió, la del matrimonio Lemonnier en la Rue Bahutiers, tiene una placa en la puerta (muy poco visible, por cierto) y allí nos plantamos para tener un recuerdo de nuestro viaje a Burdeos y de Flora Tristán.
Casa de los Lemonnier en Burdeos donde murió Florita
Algunos libros de Flora Tristán:
Peregrinacionesde una paria
Paseos por Londres
La Unión obrera
Biografías de Flora Tristán:
Mario Vargas Llosa, El paraíso en la otra esquina, Alfaguara, 2003
Evelyne Bloch-Dano, Flora Tristán, pionera, revolucionaria y aventurera del siglo XIX, Maeva, 2002
Jean Baelen, Flora Tristán: Feminismo y Socialismo en el siglo XIX, Ediciones Taurus. 1973
... y otras historias!!! Cuando un edificio cambia de uso, el resultado no siempre es acertado desde mi punto de vista. Pero hay ocasiones en que lo clavan. Es el caso del edificio de la antigua “Real Fábrica de Tabacos” (La Tabacalera) de Málaga que se ha transformado en museos y otros centros culturales.
Museo Ruso en La Tabacalera de Málaga
El edificio, construido en la década de 1920, es una “muestra malagueña del estilo regionalista”. En Tabacalera está la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo, bueno, su sede de Málaga. Es todo un lujo tener a nuestro alcance, ahí, cerquita de la playa malagueña, un museo tan monino. Todo está nuevo, lleva poco tiempo abierto, y es muy interesante. Estos días hemos podido ver la exposición temporal “Chagall y sus contemporáneos rusos”.
Me gusta siempre elegir una obra, mi ganadora en cada exposición, y en este caso la ganadora es…. “Paseo” que Marc Chagall pintó en 1917. Me gusta mucho y me quedé fascinada por la magia del color, las formas geométricas del paisaje y la disposición de las figuras: la mujer del cuadro, su mujer y musa Bella, volando como si fuera una cometa unida a la mano de su enamorado, los dos con cara de tontitos.
Paseo, Marc Chagall (1917)
Esta pintura tiene su casa en San Petersburgo, así que ha sido un lujo poderlo ver por estas tierras.
Y una cosa me ha llevado a otra, porque mientras estaba en la exposición de Chagall me vino a la cabeza una historia que había escuchado hacía tiempo. Es la historia del periodista estadounidense Varían Fry, que ayudó a salir de la Francia de Vichy a numerosos intelectuales, muchos de ellos judíos, como Chagall.
Varian Fry, el Schindler de los intelectuales europeos
Un buen grupo de refugiados habían huido al sur de Francia en 1940 para evitar ser capturados por los Nazis. Artistas, disidentes políticos, intelectuales y escritores intentaban huir de un acuerdo por el que Francia estaba obligada a entregar a la Gestapo a todo extranjero o sospechoso, y por supuesto a los judíos.
Así que, en Nueva York, amigos y colegas de algunos de ellos se reunieron para crear un “Comité de Rescate de Urgencia”. El periodista Varian Fry, el "Schindler de los intelectuales europeos", fue el encargado de hacer todas las trampas habidas y por haber para sacar de Francia a miles de personas, entre las que se encontraban nuestro Chagall, Alma Mahler o André Breton. En unas maletas viajaron las partituras de la "Novena sinfonía" de Mahler.
La guerra de Varian (2001)
Toda una historia que a mi me parece fascinante. Hay una peli que lo cuenta, “La guerra de Varian”. No he sido capaz de dar con ella en ninguna de esas plataformas digitales donde vemos las pelis hoy en día. Espero encontrarla algún día, mientras tanto, ahí va el trailer de "Varian's War". Esta visita al "Museo Ruso" ha sido la guinda al fantástico viaje que hemos hecho este año a Moscú. Málaga, septiembre de 2016
He tardado en ponerme con esta entrada desde que a la llegada a Moscúescribí sobre la “coartada literaria" del viaje. Ya dije que antes de este viaje no conocía a Bulgakov, que di con él buscando una novela a la que seguir en el viaje y me rendí a sus “diabólicos” pies. Todo fue una especie de carambola porque además de comprobar la devoción que le tienen en Moscú con rutas, museos e historias mil, pude comprobar en una librería que era el autor más leído del momento en Moscú. Así que BINGO!! Bienvenidos al maravilloso mundo de “El maestro y Margarita”.
Con el gato Popota en Bolsaya Sadóvaya
Es lógico que todo sea una locura porque este año 2016 es un año de celebraciones alrededor de Mijail Bulgakov. Se celebran los 125 años de su nacimiento en Kiev (1891-1940) y los 50 años de la publicación de “El maestro y Margarita” y se han vuelto locos con el aniversario, que para eso se ha convertido en todo un autor de culto, todo un icono de las letras rusas. Ya hubiéramos querido que a nuestro Cervantes le hubieran hecho tanta fiesta en España, y eso que eran 500 los años.
Está en Twitter y en Facebook. Tiene una App para los “teléfonos inteligentes” y los próximos 11 y 12 de noviembre de 2016, coincidiendo con los 50 años de la novela, quinientas personas leerán on-lineEl maestro y Margaritay será retransmitido con Google live. ¡¡Una pasada!!
Esto no sólo es por la novelería del aniversario. Desde hace años existen adaptaciones teatrales (el Teatro del Arte de Moscú tiene estos días una representación), ballet, una opera rock de Konstantin Glazunov (el pintor no, otro Glazunov), series de televisión… En fin, una locura.
Pero ¿qué tiene “El maestro y Margarita” que hace que nos rindamos ante ella?
A mi me ha parecido una novela sorprendente. Maravillosa y compleja, El maestro y Margarita contiene tres historias que se entremezclan. La principal tiene lugar en la Rusia de los años treinta. Un simpático demonio, Voland, se presenta en Moscú con su extravagante séquito/cuadrilla, en el que hay un enorme gato negro que habla, come con cubiertos y bebe vodka!! Volandse dedica a tomar el pelo a todo el que se pone por delante, con fines un poquito... diabólicos. La segunda historia es la de “el maestro”, poeta que está apenadísimo en un hospital psiquiátrico porque su novela ha ido a parar a la lumbre al ser rechazada por la crítica. Su amada Margarita acude a Voland para lograr reunirse con el maestro. Y la tercera es la novela escrita por el maestro, y culpable de sus males, en la que describe las dudas de Poncio Pilatos ante la crucifixión de Cristo.
Parece un poco lío, porque, además, la segunda historia no aparece hasta pasados unos buenos pocos de capítulos y uno se pregunta ¿quien será Margarita? Pero cuando aparece encuentras a un personaje maravilloso.
Hay una mezcla de sátira, fantasía, ciencia-ficción y realismo, de religión e historia que tiene mucho de autobiográfico. Es una sátira de la corrupción en la Unión Soviética de Stalin y, por ridiculizar la burocracia del gobierno, el manuscrito de “El maestro y Margarita” estuvo oculto durante muchos años hasta su publicación en 1966. Así que como la Catedral de Cristo Salvador de Moscú era de “quita y pon”, también pienso que “El maestro y Margarita” es una novela de “quita y pon”.
Es una “novela de quita pon” porque en 1930 Bulgakov quemó la primera versión, la que sólo tenía la parte de Satanás en Moscú. Después retomó su escritura y dedicó diez años a rehacerla (parece que hubo hasta ocho versiones del texto). No pudo verla publicada pues murió en 1940 y llegó al público “por entregas” en noviembre de 1966 en la revista mensual Moskva.
La novela es la excentricidad llevada al máximo. Nos muestra un mundo absurdo y fantástico, pero cómico y bufonesco al mismo tiempo. El argumento es extraño a veces, serio otras; a pesar de ello, todo se cuenta con un gran sentido del humor.
En El maestro y Margaritase critica el mundillo literario de la época, se burla de la obsesión burocrática por los papeles y los documentos; critica también el sistema soviético de asignación de viviendas.
Y me gusta mucho el pacto que hace Margarita con el diablo, porque es como un cuento de hadas al revés, donde la princesa busca y salva al príncipe. Es todo un poco “faústico” y me encanta.
El MOSCÚ de “El maestro y Margarita”
Bueno, y todo esto ha venido a cuento porque yo andaba buscando una lectura (una “coartada literaria”) para nuestro viaje a Moscú. Me gusta visitar los lugares de los libros y de sus autores y aquí si que he acertado de pleno, porque la ruta de “El maestro y Margarita” en Moscú es toda una atracción turística de moda.
La ruta empieza en los “Estanques del Patriarca” donde tiene lugar la primera escena en la que conversan/discrepan un poeta y el jefazo de los escritores y en la que aparece Voland a meter baza, liándolo todo. Los “Estanques del Patriarca” (que en realidad sólo queda uno de los tres que hubo) es una zona muy tranquila para pasear, sentarte en un banco a mirar el agua. También puedes tomar unas cervezas en los numerosos locales de moda que hay en la un poco más ruidosa zona, como el Café Margarita (en Malaya Bronnaya Ulitsa, 28) que rinde homenaje a nuestra chica.
El teatro donde Voland y su troupe organizan su espectáculo de “magia negra” está muy cerquita. Es el Teatro Sátira, en la Plaza Triunfalnaya. En el lateral del teatro está el Jardín del Acuario, ideal para una de mis aficiones, sentarte en un banco con tu libro.
Teatro Sátira en Bolsaya Sadóvaya
Es genial el pequeño museo que tienen en la planta baja de lo que fue la casa de autor y que también era la casa que aparece en la novela, donde se instala el demonio con su séquito: el apartamento 50 del número 302 de la Bolshaya Sadóvaya, que ahora es el número 10. Allí se puede ver parte de su mobiliario original, objetos personales del autor, dibujos de escenas de “El Maestro y Margarita”, así como numerosas ediciones en un montón de idiomas. Todo es de lo más tétrico, acorde desde luego con el ambiente del libro.
También está el museo oficial, el Museo Bulgakov que organiza muchísimas actividades (pena que casi todas son en ruso, aunque hay alguna en inglés), como el recorrido a pie por los Estanques, así como otra app para el teléfono, esta vez con el mapa de los lugares de Bulgakov. ¿No parece interesante? A mi me ha fascinado.
Aquí empieza todo....
La música del maestro
Y para rematar la faena, he descubierto que nuestro maestro y nuestra Margarita han inspirado a un montón de músicos para sus canciones. El “number ONE”, y aquí me han vuelto a dar, son los Rolling Stones: Mick Jagger compuso “Sympathy for the Devil” en 1968. Parece que una novieta que tenía en la época le había regalado el libro.
Hay más, muchos más, de hace tiempo y actuales. Ha impactado este libro en Patti Smith con Banga, Pearl Jam, Moriarty o la banda escocesa Franz Ferdinand con su Love and Destroy, inspirada en el vuelo de Margarita sobre Moscú. Y tropecientas más.
Para terminar, una obra de teatro de la compañía inglesa COMPLICITE que estuvo recorriendo Europa en 2012 con “El Maestro y Margarita”. Me llamó la atención que uno de los actores principales era Cesar Sarachu, el Bernardo de Camera Café, la famosa serie de televisión. En este enlace está la entrevista que le hicieron para la radio cuando recalaron en Madrid y Barcelona y que me gustó mucho.
Así que, disfruten con esta coartada literaria, yo lo he hecho. Badajoz (España), septiembre de 2016
Verano 2016: Yincana de librerías en Moscú y Burdeos
Hoy sigo con otra de mis manías. Ya lo he confesado otras veces, me gusta trastear en las librerías. Soy lectora de libro electrónico, por lo bien que se maneja y el poco espacio que ocupa, pero donde se ponga un libro en papel… Así que enredar en las librerías me gusta un montón, sobre todo en algunas que son una auténtica maravilla, museos que invitan a echar el rato, sin prisas.
Y si estoy fuera de España, me gusta buscar libros de autores españoles; saber a quien se lee por ahí. Así que este verano he vuelto a poner la maquinaria en marcha:
La primera parada era Moscú. ¡¡Uff!! lo de idioma era una zancadilla, pero no me arredré porque llevaba mi super chuleta del alfabeto cirílico y confianza en los libreros. Y no me fallaron ni uno ni otro. En la Casa del Libro Pedagógico de Moscú (Московский Дом Книги) me emocionó encontrar a nuestro Victor del Árbol con “La tristeza del Samurai”. Me dijeron que se lee mucho en español y allí estaba entre los grandes, cerquita de Cervantes! Hasta lo venden on-line, en la web de la librería.
Casa del Libro Pedagógico de Moscú en ul. Kuznetskiy Most, 18/7
Víctor del Árbol en las librerías de Moscú
El que también parece que les mola mucho, y éste lo tenían traducido al ruso, es Артуро Перес Реверте (Arturo Perez Reverte). Nos contó el librero que en Moscú se lee mucha literatura en español, y el que más, Cervantes. ¡Era obvio!
También pregunté por lo más leído de autores rusos y el campeón parece ser Mihail Bulgakov. Vaya puntería que he tenido, ¡había sido mi coartada literaria de este viaje!
La siguiente escapada ha sido Burdeos. Aquí hemos estado en dos librerías a cual mejor: la Librería Mollat y La Machine à lire.
Librería Mollat en Burdeos
La Machine à Lire
La primera tenía programada una actividad curiosa para una librería. Para atraer al público habían organizado una especie de “Ven a bailar” y allí estaban en un rincón, algún que otro empleado enrollado con sus bailes. Un poco tontuna, pero era simpático.
Librería Mollat de Burdeos
Pero lo más interesante de las dos librerías son las notitas escritas a mano que colocan sobre los libros recomendando su lectura. Lo harán en más sitios, supongo, pero yo no lo había visto nunca (y tengo unas pocas en la mochila…). Y me ha parecido una gran idea.
Aquí también estaba Victor del Árbolcon “Toutes les Vagues de l’Ocean”, “La Tristesse du Samouraï” y ”La Maison de Chagrins”. Como estas las había leído, compré “Les pigeons de Paris” que no la conocía.
Víctor del Árbol en "La Machine à Lire"
Tiene también mucho éxito Dolores Redondo, con su Trilogía del Baztán.
Dolores Redondo, "Trilogía del Baztán"
Y volví a encontrar “Las leyes de la frontera”, de Javier Cercas, que lo había visto el año pasado en la librería Humanitas de Bucarest ¡en rumano!: "Legile frontierei”. Aquí era: “Les lois de la frontière”, claro.
La visita a la Catedral de Cristo Salvador formó parte de nuestro recorrido de un día en Moscú en el verano de 2016. Está cerquita del Kremlin y además se llega en Metro muy bien; la estación más cercana es la de Kropótkinskaya (Línea 1 Roja).
La historia de la catedral es única y es una especie de puesta en escena de la historia de Rusia de los últimos 200 años. Daniel Utrilla en su libro "A Moscú sin kaláshnikov" la llama "catedral de quita y pon" y a mí me encanta.
La Catedral de Cristo Salvador desde el puente del Patriarca
La idea de construir un templo surgió tras la expulsión del ejército de Napoleón de tierras rusas en la Primera Guerra Patriótica, en 1812. Alejandro I pensó en un monumento grandioso, al estilo de la Catedral de San Basilio (la que está en la Plaza Roja) y que había ordenado construir Iván el Terrible en el siglo XVI para conmemorar la victoria sobre el Kan de Kazán.
Entre un montón de proyectos, se eligió el de un tal Vitberg que parecía una apuesta segura. Pero se juntó el hambre con las ganas de comer y entre lo místico del proyecto y los problemas financieros (el dinero volaba y el edificio no despegaba) la catedral no terminaba de ponerse en marcha.
Y así llegó otro zar, Nicolás I (su hermano Alejandro había muerto entretanto) y vuelta a la casilla de salida; ahora si que se puso todo en marcha. Para la edificación de la catedral tuvieron que derribar el antiguo convento de San Alexis y cuentan que la abadesa se pilló un buen rebote y a modo de maldición dijo que allí no habría nuncanada, tan sólo una hoya. Y acertó…
Así en 1839 empezaron de nuevo las obras, ahora de estilo bizantino con una cúpula exagerada. El nuevo arquitecto, A. Ton, muy famoso también en la época, creó así escuela para futuras iglesias.
La catedral era una magnífica iglesia de cruz griega con cinco cúpulas de estilo ruso-bizantino (¡que para eso eran los herederos de Bizancio!!). Todo fue a lo grande, hasta las enormes esculturas que vigilan la doce puertas; santos, príncipes y hombres famosos rodean la catedral como en un intento de protección.
Por fin, fue un tercer zar, Alejandro III, quien tuvo el privilegio de hacer los honores de la inauguración el día de su coronación, en 1883 (aunque durante las obras hubo también otro zar, Alejandro II, pero parece que pinchó poco y cortó menos en el asunto catedral). Y ésta duró en pie menos tiempo del que tardó en construirse, porque en 1931 el templo fue dinamitado. En ese lugar tan estratégico, Stalin había previsto construir el Palacio de los Soviets, lo que tendría que ser el edificio más grande del mundo. Tan grande no, tan gigantesco iba ser que estaba previsto colocar sobre él una estatua de Lenin de 100 metros de altura.
Maqueta de lo que no sería el "Palacio de los Soviets"
Y como en un bucle irónico de Guerras Patrióticas, la Gran Guerra Patria (que así llaman a la Segunda Guerra Mundial) impidió en 1941 el éxito en la edificación del Palacio. Una vez hecho un enorme agujero circular para los cimientos, el acero y el dinero terminaron en el campo de batalla. Y la abadesa se salió con la suya: una hoya.
Así que como aquí no se tira nada, en 1960 el gran agujero se convirtió en la piscina pública más grande del mundo, una piscina circular de 130 metros de diámetro y 6 de profundidad.
Piscina Moskva
Y por fin, vino el resurgir de las aguas, como si de un ave fénix acuática se tratara. A finales de los años ochenta, con la nueva Rusia de la perestroika y el glásnost, hubo un movimiento social promovido por la Iglesia Ortodoxa Rusa e intelectuales creyentes para reivindicar la reconstrucción de la catedral. Apoyados por el primer presidente de la Rusia moderna, Boris Yeltsin, y el alcalde de Moscú, se reunió el dinero necesario y se pusieron manos a la obra. Parece que el dinero se consiguió a partir de las donaciones voluntarias de ciudadanos de a pie (¿con la que les estaba cayendo...?). Hay quien duda de ello y dicen que el Estado (laico) puso una gran parte. Y estuvo terminado en un abrir y cerrar de ojos, no como la primera vez, pero la tecnología del siglo XX es lo que tiene. La Catedral de Cristo Salvador es ahora el centro principal del culto ortodoxo, donde se celebran las grandes fiestas religiosas y los funerales de tronío como el de Boris Yeltsin en 2007.
En esta catedral fue donde en 2012 irrumpió aquel grupo feminista de música punk, las Pussy Riot, que tanto dieron que hablar.
Y hablando de música y sin tener nada que ver (¿o si?) termino contando la historia de la obra que Tchaikovski compuso para celebrar lo mismo que se conmemoraba con la catedral: la victoria sobre Napoleón. Se llamó Obertura de 1812, claro, y a mí me gusta mucho. Al componerla, Tchaikovski pensó que fuera interpretada al aire libre, en la plaza frente a la catedral, con repiques de sus campanas y salvas de artillería. El asesinato de Alejandro II en 1881 retrasó su estreno y cuando pudo ser interpretada por primera vez ya no tuvo gracia porque fue bajo techo y con instrumentos convencionales en lugar de cañones y campanas. ¡Una pena! Pero esta historia es más divertida si la cuentan los de Bully Magnet en este vídeo que me ha parecido sencillamente genial:
En fin, parece que la Catedral de Cristo Redentor, como la llaman los lugareños, es visita obligada, pero a mí no me dijo gran cosa. Me gusta visitar iglesias no por su aspecto religioso, sino por el arte que encierran. De esta me han gustado más todas las historias que encierra. Tampoco les hace demasiada gracia a los moscovitas, al menos a algunos. Tatiana Pigariova en su "Autobiografía de Moscú" dice: No faltaron las comparaciones con un gran samovar dorado o un bizcocho de Pascua que «en comparación con las catedrales del Kremlin, parece un enorme broche falso» (p. 98) ¡¡Pues, eso!!