viernes, 19 de febrero de 2016

Algunos libros de 2016: La luz que no puedes ver

La luz  que no puedes ver
Anthony Doerr
Suma, 2015
Premio Pulitzer ficción 2015
664 páginas


“Todos nos hicimos mayores antes de crecer”. Si tuviera que resumir el libro en una frase, elegiría esta. Lo dice Marie-Laure en uno de los últimos capítulos. Y para mí es lo esencial de la historia: unos niños forzados a ser mayores antes de tiempo. Ayer terminé el libro y no paro de darle vueltas en mi cabeza.

Y es que si, me ha gustado. Es verdad que la parte central me resultaba algo pesada, le daba demasiadas vueltas a las cosas; pero al final ese detalle ha carecido de importancia.

Me han gustado muchas cosas. Me ha gustado que no solo es una novela mas sobre la segunda guerra mundial, que también lo es. Es la lucha prematura de dos criaturas por sobrevivir, con lo que esto supone de pérdida de la inocencia. Marie-Laure lucha por comprender lo que rodea a su oscuridad. Werner por huir del trabajo en la mina, y que le lleva a caer en las peores garras posibles, las de la barbarie nazi.

Y me parece muy interesante el papel del conocimiento científico, de la lectura y de la música en la historia. Estos son elementos clave en el crecimiento de los personajes, junto con las relaciones personales. 

El papel de las mujeres en épocas difíciles creo que es incuestionable, y en esta historia se puede apreciar. Esas dos supermujeres que dan cobijo y calor a los héroes de nuestra historia: el olor de sus guisos, el sonido de sus historias hacen crecer a nuestros personajes. Y las bravas mujeres de la resistencia francesa son también todo un ejemplo.
Hay personajes muy redondos en la historia: el tío Etienne, ese divulgador de conocimiento a través de “la luz que no puedes ver” (¿es por eso el nombre de la novela? no lo sé, pero me gusta); el mañoso padre de ML que es capaz de abrir el mundo a su hija con sus maquetas y sus juegos…

En fin, el uso del lenguaje es genial, describe objetos, lugares y situaciones con la exactitud necesaria para que un ciego lo pueda ver. Con el extra añadido del lirismo de montones de páginas. Solo un ejemplo:

“Cuando Werner deja de toser y se aparta los restos que han caído sobre su pecho, encuentra a Volkheimer mirando un nítido agujero de luz violeta.
El cielo.
Un cielo nocturno.
Un rayo de luz de estrellas entra a través del polvo y cae sobre el borde de un montículo de escombros que hay en el suelo. Werner lo inhala un instante. ”

El contrapunto lo pone el Mar de llamas, pedrusco que simboliza todo lo peor en la mente primitiva de von Rumpel, su proceso de degradación como paralelismo con la situación política del momento.

Y volviendo a los libros, en mi opinión las obras de Julio Verne vienen al pelo porque el libro tiene su parte de novela de aventuras. Y cuando compara trozos de Julio Verne con lo que sucede en la historia me parece magistral.
El trasiego de tiempos que se trae me resultó engorroso al principio, tuve que ir varias veces al índice para organizar mi cabeza, pero está bien construido.

Lo que me ha gustado menos han sido esos capítulos al final, al estilo de los  telefilmes de después de comer diciendo lo que pasaba con los personajes en la actualidad. El peor, el de la abuela y el nieto, ¿qué quería decir? No entendí nada. 

jueves, 11 de febrero de 2016

Carambolas librescas en Zaragoza

Reconozco que tengo muchas manías y una de ellas son las librerías. Cuando estoy preparando un viaje, suelo escribir en Google: “librerías con encanto en……”. Y cuando hice esta búsqueda para Zaragoza salieron varias y encontré algún artículo en el Jot Down sobre un par de ellas, lo que para mi ya es una garantía. No sé por qué, pero me decanté por Cálamo, Vino y Libros y acerté de pleno.


Cálamo es una monada, muy completa y con una decoración y distribución que invita a echar allí un buen rato y a comprar libros (cosa que hice, claro!!!). Contribuye a crear ambiente la sección de vinos, que es bien mona.

Sección de vinos de la librería Cálamo

Tiene una primera planta con una barandilla desde la que se ve la planta baja, lo que le da un aspecto muy coqueto. La Sección Viajes me encanta porque combina las típicas guías con la literatura de viajes, agrupándolas por países, continentes o zonas concretas. A mi me gusta ese tipo de lecturas cuando preparo un viaje y aquí te lo ponen fácil.

La carambola vino cuando supe allí que uno de los dueños, Paco Goyanes, librero de los buenos, tenía que ir a llevar libros para la venta en la inauguración de una exposición. Et… voilà!!, porque ese era mi siguiente destino en la ruta libresca que había planificado para esa tarde. Y coincidí, claro, con Paco en la inauguración de la exposición de las ilustraciones que  Fernando Vicente había hecho para la edición de Reino de Cordelia del Drácula de Bram Stoker


Fernando Vicente y Drácula
Ilustraciones de Fernando Vicente

Sin conocer a nadie en esa sala de Zaragoza, me sentí como en casa porque todo el mundo fue de lo mas amable. Paco me dio conversación mucho rato mientras esperábamos en la puerta. Fernando me firmó el libro, que llevaba desde Badajoz para ocasión e hizo un dibujo bien chulo junto a la firma. Isabel, su mujer,  y Jesús Egido, el editor, me contaron muchas cosas del trabajo de Fernando. Total, una tarde fantástica.






Me encantan todas las ilustraciones de Fernando Vicente, las que podemos ver en el suplemento cultural Babelia los sábados en El País, las que ha hecho para el “Feliz no cumpleaños” de Alicia en el Museo ABC de Madrid, las de El Gatopardo de Lampedusa en el Centro Cultural Matadero, también en Madrid…..  Estas de Drácula, en particular, tienen mucha fuerza y algunas son de lo mas sugerente…. Un buen trabajo. 


Para completar la carambola, resultó que esa exposición era el pistoletazo  de salida para el Festival Aragón Negro, otra de mis debilidades. 

Gracias, Zaragoza.

Enero de 2016
III Festival Aragón Negro

miércoles, 10 de febrero de 2016

La cata, Roald Dalh



La cata (Taste) es una pequeña historia del gran Roald Dahl; si, el de “Charlie y la fábrica de chocolate”. Pero no es tan pequeña la historia, y no es tan de niños como Charlie o Matilda.

La narración tiene un tensión que progresa y crece al paso de las páginas. Nos cuenta la cena de un grupo de amigos en la que se pone en cuestión la habilidad de uno de los invitados para reconocer cualquier vino, llegando a proponer una apuesta de lo más sobrecogedora… Y hasta aquí se puede contar.

Son pocas páginas y se lee en un ratito y esta edición de Nørdica libros tiene unas ilustraciones geniales, aunque a mí me siguen gustando las de Quentin Blake de toda la vida.

Tiene unas descripciones maravillosas de la cata, recomendable para los amantes del buen vino.



Autor: Roald Dahl
Traductor: Íñigo Jáuregui
Tamaño: 15 x 21 cm.
Encuadernación: Cartoné
Páginas: 80
PVP: 19,50 €
ISBN: 978-84-16112-43-2
Ilustrador: Iban Barrenetxea
Erado

viernes, 29 de enero de 2016

El Rummikub en los parques de Brasov y el Trivia con una copa en Logroño


Me encanta la gente que se divierte jugando. No cuando te juegas los cuartos en los casinos, en las apuestas por Internet o así, no. Me gusta la gente que cuando se reúne juega a alguno de esos juegos de mesa tan entretenidos. Por ejemplo, yo soy super fan del Rummy

Hace unos día hemos estado en Logroño y me llevé una grata sorpresa cuando unos amigos lugareños nos llevaron a tomar la consabida copa de después de la cena a un sitio bien curioso. Me resultó interesante la decoración, con carteles y fotos  de actores (algunos que habían pasado por el local) y etiquetas de bebidas en las mesas y en el techo. Tenían buena música y había todo tipo de público. 
Era el Café Bretón, frente al Teatro Bretón. Tienen hasta un premio literario y un Festival de Cortos, “Sueños en corto”





Hasta aquí genial!, pero lo mas de lo mas fue cuando me percaté de que en todas las mesas pasaba algo. En unas jugaban al ajedrez, en otras a las cartas, a las damas o al Trivia. ¡Una pasada! El ambiente era de lo más agradable. Es una idea a copiar, esto de tomar una copa de manera diferente.



Me hizo recordar a un grupo de señores en un parque de Brasov (Rumanía) este verano. Había mesas y bancos de piedra dispuestos para el juego. Había tableros de ajedrez, pero también había un grupo jugando al Rummikub, ¡mi favorito!! En Badajoz sólo he visto jugar al ajedrez en los parques de vez en cuando que organizan algún evento. Así que me emocionó ver como pasaban el rato esos otros lugareños. Bien barato y con alimento para la mente. 




Brasov, julio 2015 y Logroño, enero 2016

martes, 19 de enero de 2016

Bran, el castillo de Drácula sin Drácula.

¿Transilvania sin Drácula? Pues si, eso es (o casi). Y me ha llamado mucho la atención. Cuando estaba preparando nuestro viaje a Rumanía era obligado repasar la novela de Bram Stoker. Ya sabíamos que Stoker no había pisado Transilvania en su vida y que la información que necesitó para escribir su libro la obtuvo de la biblioteca del Museo Británico. Pero siempre que hablas de Transilvania, se te viene a la cabeza Drácula y al revés. ¡Pues…  no señor! 
Ilustraciones de Fernando Vicente para la edición de Drácula de Reino de Cordelia (2015)
Anduvimos correteando un montón de sitios esperando ser atacados a diestro y siniestro por el señor conde y nos llevamos la gran sorpresa. La referencia histórica, la persona que da origen a nuestro personaje es Vlad Tepes (Vlad el Empalador), un rey guerrero valaco, un poco bruto, pues  tenía la fea costumbre de empalar a los turcos que de cuando en cuando asomaban la nariz por sus territorios. Bueno, y a todo maleante que se le ponía por delante. Hemos encontrado un gran respeto hacia Vlad Tepes y al mismo tiempo, no hemos visto que se explote comercialmente la figura de Drácula, para nada aprovechan el tirón vampiresco.
















Los dos lugares de referencia draculina eran la Fortaleza Poenari y el Castillo de Bran.
A la Fortaleza Poenari la llaman en las guías el “verdadero “ castillo de Drácula. Tuvo que ser de aúpa en sus buenos tiempos porque está situado en un lugar estratégico y a una altura de mil diablos. Pero hoy en día son cuatro paredes y tres piedras lo te encuentras después de subir la friolera de 1480 peldaños por una escalera de piedra que da vueltas y mas vueltas a la montaña.  Es un poco chasco cuando llegas, pero el paisaje que se ve es impresionante y merece la pena hacerte un poco polvo las rodillas. Y con los muñequitos empalaos que tienen a modo de atrezzo y la guillotina te haces un poco a la idea de lo brutito que era este señor.

Rio Arges desde la fortaleza Poenari
Subida de 1480 peldaños
Los empalados de la Fortaleza Poenari














Todo lo contrario es el Castillo de Bran, que parece mas bien un castillo de cuento de hadas. Ya lo advierten con carteles en la taquilla, que no vamos a encontrar nada de Dracula en este castillo. Y es verdad, parece como si hicieran un esfuerzo para que Dracula no aparezca, ni tan siquiera que te lo imagines. El castillo tiene unas salas bien moninas y unos patios adornados con plantas de lo mas primorosas. 
Eso si, aparece el árbol genealógico y el retrato de Vlad Tepes, el auténtico rey valaco (contra la historia no pueden luchar). A mi me resultó un lugar encantador donde no me importaría pasar unas vacaciones tranquilamente. Aunque a razón de los cientos de turistas que andariqueábamos por los salones, no deben ser unas vacaciones muy tranquilas.


En fin, que creí que iba a salir hartita de Drácula en este viaje y han sido de lo mas discreto. La verdad es que se agradece.


Brasov (Rumanía), Julio 2015
Árbol genealógico de Vlad Tepes
Castillo de Bran
Retrato de Vlad Tepes (Vlad el Empalador)

Patios primorosos del castillo de Bran













Patios primorosos del castillo de Bran



martes, 15 de diciembre de 2015

Tras la BBC en tren: La guía Bradshaw

Una de estas tardes, viendo la poca tele que suelo ver, recalé en un programa que estaban poniendo en La 2, Grandes viajes ferroviarios continentalesy recordé una anécdota de un viaje del 2013. Tiré de una de mis “libretinas” para activar mis neuronas y, efectivamente, allí estaba todo. Me encanta cuando en los viajes encontramos algo que rompa la rutina (y la rompemos con frecuencia, de eso no hay duda…) 

Aquel verano fue el de la Escania de Mankel. Habíamos ido a Lund, una ciudad universitaria bien chula, a unos kilómetros de Malmö, donde teníamos el cuartel general. Pues bien, estábamos viendo la maravilla de reloj astrónomico que hay en la catedral, esperando a que se pusieran las figuritas a bailar y a hacer las cosas que hacen esos relojes, cuando vemos movimiento de gente: focos, cables, cámaras …. y un tipo de lo más típico con una chaquetina rosa y en la mano un librino super viejo. Grabaron todo el tejemaneje del reloj y nosotros chupando cámara…

Reloj astronómico. Catedral de Lund (Suecia)
Reloj astronómico. Catedral de Lund (Suecia)

Los volvimos a encontrar en una plaza y por último en el mercado. La curiosidad me pudo y pregunté a una de las chicas que pululaban alrededor del asunto. Me contó que era para un programa de la la BBC2 y me habló del libro, ese libro viejo que en la catedral pensé que era una Biblia o un libro de rezos o así. 

Y me encantó, pues resulta que el libro de marras es una antigua guía de viajes en ferrocarril de 1913 que había escrito un tal George Bradshaw y que es una especie de biblia para los turistas británicos: la Bradshaw’s Continental Railway Guide, aunque al principio eran los horarios de los trenes, sin más. Y este señor, Michael Portillo, va recorriendo Europa en tren siguiendo las rutas de la guía. 

Guía Bradshaw'
Guía Bradshaw
Michael Portillo, presentador del programa

Yo no lo sabía, pero resulta que esta guía aparece en varias obras de la literatura en inglés. Por ejemplo, el Conde Drácula lee la guía Bradshaw para preparar su viaje a Inglaterra; aparece en El Hombre que fue Jueves, de Chesterton o en La vuelta al mundo en 80 días. Ágata Christie y Lewis Carroll también la nombran. 

Estoy pensando que molaría este viaje, toda Europa parece un poco largo, pero he visto la parte de Irlanda, por ejemplo, y creo que me lo voy a pedir.

¡¡ME LO PIDO!!!



Pero si Picaporte no se aventuraba a hacer preguntas al piloto, mister Fogg, después de haber consultado su "Bradshaw" le preguntó con calma si sabía cuándo saldría un buque de Hong Kong para Yokohama.” Julio Verne, La vuelta al mundo en 80 días

"En el despacho o biblioteca también habían encendido las luces, y encontré al Conde tumbado en el sofá, leyendo nada menos que una Guía inglesa de Bradshaw" Bram Stoker, Drácula (p.61)


"Guarde a su amado poeta Byron, que sólo sabe escribir acerca de las derrotas del hombre, y déme a mí el horario Bradshaw, que conmemora los aciertos humanos. ¡Venga el  horario!" Chesterton, El hombre que fue jueves (p. 20)

domingo, 8 de noviembre de 2015

La víspera del Día de Todos los Santos


La víspera del Día de Todos los Santos salió de lo más revuelto, lloviendo y bastante desagradable. Propio de la fecha, no digo que no, pero pensé que ya tenía el día hecho: en casita. 

Pero FaceBook me alegró la tarde, porque vi una convocatoria para una actividad que había en la Biblioteca Pública de Badajoz. Me pareció de lo más apropiada y allí me planté en cuatro zancadas. Y mereció la pena. 

El equipo de benditos locos de El Secreto de la Caverna hicieron un programa especial (radio en directo que se puede escuchar también en su web) para celebrar el Día de Todos los Santos, dedicándolo a los escritores lúgubres: Poe, Lovecraft, Mary Shelley, Bram Stoker, Stephen King,  G A Bécquer…. ¡Sublime!

Me gustó también una sección que hicieron sobre leyendas de fantasmas en bibliotecas, con imágenes de la biblioteca Willard , en Evansville, Indiana. Hubo para terminar un repaso al cine de terror aprovechando el Día de los Difuntos. Un programa de casi dos horas la mar de completito.

Llegué a casa con ganas de leer algo de lo que habían estado hablado en el programa. En esos momentos estaba leyendo el Dracula de Stoker, en una edición preciosa de Reino de Cordelia con ilustraciones de Fernando Vicente. Así que eso no valía, buscaba algo distinto, así que rebusqué en las estanterías y apareció una edición de las Rimas y Leyendas de Bécquer del Circulo de Lectores del año 1967, una de mis primeras adquisiciones librescas. Así que me puse con “El monte de las ánimas”. Fue perfecto:

“La noche de Difuntos, me despertó a no sé qué hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno me atrajo a las mientes esa tradición que oí hace poco en Soria.
Intenté dormir de nuevo. ¡Imposible! Una vez aguijoneada la imaginación, es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarlo de la rienda…..”



31 de octubre de 2015














lunes, 26 de octubre de 2015

Murcia, su lado foodie

Los amigos murcianos se han empleado a fondo para que hiciéramos una inmersión total en su comida. Y han superado la prueba con nota. Aquí hay una selección de lo que mas me ha gustado.


La marinera. Es una tapa súper sencilla pero bien rica  Es ensaladilla rusa sobre un pico de pan en forma de lazo. Sobre la ensaladilla hay una anchoa. El único problema es que hay que tener un poco de arte para comerla sin que se rompa el pico y te pongas perdida.



Las ensaladas también me han gustado. Casi siempre eran de tomate, bonito, una cebolla roja muy rica y unos pimientos verdes en lo que llaman "agua sal" (¡me encanta!). Pero lo mejor de las ensaladas han sido las alcaparras y sus tallos, que yo no había visto nunca. Por aquí le llaman tápenas y también me gusta ese nombre, que el de alcaparras parece malsonante a su lado. 


Junto a la almadraba de La Azohía, en la bahía de Mazarrón, comimos una lecha de buen tamaño y bien rica. No conocía ese pescado, el Guadiana no da para eso ;-)


Muy divertido lo de las "lechugas en perdices", que resulta que son los cogollos partidos en cuatro trozos a lo largo.






Genial el bar donde tomamos los pasteles de carne. Parecía un local teletransportado que hace un montón de años, como si no lo hubieran reformado nunca, sin artilugios decorativos,  pero limpio, eso si.  Solo sirven los pasteles de carne y también de sesos (para mí, los mejores). En el rato que estuvimos allí sirvieron un montón, rápido, sencillo y genial. Se llama Zaher y está en una calle que desemboca en la Palza de las Flores. Recomendable.



Y para beber... No pidas vino, que solo te ofrecen Rioja o Ribera. Pero en cuanto a la cerveza, no he visto gente más orgullosa de su cerveza que los murcianos. Solo se bebe Estrella de Levante, no pidas otra que te miran raro. Y está buena, que conste; así que a mí no me ha importado.


De la huerta murciana, nos trajimos un cachito. Semillas varias y patatas spuntas para sembrar del mercado de Blanca, donde Pedro Cano. Y pimientos rojos para secar. 

Nos vinimos sin probar los paparajotes murcianos, así que para la próxima. 


Murcia, octubre 2015