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viernes, 30 de agosto de 2019

Un vergara en Vergara

...el pastel y el Abrazo de Vergara

¿Sabéis qué ocurre cuando visitas un pueblo después de fiestas? Pues que no hay un alma, ni nada abierto. Todo el mundo descansa, toma vacaciones. Se largan, vamos. Así que la semana después de las fiestas de agosto no pudimos probar un vergara  en ninguna de las tres famosas pastelerías que tiene Vergara (Guipúzcoa). La verdad es que eso pasa un poco en muchos sitios en este mes; no los culpo.


Vergaras de La Cubana en Badajoz

El vergara es un bizcocho de dos capas relleno de crema de yema de huevo con azúcar y cubierto con almíbar horneado. Quería compararlos con los que hacen en una pastelería de mi ciudad, La Cubana, en Badajoz, pero no pudo ser. Lo había probado en San Sebastián y en ese caso ganó el Vergara pacense sobre el bergara vasco. Habrá que volver a Vergara/Bergara para hacer el estudio completo…



Lo que sí pudimos hacer es pasear y descubrir edificios interesantes...








Además, tenían abierto el vestíbulo del Palacio de Irizar, donde tienen un pequeño monumento conmemorativo del famoso “Abrazo de Vergara” entre los generales Espartero y Maroto. El Convenio de Vergara es el tratado de paz que puso fin a la primera guerra carlista el 31 de agosto de 1839.

Aquí entra de lleno el toque lector de mis viajes. ¡Inevitable! Vergara es uno de los Episodios Nacionales (1899), de Benito Pérez Galdós. Otra tarea, que alguno de esta serie aún me falta; éste, sin ir mas lejos.



No comimos ningún vergara, pero supimos también que en Vergara están los orígenes de la Real sociedad Bascongada de Amigos del País


Al final, fue una tarde interesante. Pero me quedo con el vergara de La Cubana de Badajoz.





Pilar Otano Cabo
Badajoz, España, Agosto de 2019


miércoles, 30 de mayo de 2018

Islandia combina sabores

... y lo bien que los combinan!!!

La afición de los islandeses por lo dulce debe ser grande. En cualquier supermercado o tienda de gasolinera, encuentras una proporción exagerada de chocolates y dulzainas varias. 

Como nos parecemos un poco a los islandeses en esto del goloseo, hemos hecho un buen repaso cada día de nuestro viaje a las estanterías de los BONUS, que es el super de los descuentos en Islandia, algo así como el DIA en España. Hemos probado varios, pero enseguida nos dimos cuenta de la combinación perfecta que hacen de dos sabores, a cual más espectacular y que juntos es una locura.


BONUS, cadena de supermercados en Islandia
BONUS, el del cerdito rosa, es como el DIA en España

La decisión la tomamos al segundo día y hemos sido fieles a Freyja Smá Draumur durante el resto del viaje. Esta delicia consiste en una barra de chocolate con leche rellena con dos barritas de regaliz, que a veces es una sola más grande. Parece una tontería, pero creo que es lo más rico que he comido durante el viaje, es una experiencia única. Draumur significa sueño en islandés y realmente es un sueño este chocolate.

Esta delicia de chocolate con regaliz no falta en ninguna tienda

Hemos probado otros, como el Sirius, que tiene copos de regaliz salado y sal marina. También esta bien rico y pasó la prueba, aunque es distinto porque el toque regaliz es más sutil. Estos de Sirius cuentan que vienen haciendo estas maravillas desde 1933. En su web dicen que si alguien quiere comercializarlo en su país que se pongan en contacto con ellos, así que a ver si alguien se anima porque en Badajoz va a encontrar un grupito de clientes. 


Tableta de chocolate con copos de regaliz salado y sal marina

Pero son cuidadosos con el azúcar aunque parezca un contrasentido. Los sobres que te ponen con el café tienen solamente 4 gramos. En España creo que anda por 7 gramos. Espero que la nuevas buenas intenciones del Ministerio de Sanidad para el 2020 se cumplan. Seguro que ganamos todos, aunque a la industria azucarera le guste poco.

No he visto en España sobres de azúcar de 4 gramos

En fin, que no acabo de creerme que esté escribiendo una entrada para el blog con semejante tema, pero era de justicia, justicia golimbra. 

¡El relleno de regaliz ligeramente salado es algo sublime!






viernes, 23 de marzo de 2018

Me gusta como hablan en Chile

...regalonear

Se supone que hablamos el mismo idioma, pero cuando estás en Chile necesitas un diccionario; o preguntar todo el tiempo por el significado de muchas palabras. Yo prefiero esta última opción, como cuando pregunto a mi amiga Yoli por la sopaipilla.

Cena con sopaipilla y todo




La influencia mapuche y quechua tiene mucho que decir en esta historia. Hay un montón de palabras mapudungún y quechua con una fuerza increíble, además de ser de una tremenda sonoridad. Me encanta cuando hacen algo “al tiro”; o cuando pololean -el pololo es el novio-. Y me divierte la forma de nombrar a los novatos en la universidad: mechones. Y como se pasan un montón con ellos, igual que por aquí, hay una etiqueta de Twitter, #mechoneopiola, para invitar a los alumnos a que pasen de las novatadas.

Campaña "Pasa de las novatadas" #mechoneopiola



Algunas palabras se prestan a divertidos equívocos, como la palabra poto, que en mi tierra es una planta de interior que tengo en mi cocina y que en Chile son las nalgas!! 



El poto en mi cocina.
Uno de los potos de mi cocina

Pero la que más me gusta de todas es REGALONEAR y  que nuestros amigos chilenos de Temuco usan y practican con frecuencia. Regalonear, resumiendo mucho, significa mimar o dejarse mimar. Y desde luego que cada vez que vamos a Temuco nos regalonean de lo lindo. Son auténticos expertos.

Badajoz, marzo de 2018





sábado, 3 de marzo de 2018

De Xabier Gutiérrez a Pío Baroja, pasando por La Plaza de la Música

NOIR GASTRONÓMICO

¿Matar a alguien que critica tu trabajo? ¡Uy, uy!!! ¡Cómo suena!!!, sobre todo  en el mundo de la restauración. Pues si, han asesinado a un reputado crítico gastronómico; ese es el caso que nuestro subcomisario de la Ertzaina, Vicente Parra, tiene que resolver en la última novela de Xabier Gutiérrez,“Sabor crítico”.


El subcomisario de la Ertzaina, Vicente Parra, resuelve otro caso en la tercera entrega de Xavier Gutiérrez
Sabor crítico, Ediciones Destino, 2011

Ya conocemos a Vicente Parra de las dos entregas anteriores,“El aroma del crimen" (2015) y “El bouquet del miedo” (2016). De esta última escribí una entrada en este blog hace un par de años. Y esta tercera, “Sabor crítico” me atrapó desde el principio y al llegar a la última frase del libro, aguanté la respiración y me dije ¡¡guauuu…!!, ¿cuando vendrá la cuarta?

Las dos primeras novelas de Xavier Gutierrez. Imagen de RTVE
“El aroma del crimen" y “El bouquet del miedo” (*)

Xabier Gutiérrez es cocinero, psicólogo y escritor, así que hace unos guisos estupendos con sus historias. Dirige el Departamento de Innovación del Restaurante Arzak de San Sebastián,  lo que hace que sepa de cocina un montón. Además sabe transmitirlo en sus novelas. En esta última, también hay platos que degustar y una sidrería propiedad de uno de los personajes; aparece una de esas sociedades gastronómicas a las que solo van hombres!!! y el hijo de Vicente Parra también anda metido en fogones… En fin, que para alguien como yo que ama la cocina, y sobre todo comer, todo esto es un extra.

El subcomisario Vicente Parra es un tipo normal que trabaja en la comisaría del barrio de La Antigua, en San Sebastián. Lleva un año dando vueltas a un caso, el asesinato del reputado crítico gastronómico Ferdinand Cubillo, y no tiene donde rascar. Pero rasca y bien, hasta llevarnos de la mano a resolver el caso. De paso, nos enseña su bonita ciudad, San Sebastián, y sus alrededores. Nos muestra su lado pastel y maravilloso y también su lado negro, muy negro. Planea también sobre sus libros la historia de la ciudad en los últimos cuarenta años. 


La Playa de la Concha juega su papel en "Sabor crítico" (**)
¡Me gusta esa playa desde que tenía cinco años!

Sigo enamorada del personaje del padre del policía, que ha tenido una librería muy especial y que ya conocimos en las entregas anteriores. La Libre-ría es todo un homenaje a esas pequeñas librerías, cuyos dueños son auténticos gestores culturales al apoyo lector de los ciudadanos. Libreros resistentes en la actualidad y combativos durante la dictadura, cuando en las trastiendas tenían los libros prohibidos que hacían circular entre los lectores. 

Pero Xabier Gutiérrez también tiene otras caras, y muy interesantes. Por ejemplo, fue el guionista de un documental, dirigido por su hermano Juan Miguel, sobre los estragos del amianto, “La Plaza de la Música”. Es muy interesante y también escribí en este blog una entrada acerca de él hace dos años. Además, tiene que ser un tipo de lo más divertido. 

Y sobre todo, me ha gustado “Sabor crítico” porque me ha llevado a leer otro libro. Resulta que el caso tiene cierta conexión (no destripo nada de la trama) con un caso de asesinato que tuvo lugar en un remoto caserío del País Vasco en 1926, el crimen de Beizama (Guipúzcoa). Y en la novela se habla de esa historia contada por Pio Baroja en “El cabo de las tormentas”. Así que me lancé a la búsqueda y a la lectura del libro.



En el relato "Silencio" Pío Baroja nos cuenta el caso sin resolver del crimen de Beizama.

En “El cabo de las tormentas” (1932), Pío Baroja toca un montón de temas a través de sus personajes. Habla de la Dictadura de Primo de Rivera, del anarquismo y el sindicalismo en Cataluña, del regionalismo vasco, de la insurrección republicana de Jaca de 1930 o la llegada de la Segunda República en 1931, mezclando la crónica y la ficción. El cuarto relato, Silencio, narra la investigación en torno al doble asesinato de una madre y una hija en Beizama que quedó sin resolver. ¿Connivencia entre vecinos?, Baroja también habla de “presiones clericales”… todo muy misterioso y que nunca se aclarará porque la documentación del caso desapareció con las inundaciones de 1953.




Todo esto da pie a que Xabier Gutiérez lo traiga a su novela y además, muy bien traído. Y ha conseguido poner a Beizama en mi mapa. Así que desde aquí os animo a las tres cosas: a leer “Sabor crítico” y “El cabo de las tormentas”, y a ver el documental “La plaza de la música”.



Título: Sabor crítico
Autor: Xabier Gutiérrez
Editorial: Ediciones Destino
Número de páginas: 512
Año: 2017


Sinopsis 
Ha transcurrido un año desde que asesinaron a balazos a Ferdinand Cubillo, Ferni, un reputado crítico gastronómico del País Vasco. El subcomisario de la Ertzaintza Vicente Parra y su equipo se encargaron en su día de interrogar a quienes pudieran haber estado relacionados con el crimen. Pero la investigación ha resultado, hasta el momento, infructuosa. Aun así, Vicente Parra no cejará en su empeño por aclarar lo ocurrido en un caso que, más allá de la muerte de Ferni, está relacionado con el misterio que se cierne sobre unos acontecimientos ocurridos hace más de treinta años.
Parra quiere revitalizar el caso, y justo entonces se suceden otras muertes que parecen relacionadas con la de Ferdinand Cubillo. Por una parte, estos crímenes complican la investigación pero, por otra, pueden ayudar al subcomisario a resolver de una vez por todas la muerte de Ferdinand Cubillo y, sin proponérselo, a descubrir un misterio que había permanecido oculto durante casi cuarenta años.


Badajoz, marzo de 2018

(*)  Imagen de RTVE
(**) Foto tomada de www.sansebastianturismo.com/



















jueves, 11 de mayo de 2017

Tomar Once en Chile



¿Que cómo se come en Chile? 

¡¡De maravilla!! Bueno, se come “rico” como dirían por allí. Y se bebe aún mejor: los vinos, la cerveza y el pisco sour…  no puedo decidir qué es mejor… Reconozco que tengo una auténtica devoción por el comer, por el buen comer sobre todo y en nuestro viaje a Chile 2017 hemos podido dar buena cuenta de ello. 



Merienda con su té y panecillos calientes

Además de tremendamente rico, me encantan lo sonoros que son los nombres de las comidas… Me han gustado las sopaipillas, el chancho en piedra, las empanadas de pino, el pastel de choclo, el chupe de centolla, … 




Hornos en la carretera de Temuco a Pucón



Otro día contaré sobre estas comidas y otras más de las que hemos disfrutado, pero hoy he quedado con unas amigas a merendar aquí en mi tierra, en Badajoz, y me he acordado de que eso en Chile se llama “Tomar once”. Y me encanta. 

“Tomar once” es una merienda, con su té o café y panecillos calentitos con mantequilla, mermelada o palta (aguacate). 



Hornos en la carretera de Pucón



Y en nuestra escapada a conocer los bosques chilenos me encantó "tomar once" con nuestros amigos Yoli y Juan en la cabaña de Pucón. Tomábamos once con nuestro “tesito" y el pan amasado que comprábamos en la carretera, donde encuentras un horno sacando "pan amasado" calentito a cada rato. 


Y a propósito de "tomar once" he sabido de una peli de 2015, bueno quizás sea un documental, sobre unas octogenarias que llevan "tomando once" una vez al mes desde hace 60 años. Se llama "La Once", de Maite Alberdi, la nieta de una de las protagonistas. Es bien curiosa. 





Pilar Otano
Badajoz, mayo 2017

lunes, 26 de octubre de 2015

Murcia, su lado foodie

Los amigos murcianos se han empleado a fondo para que hiciéramos una inmersión total en su comida. Y han superado la prueba con nota. Aquí hay una selección de lo que mas me ha gustado.


La marinera. Es una tapa súper sencilla pero bien rica  Es ensaladilla rusa sobre un pico de pan en forma de lazo. Sobre la ensaladilla hay una anchoa. El único problema es que hay que tener un poco de arte para comerla sin que se rompa el pico y te pongas perdida.



Las ensaladas también me han gustado. Casi siempre eran de tomate, bonito, una cebolla roja muy rica y unos pimientos verdes en lo que llaman "agua sal" (¡me encanta!). Pero lo mejor de las ensaladas han sido las alcaparras y sus tallos, que yo no había visto nunca. Por aquí le llaman tápenas y también me gusta ese nombre, que el de alcaparras parece malsonante a su lado. 


Junto a la almadraba de La Azohía, en la bahía de Mazarrón, comimos una lecha de buen tamaño y bien rica. No conocía ese pescado, el Guadiana no da para eso ;-)


Muy divertido lo de las "lechugas en perdices", que resulta que son los cogollos partidos en cuatro trozos a lo largo.






Genial el bar donde tomamos los pasteles de carne. Parecía un local teletransportado que hace un montón de años, como si no lo hubieran reformado nunca, sin artilugios decorativos,  pero limpio, eso si.  Solo sirven los pasteles de carne y también de sesos (para mí, los mejores). En el rato que estuvimos allí sirvieron un montón, rápido, sencillo y genial. Se llama Zaher y está en una calle que desemboca en la Palza de las Flores. Recomendable.



Y para beber... No pidas vino, que solo te ofrecen Rioja o Ribera. Pero en cuanto a la cerveza, no he visto gente más orgullosa de su cerveza que los murcianos. Solo se bebe Estrella de Levante, no pidas otra que te miran raro. Y está buena, que conste; así que a mí no me ha importado.


De la huerta murciana, nos trajimos un cachito. Semillas varias y patatas spuntas para sembrar del mercado de Blanca, donde Pedro Cano. Y pimientos rojos para secar. 

Nos vinimos sin probar los paparajotes murcianos, así que para la próxima. 


Murcia, octubre 2015

lunes, 7 de septiembre de 2015

Comer muy bien en un mercado. La Boquería de Barcelona

Comer en un mercado. La Boquería de Barcelona


Esta es otra de mis manías, los mercados. Tengo que pasar revista a los mercados de las ciudades a las que viajamos porque hablan por sí mismos.  

Recordé la Boqueria hace unos meses a propósito de la polémica suscitada cuando el ayuntamiento de Barcelona quiso limitar el acceso al mercado a los grupos de turistas organizados para evitar aglomeraciones.  
En fin, yo he ido al Mercado de La Boquería como turista varias veces (la última en 2014). No íbamos en grupo organizado, que sólo íbamos dos y no quisiera que me prohibieran la entrada porque me encanta. Me gusta el barrio donde está situado porque es la Barcelona que describen extraordinariamente los maestros Vázquez Montalbán y Gonzalez Ledesma en sus novelas. Me gusta ese arte que tienen para preparar los puestos con el colorido inmenso de frutas, pescados, carne y demás. Y sobre todo, me gustó a rabiar comer dentro del mercado en un bar que era como un puesto más, con una pequeña barra y unas pocas mesas altas con taburetes. No muy cómodo, claro, pero con una cocina exquisita. Se llama Pinotxio y comimos unas chuletas de conejo con setas que estaban de muerte con una copa de cava. Simplemente sublime

martes, 28 de julio de 2015

Comer en Rumanía. Otra razón para el viaje


Hemos comido muy bien en Rumanía, y muy barato. Hemos probado de todo y en todo tipo de sitios, desde los restaurantes que recomiendan en las guías de viaje hasta el picnic en el parque con los productos locales.

La pena ha sido que hacía mucho calor y con lo sopera que yo soy no me he atrevido a probar las Ciorbas, esas sopas rumanas que tienen tanta fama.

Si tengo que elegir, me quedo con el Sarmale, los Mici y la Mamaliga. El Sarmale recuerda a la comida turca; son unos pequeños rollos de carne picada con cebolla, envueltos en hojas de col en salmuera. Muy rico.

Sermala

Los Mici son rollos de carne con ajo y especias que se hacen a la parrilla. Y la Mamaliga es una especie de gachas de maíz (de ahí su color amarillento) y que se parece a la polenta italiana. La ponen acompañando a cualquier plato. 

Ursus negra
La cerveza local es normalita, hemos probado la Ciucs y la Ursus. Lo más curioso con la cerveza es la "litrona" que tienen de dos litros y medio. No lo habíamos visto nunca y por 5 lei (1,25 €) te puedes hasta lavar los pies con cerveza. Sin embargo, el vino es muy bueno y a muy buen precio. 

La "litrona" de 2,5 litros
No nos hemos atrevido con la Tiuca, un licor de ciruelas que debe ser una bomba. Y con el calor lo más apetecible han sido unas limonadas con menta que sirven en unas jarras de cristal bien monas.

Pues eso, que viajar a Rumanía es altamente recomendable.


Restaurante Sergiana
Restaurante Sergiana en Brasov

Vinatería en Brasov
Hemos visto muchas vinaterías, bien bonitas


Pilar Otano Cabo
julio de 2015