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lunes, 4 de febrero de 2019

La última condenada a muerte en Islandia


Mis lecturas viajeras: Ritos Funerarios, Hannah Kent

Antes de emprender un viaje, busco siempre con ahínco lecturas que me ayuden a comprender mejor el lugar que vamos a visitar. En el caso de nuestro viaje a Islandia en mayo de 2018 había leído bastantes cosas, pero desconocía este libro del que hablo hoy.

Ritos funerarios, Hannah Kent



Fue una especie de carambola, una de esas casualidades que me suceden con frecuencia y que me encantan. Estábamos en Akureyri, cuando una amiga me envió un enlace con la información de “Ritos funerarios”. Enseguida supe que esa historia tenía como escenario nuestro siguiente destino, la península de Vatnsnes, donde íbamos a ver focas. Me faltó tiempo para comprar una versión digital de la novela de Hannah Kent y empezar a leerla compulsivamente. También ayudó a fomentar mi interés el hecho de que a partir de ese momento encontráramos referencias a la novela por todas partes: en la oficina de turismo con sus folletos de la ruta del libro, en el hotel con ejemplares para leer… 

Es muy interesante la historia, pero la autora lo es aún más. Hannah Kent nació en Australia (Adelaida, 1985), en la otra punta del mundo, y tuvo su primer contacto con Islandia a los 17 años. Al terminar la secundaria, y antes de comenzar la universidad, decidió pasar un año enterito con una familia islandesa en un pequeño pueblín del norte de Islandia. ¡Brava chica!, sin saber ni papa de islandés y lejos de su familia y amigos…

Los lugares de "Ritos funerarios" de Hannah Kent

Los lugares de "Ritos funerarios" en la península de Vatnsnes

Durante ese año, su familia de acogida la llevó a conocer distintos lugares de la isla y así conoció la historia de Agnes Magnúsdóttir, la última mujer condenada a muerte en la Islandia de 1830. Al cabo de diez años, habiendo estudiado “Escritura creativa” en Australia, utilizó esta historia para su tesis doctoral. Así que se lanzó a investigar sobre este hecho real. Durante dos años consultó documentos oficiales y árboles genealógicos, leyó diarios de extranjeros que habían visitado la isla, artículos académicos sobre el tema… Incluso aprendió sobre algo tan islandés como las ovejas, su cría, sus enfermedades… Un trabajo muy minucioso.

El fruto fue “Ritos funerarios” la historia de los últimos días de Agnes Magnúsdóttir, de su  estancia con una familia en una aislada granja en Vatnsnes, esperando el momento de su ejecución. Resumiendo mucho, Agnes está condenada a muerte por participar en el asesinato de dos hombres en la época en que Islandia era aún una colonia de  Dinamarca. No había prisiones en la isla donde recluir a la condenada, por lo que tuvo que pasar el invierno en la granja donde viven una mujer y sus dos hijas. 

El terrible paisaje del invierno islandés hace que la historia sea aún más inquietante. Los trabajos en la granja marcan un ritmo muy peculiar y resulta muy revelador comprobar cómo la relación de Agnes con la familia se va modificando a lo largo de la novela. Llegamos a conocerla muy bien y hasta le tomamos cariño. Para ello juega un interesante papel un joven pastor que acude a la granja con frecuencia pues es el encargado de prepararla para la muerte. Sus conversaciones son muy jugosas. Agnes, en algunos capítulos, se dirige a nosotros en primera persona y todo ello hace que dudemos de su culpabilidad unas veces, que la compadezcamos otras …  Recuerda un poco a “Alias Grace” de Margaret Atwood


A pesar del paisaje hostil y del terrible final, es una bonita historia que te atrapa. Muy recomendable. La terminé de leer ya en casa y en papel, una copia que tienen en la Biblioteca Pública de Mérida y que pude recoger en la Biblioteca de Badajoz, con el inestimable servicio de préstamos interbibliotecarios que funciona de maravilla. 





Ritos funerarios (Burial Rites)
Hannah Kent
Alba Aditorial, 2014
Traducción: Laura Vidal
ISBN: 97884-84289715 
Páginas: 384
Precio: 19,50€





Pilar Otano Cabo. Badajoz (España), febrero 2019







viernes, 17 de agosto de 2018

De Julio Verne a Walter Mitty


Nuestro especial “Viaje al centro de la tierra”



Habíamos llegado a Arnarstapi (Stapi), como el profesor Lidenbrock, en busca del famoso volcán durmiente, el Snaefells. El profesor de Mineralogía había llegado a caballo con todos su arreos científicos, en compañía de su sobrino Axel y el buen guía islandés Hans, el cazador de eiders!! Traían a sus espaldas muchos días de viaje en una locomotora primero y en un buque de vela después. Lo nuestro había sido más sencillo: avión y furgoneta. Eso sí, un buen montón de kilómetros traíamos también encima después de haber recorrido cada rincón de la isla. 

En la Península de Snæfellsnes

Distancias a distintas ciudades
yendo por el centro de la tierra


Nuestros pertrechos tampoco tenían parecido alguno. Frente al termómetro, manómetro de aire comprimido, cronómetro, brújula, anteojo de noche y dos aparatos de Ruhmkorff del profesor, nosotros íbamos cargados de nuestro iPhone y los prismáticos.



"He aquí el gigante que voy a domar”. En fin, después de cuatro horas de marcha, los caballos se detuvieron, sin mandárselo, a la puerta del presbiterio de Stapi. (p. 77)

Dice Julio Verne que Stapi es un lugarejo compuesto de unas treinta chozas y edificado en plena lava bajo los rayos del sol. Nuestros viajeros se alojaron en casa del rector:
El cuarto de los viandantes, estrecho, sucio e infecto, me pareció el peor del presbiterio, pero no se nos ofrecía otro. (p. 79)
Y efectivamente, Arnarstapi sigue siendo un lugarejo, un pueblo de pescadores que no debe tener ni treinta casas, como la mayoría de poblaciones de Islandia. Ahora que no nos alojamos en una de esas chozas de la que se habla en “Viaje al centro de la tierra, lo nuestro era una preciosa cabaña a los pies del volcán, y quien nos recibió en el hotel no fue el rector herrando un caballo, sino un grupo de jovencitos en la recepción/cafetería, que era un lugar bien monino. 


Nuestra cabaña a los pies del volcán.

Y no pudimos domar al gigante, ni siquiera pudimos verlo entero porque la niebla nos jugó esa mala pasada. Pero no importó demasiado, el lugar era impresionante. Islandia es así, cuando piensas que no puedes encontrar algo más bello que lo que ya has visto, zas, te topas con algo que lo supera. Y aquí estábamos en el Arnarstapi desde el que  aquel trío de locos entraron al "Viaje al centro de la tierra”.


¿Quien se anima a bajar...?

Pero como no teníamos demasiado interés en entrar en ese agujero que había junto a la cabaña, ni en llegar a ningún centro de la tierra, decidimos explorar la costa. Resultó un paseo impresionante por el sendero que une Arnarstapi con Hellnar. Eso si, había que ir con un ojo puesto en las impresionantes vistas al mar con sus  artísticas formaciones rocosas y el otro en el camino para no tropezar con algún picacho de esas rocas volcánicas, tan bonitas, pero tan traicioneras a veces. 

Y como el camino tenía tantos recovecos, después de descansar en una playa bien chula (no habíamos llegado al Stromboli, no hace falta mencionarlo...), decidimos volver andando por la carretera, al más puro estilo Walter Mitty, sin monopatín, claro.



Por carreteras islandesas a lo Walter Mitty.
Un Walter Mitty sin monopatín... y lloviendo!

Me levanté, y, gracias a la gran precisión de sus indicaciones, di con el atlas enseguida. Lo abrió mi tío y dijo:
- He aquí, uno de los mejores mapas de Islandia, el de Handerson, y creo que nos va a resolver todas las dificultades.
Yo me incliné sobre el mapa.
- Fíjate en esta isla llena toda de volcanes -me dijo el profesor-, y observa que todos llevan el nombre de Yocul, palabra que significa en islandés "glaciar". Debido a la elevada latitud que ocupa Islandia, la mayoría de las erupciones se verifican a través de las capas de hielo, siendo ésta la causa de que se aplique el nombre de Yocul a todos los montes ignívomos de la isla.
- Conforme -respondí yo-. Pero ¿qué significa Sneffels?
Creí que a esta pregunta no sabría qué responderme mi tío; pero me equivoqué, pues me dijo:
- Sígueme por la costa occidental de la isla. ¿Distingues su capital, Reykiavik? Bien; pues remonta los innumerables fiordos de estas costas escarpadas por el mar, y detente un momento debajo del grado setenta y cinco de latitud. ¿Qué ves?
- Una especie de península parecida a un hueso descarnado y termina en una rótula enorme.
“- La comparación es exacta, muchacha; y ahora, dime, ¿no ves nada sobre esa rótula?”
“- Veo un monte que parece surgir del mar.
- Pues ese es el Sneffels.
- ¿El Sneffels?
- El mismo. Una montaña de cinco mil pies de elevación. Una de las más notables de la isla, y, a buen seguro, la más célebre del mundo entero, si su cráter conduce al centro del Globo.
Julio Verne. “Viaje al centro de la Tierra” página 32

Julio Verne. Viaje al centro de la tierra



 Desde el sendero que une Arnarstapi con Hellnar
 Desde el sendero que une Arnarstapi con Hellnar


Playa de Hellnar.


Pilar Otano Cabo, mayo de 2018

sábado, 11 de agosto de 2018

Monumento al burócrata desconocido

... en Reykjavik

En muchos lugares que hemos visitado encontramos monumentos al héroe o al soldado desconocido. Pero Islandia es de otra manera, aquí no hay ejército, así que no ha lugar a hacer monumentos a ningún soldado desconocido. 

Monumento al burócrata desconocido
Monumento al burócrata desconocido.
Magnús Tómasson (1994)


Sin embargo, parece que lo de los burócratas es algo universal, tengas ejército o no lo tengas te vas a encontrar con un burócrata también en Islandia. Tan es así que tienen ese divertido "Monumento al burócrata desconocido". Un señor muy trajeado con su maletín en la mano derecha y la izquierda en el bolsillo. Resulta una postura relajada, porque además parece que viene caminando del lago Tjörnin, el lago tranquilo y familiar del centro de Reykjavik. A lo mejor ha comido su bocadillo en esos bancos que miran al lago lleno de un montón de aves que pasean por el agua.





Óþekkti Embættismaðurinn

El pobre tiene un pedazo de pedrusco enorme por cabeza. ¿Será que le aburre la tarea de cada día o es que esa cabeza no le permite salirse del guión de su trabajo, como buen burócrata? No sé, la metáfora es interesante y da juego a pensar muchas cosas.

Pero cuando me puse al lado para que me hicieran la típica foto me di cuenta que el buen señor se dirigía no sé si al Ayuntamiento o al Parlamento en la Plaza Austurvöllir, porque los dos edificios estaban a la vista y a un tiro de piedra. La colocación del monumento está clavada...



 Pilar Otano Cabo
Reykjavik, mayo 2018







lunes, 2 de julio de 2018

La Plaza Austurvöllir en Reykjavik

De campo de borregos a los Papeles de Panamá

¿No os pasa a veces que algo os llama mucho la atención y no sabéis la razón? A mí me sucede con relativa frecuencia y ahora me ha vuelto a pasar en Islandia, en una plaza de Reykjavik. Esa plaza me ha ayudado a comprender un poco como es ese país y como ha evolucionado en muy poco tiempo. 



El Parlamento preside la Plaza Austurvöllir


La Plaza Austurvöllir, en pleno centro de la capital, ha representado para mí una especie de resumen de Islandia. Es la plaza principal de la ciudad, ahí esta el Parlamento y también es donde cada diciembre, se ilumina el gran árbol que da el pistoletazo de salida a la Navidad. Así que tiene que ser la mas importante. 

La plaza es pequeña, a la medida del país, claro. Tiene forma más o menos cuadrada con unos jardines que parecen el juego del "Tres en raya", con caminos que confluyen en una estatua en el centro. Es la estatua de Jón Sigur∂sson, líder del Movimiento Independentista Islandés en el siglo XIX. Mira hacia el edificio del Parlamento, vigilante… lo que ya nos va dando una pista.

Entramos en la plaza el primer día por una de las esquinas y ahí encontré la clave. En realidad era la primera de otras más. Unos paneles que te cuentan el origen de la plaza. Reykjavik tiene una historia bastante corta; hasta hace casi nada, la Plaza Austurvöllir era un campo de heno donde acudían las ovejas a pastar

A finales del siglo XIX se construyó el Parlamento en la Plaza Asturvöllur
La historia de la Plaza Austurvöllur es muy interesante

En el último tercio del siglo XIX fue cuando se convirtió en plaza al acoger el edificio del Parlamento y la estatua de un escultor que en los años treinta del siglo XX fue sustituida por la del héroe nacional. Ahora, la estatua de Jón Sigur∂sson vigila hasta los billetes de 500 coronas islandesas y es respetado y celebrado cada 17 de junio, fecha de su cumpleaños y del día en que por fin en 1944 lograron zafarse del rey de Dinamarca.


La corona islandesa (IKR) es la moneda oficial en Islandia
Jón Sigur∂sson en el billete de 500 coronas islandesas (ISK)

Esta plaza acoge todo tipo de eventos: es un lugar de encuentro donde los lugareños toman el sol, hacen sus picnics o toman sus cervezas en las terracitas de los restaurantes; eso sí, cuanto ese clima tan raro que tienen se lo permite.

Pero es también aquí donde los islandeses se ponen serios. La Plaza Austurvöllur ha sido testigo de su historia y de montones de protestas, muchas de las cuales han hecho de Islandia un lugar mejor y un país modelo para el resto de Europa. Aquí protestaron, sábado tras sábado “con sartenes y cacerolas” tras el colapso financiero de 2008, pidiendo explicaciones, consiguiendo sentar en el banquillo a los responsables y que se convocaran elecciones.

Ya lo habían hecho antes, en 1949 la liaron buena en la plaza cuando el Parlamento decidió que Islandia se uniera a la recién creada OTAN. Y lo volvieron a hacer en 2016 cuando la historia de los Papeles de Panamá y se supo que su Primer Ministro, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, andaba metido en paraísos fiscales. Allí se plantaron de nuevo, consiguiendo que dimitiera. 


Protestas contra la entrada de Islandia en la OTAN

Protestas en 1949 contra la entrada de Islandia  en la OTAN


Ya vemos que la plaza tiene su historia y para recordar que están hechos de otra pasta, en la otra punta de los paneles de los borregos (que está claro que no lo son) hay una escultura un poco extraña. Es de un español, Santiago Sierra, se llama The Black Cone y es un monumento a la Desobediencia Civil, asignatura que debe ser obligatoria en el país, estoy segura, y que estuvo inspirado en esa Revolución de sartenes y cacerolas de 2008. Es un poco rarita, una especie de pedrusco…


Monumento a la Desobediencia Civil. Plaza Asturvöllur. Reykjavik

The Black Cone, de Santiago Sierra es un monumento a la Desobediencia Civil

El toque mujer lo da otra estatua junto al Parlamento, la de la primera mujer parlamentaria en Islandia en 1922, Ingibjörg H. Bjarnason: ¡las mujeres votan en Islandia desde 1915!



La primera mujer parlamentaria en Islandia, en 1922
Ingibjörg H. Bjarnason (1867-1941),
la primera mujer en el Parlamento islandés en 1922.


Algo que me ha resultado de lo más extravagante ha sido la ceremonia previa al inicio anual de las sesiones del Parlamento. Los parlamentarios asisten a una ceremonia religiosa en la Catedral Luterana de Reykjavik, que está cruzando una pequeña calle, en la misma plaza, yendo y viniendo de la catedral en procesión. 


Dómkirkjan: mira hacia la Casa del Alþingi y  limita con la plaza Austurvöllur
Dómkirkjan: Catedral Luterana de Reykjavik,
situada junto al Parlamento (Alþingi )



Los parlamentarios se dirigen al Servicio Religioso en la catedral
(Foto: Júlíus Sigurjónsson)


No me lo acababa de creer, aunque había visto fotos, así que escribí a algunos de los partidos políticos que tienen representación parlamentaria para asegurarme. El Partido Pirata (tienen el 10% de representación) respondió enseguida y me confirmó que es cierto, pero que no es obligatorio. De hecho, ellos no asisten. Y parece que hay una ceremonia laica al mismo tiempo en un salón de un hotel que hay también en la misma Plaza Austurvöllir. Lo organiza la Icelandic Ethical Humanist Association (Siðmennt ) y algún filósofo les habla sobre la ética en política y cosas así… El debate sobre separación Religión/Estado está sobre la mesa/misa.


Ceremonia laica , alternativa al servicio religioso luterano en la catedral.
(Foto de 
Siðmennt)

Todo en la Plaza Austurvöllir parece girar en torno al edificio del Parlamento, nada pretencioso, parece una casa normal, de piedra gris, dolerita creo. Me llamó la atención la poca seguridad aparente del edificio, ni rejas en las ventanas ni policía vigilando… 


Puerta trasera del Parlamento, sin rejas en las ventanas...


En fin, es otra cultura. Y de borregos, estos islandeses no tienen ni un pelo...

Թíӏɑɾ Օɾɑղօ Ϲɑҍօ, Reykjavik, mayo 2018


viernes, 15 de junio de 2018

Las bibliotecas y los apellidos en Islandia

¿...y en la Copa Mundial de Fútbol 2018? 

Las bibliotecas están siempre en mi lista de tareas cuando viajamos. Es una de mis múltiples manías. Elijo siempre alguna que pueda ser representativa del lugar -también añado alguna librería- y me lanzo a la bibliotecaria de turno -porque en todos sitios suelen ser mujeres- a brearla, la pobre, a preguntas.


Akureyri es la segunda ciudad mas grande de Islandia
Biblioteca Municipal de Akureyri 

Es todo un ritual; me gusta primero dar una vuelta, escudriñar el edificio,  observar qué es lo que hacen los usuarios, si hay algún elemento diferente a otros sitios; cotilleo las estanterías…

La batería de preguntas que hago es casi siempre la misma. A saber, el tipo de lecturas más populares en el país y, lo mas importante, si hay libros de autores españoles o que escriban en español.

Brekkugata 17 IS-600 Akureyri (Iceland)
















                                                     ...............     
                 


La elegida en esta ocasión fue la Biblioteca Municipal de Akureyri que es la segunda ciudad más grande de Islandia, con nada menos que ¡18000 habitantes! El edificio, con enormes cristaleras, es muy atractivo y está situado en una zona elevada muy cerquita del centro. Di un paseo hasta allí a la hora de la siesta del día que llegamos. Me llamó la atención las mantitas en los sillones para acurrucarte a leer de cara a la montaña con su nieve a través de los ventanales, y la sección de juegos de mesa para ser prestados, tipo CatanCarcassonne. ¡Mis nietos alucinarían con las dos cosas, la nieve y los juegos!


Aquí están juegos como el Catan o Carcassonne.
Sección de préstamo de juegos. Biblioteca Akureyri
Cómodos sillones en la Biblioteca Municipal de Akureyri.
Las mantitas me han encantado





















                                                   .................


En otro  momento contaré lo de las lecturas islandesas, porque ahora a lo que quería referirme es a la pregunta extra que llevaba preparada esta vez y que tiene que ver con los apellidos islandeses y el sistema de catalogación de las bibliotecas en Islandia, bueno, mas bien de ordenación.

Como me imaginaba, me contaron que los libros están colocados por orden alfabético, pero del nombre del autor, no del apellido. Así, un autor islandés que me ha gustado mucho, Arnaldur Indriðason, está colocado por la A de Arnaldur. Sucede lo mismo en el listín telefónico y en cualquier registro, escolar o de otro tipo.

Sistema de catalogación especial condenados por el nombre, no por el apellido

Yrsa Sigurdardóttir, la islandesa más popular, escribe novela negra. 

Sus libros están colocados en la Y.



El asunto es que es el nombre lo más importante en este país y técnicamente no tienen apellido. A continuación del nombre va lo que para nosotros sería un apellido y que hace referencia a su procedencia, es decir al nombre del padre. El sistema tiene una parte sencilla; consiste en tomar el nombre del padre (patronímico) y tras declinarlo con el posesivo (-s) se añade el sufijo -son si es chico o -dóttir si es chica. Desde hace unos años, con toda la movida feminista, también se puede formar a partir del nombre de la madre (matronímico).

Hasta aquí bien, pero ahora vienen los enredos, porque no se puede poner el nombre que a los padres les de la gana, tienen que escogerlo de un listado oficial, aprobadísimo por un Comité de Nombres. Si el nombre que se quiere poner no está en el listado y tienes muchas ganas de andar en pleitos, tienes que hacer una petición formal al Comité. Ellos estudian un montón de cosas, por ejemplo que la palabra en cuestión pueda declinarse para añadir -son o -dóttir, que no contenga algunas de las letras inexistentes en islandés, como la Z, Q, o W y unos pocos requisitos más. Total, que con tanto jaleo, resulta que tardan varios meses en ponerle nombre al crío y mientras tanto lo nombran como niño o niña. ¡Vaya cosa! Se trata, por lo visto, de conservar la pureza del idioma…

Por ejemplo, si mi familia fuera islandesa, mis hijos se llamarían Miguel Pilarsson y Beatriz Pilarsdóttir. Tendría que ser en plan matriarcado, porque el nombre de su padre, Lorenzo, lleva una letra prohibida, así que … se siente!

Todo esto está bastante cuestionado últimamente. De hecho, en enero de 2018 varios partidos políticos presentaron en el Parlamento una proposición de ley para echar por tierra el dichoso Comité, pero para mí que lo llevan claro.

Ah, lo olvidaba, los libros extranjeros si están colocados por apellidos. En Akureyri encontré a Muñoz Molina, Manuel Rivas, Javier Marías, Pérez-Reverte, Juan Marsé o Guelbenzu. Una buena mezcolanza.

Literatura en español en la Biblioteca de Akureyri.
Aquí están colocados por apellidos.


Creo que lo de los nombres se lo saltan en las camisetas del futbol, cuestión de marketing supongo. Ya lo comprobaré esta tarde cuando jueguen el primer partido de los Mundiales 2018  contra Argentina en Rusia

Jugadores de la selección islandesa en 2017  (foto tomada de AFP)

Թíӏɑɾ Օɾɑղօ Ϲɑҍօ, 16 de junio 2018