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viernes, 8 de junio de 2018

Réttir. El rodeo islandés


Mas ovejas que habitantes en Islandia

En nuestro viaje a Islandia hemos dado la vuelta a  la isla, incluso hemos hecho algún requiebro para llegar a unos pocos fiordos en busca de frailecillos, ballenas, focas o arenques. A todos ellos los hemos encontrado, salvo los arenques, que ya lo contaré otro día. Sin embargo, el avistamiento de humanos ha sido más bien escaso. Saliendo de Reykjavik, donde vive el 65% de la población y de un par de ciudades mas, no se veía un alma por esas carreteras. Podían pasar muchos kilómetros hasta encontrar un vehículo.


Pero ovejas… vaya que si había ovejas; ¡hay más ovejas que habitantes! Eran, junto con los caballos, el signo de que estábamos en un lugar habitado por humanos. Por allí andaban, a su aire, come que come. Las ovejas son algo esencial en Islandia porque, además de formar parte del paisaje cuando hace buen tiempo, son una de las bases de su alimentación -por ejemplo, la sopa de cordero no falta en ningún restaurante. Ahora tienen el turismo, aterrizamos en la isla multiplicando por varias cifras su población, pero en otras épocas  esta ganadería debió ser importante para la economía del país. 

Hay más ovejas que habitantes en Islandia

Sopa de cordero en el Café Haïti de Reykjavik

Pienso en la Islandia de hace mucho tiempo, la que nos describen sus escritores y que te hace encoger el alma. En la Islandia en la que no había turistas y la vida en las granjas  giraba en torno a las ovejas. Todo este rollo viene a cuento de algo que vimos en nuestro viaje y que fotografié para preguntar e investigar un poco acerca de ello. La foto está tomada en la Península de Vatnsnes, al norte, excelente lugar para ver las focas. Hay que dejar a un lado la carretera principal, la número 1, la Ring Road y tomar una carretera de tres cifras, la 711. Eso quiere decir que es una camino de grava. A pesar de una camiseta que vimos que decía "Yo sobreviví a la 711", no es para tanto -las hay peores, las F-roads!!  En fin, que se hace bien, sobre todo porque no te cruzas con ningún coche.

Volviendo a la foto. Es un artilugio de madera, una especie de corral, con forma de plaza de toros portátil, pero con divisiones en el interior como una caja de quesitos o como una de esas gráficas de sectores que se usan en estadística, pero a lo grande. Imaginé que tendría que ver con el ganado, pero cuando he trasteado por ahí, he sabido de qué va la historia, me ha parecido muy curiosa y por eso la cuento:

Réttir, el rodeo islandés

Réttir, en la Península de Vatnsnes

 Como en aquellas tierras nórdicas tienen esos inviernos tan terroríficos, las pobres ovejas han de estar encerradas durante muchos meses. Así que cuando llega el buen tiempo, les dan carta blanca para que andariqueen por donde les parezca en busca de buen pasto y de aire puro, que bien limpio que es. La cuestión está en recogerlas al llegar septiembre. Lo hacen en plan rodeo; a caballo y con perros recorren los lugares por donde pastan las ovejas para llevarlas a ese corral distribuidor. Allí, cada dueño va organizando las suyas. Esta recogida del ganado parece que es toda una fiesta, a la que se invita a familia y amigos. Y como los turistas no nos perdemos una, también hay excursiones para conocer este evento, que se llama Réttir. Creo que el artilugio circular también se llama así, pero de eso no estoy segura. 

Como nosotros hemos estado en mayo, nos hemos perdido el Réttir, solo hemos visto las ovejas de excursión. Una pena, porque debe ser muy curioso. 

Me ha impresionado este vídeo de la Icelandic Lamb:







Islandia, mayo de 2018

lunes, 4 de junio de 2018

Una pionera ecologista y del turismo en Islandia

Sigríður Tómasdóttir

La cascada Gullfoss fue nuestro bautizo islandés, la primera ruta en la furgoneta, al  llamado “Círculo Dorado” desde Reykjavik y vuelta. La estrategia seguida fue de lo más lejano, la cascada, a lo más cercano, el Parque Thingvellir, con el Gran Géiser de Geysir  en el camino.

Cascada Gullfoss, en el Círculo Dorado
Al ser la primera maravilla, de las que íbamos a ver docenas durante nuestros días islandeses, quedamos impactados por esta cascada dorada, GullfossPudimos comprobar que nos lo iban a poner fácil en el viaje. El camino de acceso desde el aparcamiento está muy bien acondicionado, con un montón de paneles para que si eres curioso puedas informarte de lo que estás viendo.



El acceso no era tan fácil en la época en la que vivió nuestra pionera. Desde su nacimiento en 1874, Sigríður Tómasdóttir vivió en la granja a la que pertenecía la cascada. Conocedora de la zona, se dedicaba junto con sus hermanas a conducir hasta la cascada a los visitantes que acudían desde distintos lugares del mundo. Así surgió el primer camino a Gullfoss al tiempo que una pionera de los guías turísticos.


Cascada Gullfoss en el Círculo de Oro. Islandia


Además protagonizó otra historia de lo más ecologista. A finales del siglo XIX, un grupo de inversores británicos se empeñaron en usar la cascada para hacer una central hidroeléctrica ofreciendo a su padre una buena suma. Este se negó y la jovencita Sigríður tomó las riendas del asunto, llevando su protesta a Reykjavik. Dicen que fue andando y descalza, tampoco hay que exagerar porque también he leído que fue a caballo.





 Lo que si parece que es verdad es que tuvo puntería al contratar como abogado para el pleito a Sveinn Bjornsson, el que más adelante sería el primer presidente del país en 1944, cuando Islandia pudo darle esquinazo a la corona danesa. La cuestión es que con su hucha y su tesón  consiguió salvar la cascada para que nosotros ahora podamos disfrutarla y decir ¡Oooh, qué bonito!


Sigríður Tómasdóttir luchó para conservar la cascada Gullfoss
Sigríður Tómasdóttir (1874-1957)

Todo esto te lo cuentan en uno de esos paneles, en el que tiene al lado una especie de  monolito con la figura de esta mujer incansable y luchadora. Después de la muerte de Sigríður en 1957, alguien de la familia vendió Gullfoss (o lo cedió, no estoy segura) al estado para que formara parte de las zonas protegidas para uso público. Como todas las delicias naturales que encontramos en el país, ahora lo gestiona la Agencia Islandesa de Medio Ambiente, que pertenece al Ministerio del mismo nombre y lo hace muy bien.

Así que, ¡bien por ese ministerio y bien por  Sigri!!

Islandia, mayo 2018




miércoles, 30 de mayo de 2018

Islandia combina sabores

... y lo bien que los combinan!!!

La afición de los islandeses por lo dulce debe ser grande. En cualquier supermercado o tienda de gasolinera, encuentras una proporción exagerada de chocolates y dulzainas varias. 

Como nos parecemos un poco a los islandeses en esto del goloseo, hemos hecho un buen repaso cada día de nuestro viaje a las estanterías de los BONUS, que es el super de los descuentos en Islandia, algo así como el DIA en España. Hemos probado varios, pero enseguida nos dimos cuenta de la combinación perfecta que hacen de dos sabores, a cual más espectacular y que juntos es una locura.


BONUS, cadena de supermercados en Islandia
BONUS, el del cerdito rosa, es como el DIA en España

La decisión la tomamos al segundo día y hemos sido fieles a Freyja Smá Draumur durante el resto del viaje. Esta delicia consiste en una barra de chocolate con leche rellena con dos barritas de regaliz, que a veces es una sola más grande. Parece una tontería, pero creo que es lo más rico que he comido durante el viaje, es una experiencia única. Draumur significa sueño en islandés y realmente es un sueño este chocolate.

Esta delicia de chocolate con regaliz no falta en ninguna tienda

Hemos probado otros, como el Sirius, que tiene copos de regaliz salado y sal marina. También esta bien rico y pasó la prueba, aunque es distinto porque el toque regaliz es más sutil. Estos de Sirius cuentan que vienen haciendo estas maravillas desde 1933. En su web dicen que si alguien quiere comercializarlo en su país que se pongan en contacto con ellos, así que a ver si alguien se anima porque en Badajoz va a encontrar un grupito de clientes. 


Tableta de chocolate con copos de regaliz salado y sal marina

Pero son cuidadosos con el azúcar aunque parezca un contrasentido. Los sobres que te ponen con el café tienen solamente 4 gramos. En España creo que anda por 7 gramos. Espero que la nuevas buenas intenciones del Ministerio de Sanidad para el 2020 se cumplan. Seguro que ganamos todos, aunque a la industria azucarera le guste poco.

No he visto en España sobres de azúcar de 4 gramos

En fin, que no acabo de creerme que esté escribiendo una entrada para el blog con semejante tema, pero era de justicia, justicia golimbra. 

¡El relleno de regaliz ligeramente salado es algo sublime!