viernes, 22 de abril de 2016

Nellie Bly, la vuelta al mundo en 72 días





La vuelta al mundo en 72 días
Nellie Bly, 1890
Ediciones Buck, 2010
261 páginas
Biblioteca Pública de Badajoz





El periodismo de investigación está muy de moda hoy, pero ya tuvo su pionera a finales del siglo XIX, Nellie Bly (Pennsilvania,1864- Nueva York 1922). Su historia es bien curiosa porque fue una peleona de tomo y lomo, una adelantada. 

Nellie Bly, Pinky. Una pionera del periodismo de investigación
Nellie Bly, Pinky. Una pionera del periodismo de investigación

Había oído hablar de Nellie Bly, pero me puse a leer sobre ella cuando el otro día encontré por casualidad su libro "La vuelta al mundo en 72 días" en la Biblioteca Pública de Badajoz. Llevaba tiempo con ganas de leerlo y allí estaba, mirándome y diciendo: ¡¡¡léeme!!!

Pinky, su nombre de guerra, empezó su carrera de reportera en forma de carambola: se indignó un montón cuando leyó un artículo en The Pittsburg Dispatch, un periódico local, en el que mandaba a las mujeres poco menos que a guisar y a limpiar en casa. Pinky se encendió y les escribió una cartita con dos piedras en cada mano. Gustó tanto al director que la contrataron y con veinte añitos ya estaba haciendo reportajes sobre el trabajo de las mujeres en las fábricas. 

Dos años después, en Nueva York y para el New York World, se coló en un centro psiquiátrico (entonces les llamaban "manicomios")  como enferma mental para hacer un reportaje sobre las penalidades que sufrían sus residentes. Aquello tuvo su repercusión, que contaré otro día, cuando lea el libro que escribió con esa experiencia: "Diez días en un manicomio".(1)



El que he leído estos días es su curiosa vuelta al mundo. Fue un encargo del periódico, a propuesta de Nellie, intentando hacer realidad la ficción de Julio Verne. Intentaba bajar en un día el tiempo que Phileas Fogg invirtiera en su literario viaje alrededor del mundo. Y con ella recorrimos, a la carrera eso sí, un montón de países, en tren, barco, burro, sampán chino o esos carritos de estilo oriental tirados por un hombre.... en sólo 72 días. 

No es que sea de una calidad literaria de altura, pero es de fácil lectura y como me gusta ponerme en la piel del lector del momento, pienso que tuvo que causar una gran sensación en esos años de mil ochocientos noventa y tantos. 

Describe los lugares que recorre: Inglaterra, Francia, Italia, la India, lo que era Ceilán en la época, China o Japón con los ojos de una viajera reportera, queriendo llevar a los lectores de su periódico como eran esos países tan alejados de su tierra. Hasta se entrevistó en Amiens con el mismo Julio Verne, fiel admirador de su hazaña.



A mí me ha impresionado su estrategia para hacer una mini maleta con cuatro cosas que le cabían en un bolso (inconcebible en una mujer del diecinueve!!!) ; y como fue capaz de que no creciera durante el viaje. Eso sí, se trajo un mono!!!

“Quiero un vestido que soporte ser llevado constantemente durante tres meses - añadí, y luego dejé caer sobre él la responsabilidad” p. 12

“Compré una bolsa de mano con la firme determinación de que mi equipaje no sobrepasara sus límites” p. 13

Me han gustado las aventuras de esta "pequeña forastera con la nariz quemada por el sol". Recomendable lectura para quien, como a mí, le guste la literatura de viajes.






(1) Ya he leído "Diez días en un manicomio". Y me reafirmo en todos los elogios a esta peleona chica.





domingo, 17 de abril de 2016

La escritura reposada de Eloy Tizón






Técnicas de iluminación
Eloy Tizón
Páginas de espuma, 2013
168 págs.








“Técnicas de iluminación” son diez relatos breves, unos más que otros, pero todos con enjundia, de una intensidad que apabulla. El primero, “Fotosíntesis” es el que nos abre la puerta a todo un mundo de reflexión. Pone en marcha su orquesta particular y la música  de sus palabras comienzan a sonar ante nuestros ojos. En mi opinión, es una apuesta arriesgada, porque este relato no se ajusta al modelo de relato convencional narrativo al que estamos acostumbrados. Y es una apuesta valiente y ganadora también, porque aquí el autor nos invita a introducirnos en su mundo, donde poesía, imágenes insólitas o adjetivos fascinantes recorren el texto.

Los siguientes cuentos tienen una linea narrativa más clara. Así que no se asusten si les gustan los cuentos más clásicos, porque van a disfrutar con ellos. En todos, Eloy Tizón nos pone contra las cuerdas, nos ofrece la oportunidad de que caminemos con los personajes en sus experiencias. Y, claro, pone a los personajes en situaciones extremas, incómodas; son situaciones casi sin salida,  donde a veces hay que tomar una decisión, pero siempre deja un resquicio, un foco de luz en la oscuridad hacia el que los personajes pueden encaminarse - y nosotros con ellos. En ese momento me di cuenta de lo bien puesto que estaba el título: Técnicas de iluminación

Me han gustado mucho sus opiniones sobre la escritura:

“Porque escribir, pensaba yo, es estar más despierto de lo normal” p. 72

“Uno inventa pasiones en una página porque las ha vivido antes o porque quiere vivirlas o para no tener que vivirlas! p.78 

“Escrito a lápiz. En una barra de grafito está contenido el mundo” p. 17

o sobre la determinación para hacer las cosas: 

“Uno solo puede hacer algo bien obsesionándose con ello. Si no, resulta imposible” p.77

El viernes pasado, el Club de Lectura Viva del CELARD en Badajoz (gracias, Miguel Ángel Carmona) nos hizo el regalazo de pasar un rato con su autor. Y además en una librería, Librería Montevideo, libros y gatos, lo que ayudó a crear un ambiente de lo más amable para la charla con él. Se pasó el rato volando conversando sobre su libro y su escritura. 






Y es que Eloy Tizón es un tipo pausado y reflexivo. Se aprecia en sus libros y también en su presencia. Demostró su gran habilidad para transmitir sus conocimientos sobre su manera de escribir: debe ser un gran profe en Hotel Kafka. Que pena que no me dedique a escribir, que sería una alumna aplicada en sus clases. Los que si escriben del Club pudieron aprender un montón de cosas la otra tarde.

También he leído estos días “Seda Salvaje”, de 1992 y estoy en marcha con otros de sus libros. Lo dicho, Eloy Tizón es otra cosa, es esa literatura con mayúsculas en la que a veces te ves envuelta…


Badajoz, 17 de abril de 2016


miércoles, 13 de abril de 2016

Turisteo taurino en Monfragüe

Turisteo genial

Había visto turismo de todo tipo, pero el que hemos visto hoy en Monfragüe ha sido lo más. En el hotel donde estamos hay un grupo de chicos franceses con sus profes que andan por aquí viendo bichos y disfrutando del parque (es una pasada lo del Parque de Monfragüe). 

Esta mañana han salido un poco antes que nosotros y al pasar junto a una finca con toros los hemos visto..... todos al montón en el remolque de un tractor paseando entre las reses bravas súper felices todos ellos. Me ha hecho mucha gracia, pero supongo que ellos estarían emocionados. Y es que es una finca que se anuncia así,  Dehesa taurina, "turismo del toro bravo", visitas guiadas. Me ha parecido genial. Diversificación del turisteo.   



domingo, 10 de abril de 2016

Klee en París, en Berna… y en casa

La postalita de “Angelus Novus”

“Angelus Novus”. Siempre me fascinó esa pintura. Y eso que lo que yo tengo es una reproducción, claro, una postalita que compré en el Centro Paul Klee en Berna hace años; porque el dueño del original fue nada menos que Walter Benjamin (¡¡ufff!!, palabras mayores!!!).

La postalita me acompañó todo el curso siguiente a ese verano, al verano en que visitamos a Paul Klee. Me acompañó porque entre mis manías, que son muchas, tenía la de forrar mi agenda de clase con enredos de algún viaje del verano, por eso de estirar los recuerdos y hacer más llevadero el invierno. Ahora la tengo pegada en una pared, junto a mi mesa de estudio. 

Me ha venido todo esto a la cabeza porque he visto hoy en El País (09/04/2016) el reportaje de una exposición de Paul Klee en París. Y me ha puesto en marcha, que hace tiempo que llevaba yo queriendo sacar mi libretina de aquel verano. 

Le he seguido la pista a este Zentrum Paul Klee desde entonces (2008) y he podido comprobar como es un museo de lo más peculiar. Si uno va cada cierto tiempo, se encuentra con un museo distinto. Y es que cada cierto tiempo van rotando las piezas que exponen para que se puedan ver todas las que tienen en el almacén (y son muchas). Pero no es solamente un criterio de movilidad, responde también a las características de la obra de Klee. Resulta que nuestro Paul tenía un sistema de trabajo experimental muy curioso, utilizando tanto papeles como colores muy sensibles. Así que si no los cambian cada seis meses, se corre el riesgo de que se estropeen. ¡Vaya experimento!, tiene en vilito a todo el personal del museo!!
Zentrum Paul Klee en Berna (Suiza)
Paul Klee und mich

Así que cuando estuvimos en 2008 pudimos ver la parte jardinera de Klee, se llamaba “Klee enchanted garden”. Y pudimos comprobar su fascinación por las plantas y jardines, su interés por la estructura de las plantas y su afán por la didáctica de la botánica. Y todo ello dentro de una auténtica performance, convirtiendo el museo en un jardín exótico como si de un sueño se tratara. 

Y estoy pensando que no estaría mal un viajecito a París a ver el original de “Angelus Novus”, en lugar de la postalita… Tengo tiempo hasta el 1 de agosto de 2016. No sé, no sé…






Paul Klee & Cia.
Paul Klee & Cia





viernes, 8 de abril de 2016

Algunos libros de 2016: Bibliomanía, el librero iletrado y asesino



Llegó un mensaje de la Biblioteca Pública de Badajoz al móvil  para decirme que ya había llegado el libro que había pedido a la de Cáceres. Cuando fui a recoger “Bibliomanía” de Gustave Flaubert me dijeron que no estaba. Y es que de pequeñín, era imposible verlo entre los tomacos que había en el mostrador.

El librito, de 124 páginas es un poco mayor que mi iPhone y lleva el rimbombante título de Bibliomanía, precedido de La leyenda del librero asesino de Barcelona por R. Miquel i Planas. Es una auténtica monada y en pocas páginas (y pequeñas…) recoge dos versiones de una misma leyenda, además de los prólogos correspondientes.



El argumento de los dos relatos está sacado de un suceso de 1836 aparecido en la “Gazette des Tribunaux”, un periódico de sucesos de París (como nuestro El Caso). Cuenta la historia de un monje de Poblet, que apareció en Barcelona debido al abandono del monasterio (la desamortización de Mendizábal y todo eso…). El tipo en cuestión se dedicó a la compraventa de libros antiguos. Poco tiempo después empezó a tenerse noticia de una serie de crímenes cuyas víctimas eran personas del mundo de las letras. La víctima que ayudó a resolver el caso fue un bibliófilo muy conocido en la ciudad, cuya librería fue incendiada, desapareciendo una Biblia de gran valor. Cuando la policía detuvo al antiguo monje encontró en su poder la dichosa Biblia y el monje resultó ser todo un asesino, digno de la mejor serie de televisión y un incendiario de tomo y lomo.

A lo que vamos, que el joven Flaubert escribió en 1836 una especie de tarea de clase con este argumento y resulto este curioso relato, un cuento fantástico muy interesante donde se nota que  Flaubert no había visitado Barcelona en su vida, ni tenía idea de las calles de la ciudad ni de los nombres catalanes. 

La otra versión, la de R. Miquel i Planas es la variante catalana del suceso, posterior a la de Flaubert, de 1924, y es una traducción ampliada del texto de Flaubert. Bueno, la amplía y la modifica. Cambia los nombres propios, dando un color mas local; añade pinceladas intelectuales con frases en latín y usa un lenguaje de lo más pintoresco. Lo mejor, las ilustraciones que son muy góticas.


Y me encanta la crítica que hace Flaubert de los bibliófilos, otorgándoles sólo el significado de persona que colecciona libros y no el de la persona que es amante de los libros y de la lectura. Y es que nuestro librero no sabía casi leer y sólo valoraba los libros como objeto físico, el papel, la tinta, los dibujos…. En fin que yo me quedo con la segunda acepción y recomiendo la lectura de este pequeño tesoro que yo desconocía.

Gustave Flaubert
Bibliomanía
precedido de 
La leyenda del librero asesino de Barcelona

por R. Miquel i Planas

Fecha de la edición: 2011
Lugar de la edición: Palma de Mallorca. España
Colección: Centellas
Encuadernación: Rústica
Medidas: 14 cm

Nº Pág.: 124


El librero asesino

El librero asesino


Las ilustraciones son del catalán Joan Vila D'Ivori para la versión de Miguel i Planas.


domingo, 3 de abril de 2016

Algunos libros de 2016: Mala letra


Mala letra, la madurez y sensibilidad de Sara Mesa

Mala letra. Sara Mesa. Anagrama

CELARD en Librería Universitas
Presentación de Mala letra en la Librería Universitas. Badajoz
Mala letra
Sara Mesa
Anagrama, 2016
191 páginas


Estoy segura de que antes o después habría llegado a Sara Mesa, pero ha sido antes gracias al Club de Lectura Viva del CELARD de Badajoz y su impulsor, Miguel Ángel Carmona. Y me alegro porque hemos tenido la ocasión de hablar con ella de sus libros, de Mala letra y de los anteriores también, como Cicatriz

Mala letra es un libro de relatos, once relatos con los que he disfrutado, tanto que los he releído. 

Las historias que aparecen en este volumen abordan temas como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos «pequeños instantes, epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan», cuando «algo se quiebra, y todo cambia». Niños que se resisten a obedecer y que viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer; chicas rebeldes cuya rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable; seres atormentados –o no– por los remordimientos y las dudas; picabueyes y nutrias que representan agresión o consuelo; el desconcierto de vidas en apariencia normales que a veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de cometerlos.
Sara Mesa ha construido un conjunto sólido y coherente de voces con su ya peculiar estilo tensado y sin artificios, que se revela aún más depurado en el manejo de las formas cortas.


Me ha gustado porque son historias de nuestro tiempo, con personajes de a pie, con los que es fácil empatizar. Son historias en las que aparece la culpa, si, pero también la ausencia de ella, el poder y la sumisión, la dominación o la desazón por lo que pasó… o pudo pasar…  

Algunos relatos me han creado desazón, al tiempo que me obligaban a seguir leyendo de manera compulsiva y al terminar de leer no podía dejar de pensar en ellos; algo seguía resonando en mi cabeza durante mucho tiempo. Y desasosiegan porque son relatos que te llegan al alma, remueven vivencias, propias o cercanas y hacen que rebusques en tu memoria y te hagas preguntas.

La escritura de Sara es en apariencia sencilla, pero más que sencilla es limpia, exacta, milimétrica, es decir, muy muy trabajada. Y haciendo eco del título del libro, sus opiniones sobre la escritura recorren todo el libro y cierra con un cuento en el que se analiza a sí misma como escritora, y me encanta.  Me gustan sus elipsis que dan ritmo al relato, creando desasosiego al comprobar que pasa el tiempo y todo sigue igual, como en Palabras-piedra, mi favorito. Me gusta como une varios relatos sin que en apariencia tengan relación… y cuando lo descubres sientes que has descifrado un enigma… 

Y me gusta la manera de introducirnos en los ambientes, como en Apenas unos milímetros, que parece que le pone al lector una de esas cámaras GoPro que llevan los deportistas en la frente y hace que no te pierdas detalle.

En fin, Mala letra son historias que emocionan, asombran e inquietan a la vez. Historias con las que he disfrutado y que recomiendo leer.




Sara Mesa (Madrid, 1976) desde niña reside en Sevilla. Es una galardonada autora de poesía, relatos y novelas. En Anagrama ha publicado Cuatro por cuatro (finalista del Premio Herralde de Novela): «Se afianza una nueva voz narradora que está en condiciones de dar importantes frutos en la novela española del siglo XXI» (Ángel Basanta, El Mundo); «Una escritura desnuda y fría, repleta de imágenes poderosas que desasosiegan en la misma medida que magnetizan» (Marta Sanz, El Confidencial); «Una pesadilla entre cuatro paredes, hábilmente orquestada» (Ariane Singer, Le Monde des Livres); y Cicatriz, elegido entre los libros del año por El País, El Mundo, ABC, El Español, y otros medios: «Una verdadera revelación» (J.M. Guelbenzu, El País), «Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje trabajada con precisión de orfebre» (Rafael Chirbes) «Los lectores nos sentimos atrapados por esta fascinante escritura, que es, a un mismo tiempo, oscura y luminosa» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Una novela incomparable, que trasciende la tradición española y se vuelve una novela europea, universal» (Adolfo García Ortega, Cultura Fnac). «Hay mucha belleza en Cicatriz, y yo diría que se trata de una belleza de concepción, de inteligencia narrativa» (Martín Schifino, Letras Libres)
Información tomada de Anagrama: http://www.anagrama-ed.es/autor/1309
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lunes, 28 de marzo de 2016

Algunos libros de 2016: Vinieron las lluvias

Vinieron las lluvias
Louis Bromfield, 1937
677 páginas
Vinieron las lluvias
Empezó no gustándome este libro. Reconozco que la primera parte me resultó un poco aburrida. Puede que no esté acostumbrada a esa profusión de detalles en una novela. Porque la primera parte, de cuatro, es muy larga. Es muy larga porque hace una descripción minuciosa del escenario y de los personajes.

El escenario de “Vinieron las lluvias” es la India de los años treinta, la última década de la dominación británica. Describe la ciudad de Ranchipur como brillante, misteriosa y exótica. En la actualidad no nos llama tanto la atención pero los detalles exóticos del país, muy visuales y casi cinematográficos, harían las delicias del lector del momento. 

Me di cuenta más tarde, pero lo tedioso de las descripciones de los personajes, sus debilidades, parece hecho a posta, porque es la mejor manera de describir la situación de partida: los personajes padeciendo el insufrible calor y esperando a que lleguen las lluvias que supuestamente van traer alivio a todos. Las aguas traerían la vida a las plantas que crecerían como por arte de magia y muchos de los habitantes que se lo podían permitir se marcharían a pasar la estación de lluvias a lugar seguro. “El clima vuelve a los hombres en seres neuróticos e inestables” dice el Mayor Safki.

Y es interesante tener toda esa información de los personajes y del escenario para comprender lo que pasa después. Y es que el tema central del libro es cómo los personajes reaccionan ante el terremoto y cómo gestionan los desastres que acarrea. Algunos, presa del pánico, recurren al alcohol o simplemente se derrumban. Otros aceptan como corderillos lo que está pasando. Y lo mejor, en mi opinión, hay otros personajes que sacan una fuerza increíble y dan un vuelco a sus vidas vacías y nos sorprenden con su sincero arrepentimiento. En definitiva, vemos como son los personajes cuando el terremoto les quita la careta.

Podemos encasillar a “Vinieron las lluvias” en la llamada literatura de desastres,  en literatura de entretenimiento, pero no sería justo. Tiene su toque político y social. Por ejemplo, encuentro en la novela gran cantidad de ideas políticas con respecto a la relación Oriente-Occidente. Critica la decadencia de Europa: 

“Le parecía que ya no venían de Occidente hombres como John Lawrence. Ahora eran todos como Heston, voraces, implacables y malos, o como Ransome, extraviados, estériles y hastiados. Sabía él que Ransome era un hombre enfermo y que la enfermedad que padecía era la misma que corroía a Europa. Heston era un hombre perverso que padecía otra clase de enfermedad, la misma que corroía a Europa. Heston era un hombre perverso que padecía otra clase de enfermedad, pero que era igualmente propia de Occidente.” (cap. 34)

y denuncia como los hijos de la maharani se han echado a perder en Europa. Sin embargo, se acepta la tecnología y los avances médicos que de allí vienen. 

Por otro lado, también critica a los lugareños, las tensiones que hay entre los distintos grupos, su indolencia… pero aprecio en el autor un cariño especial por ese país, mostrando al Mayor Safki como representante de la nueva India. 

Y la corrupción está también presente con los chanchullos en la construcción de la presa que provoca todo el desastre. Y el papel de las misiones cristianas en la India, o la idea de fuga que está presente a lo largo de la historia con personajes que huyen o quieren huir….

En fin, hay muchos temas interesantes en la novela y la he leído con interés. Aunque largo, es de fácil lectura, lleno de simbolismos (el fuego purificador, las abejas, el coñac…) y con personajes creíbles. De entre ellos, me quedo con la anciana tía Phoebe que es todo un modelo a seguir:

“Ransome sabía lo que la anciana había querido decir. Le impresionó el hecho de que en el cuerpo enjuto y gastado por el trabajo de la anciana quedase todavía tanta capacidad para el asombro y para los sentimientos románticos, y comprendió de pronto que en aquello radicaba parte de su fuerza, una de las razones por las que tía Phoebe no se había hecho nunca vieja, una de las causas de su eterna juventud.” Parte 4, cap. 22


domingo, 27 de marzo de 2016

Los lugares en los libros. El Perú de Vargas Llosa

EL HÉROE DISCRETO
Mario Vargas Llosa
Alfaguara, 2013
392 páginas

El año pasado le tocó a la Ystad del comisario Wallander. Hoy estamos en El Perú de Vargas Llosa

El héroe discreto
La Rosa Naútica en Miraflores, Lima, Perú
Hoy La Rosa Náutica también estaba llena de gente. No hablan francés ni inglés, solo el maravilloso castellano que hablan por aquí. También estaban los tablistas "corriendo las olas embutidos en sus buzos de goma"

No es una mañana gris de invierno como cuando don Ismael contó a Rigoberto sus planes de boda con Armida. Hoy es un medio día luminoso de un verano del mes de enero. 
Acompañados por el "acompasado rumor de las olas" y por una escuadrilla de alcatraces, hemos comido en La Rosa Náutica un ceviche divino y un vinito blanco peruano de los que iluminan el alma. No teníamos trabajo en la oficina por la tarde como Rigoberto...

La Rosa Naútica
La Rosa Naútica en Miraflores, Lima

La Rosa Naútica
La Rosa Naútica en Miraflores, Lima

































Había dejado la lectura de "El héroe discreto" para este viaje. Ya sabía que parte de la trama se situaba en Piura, así que clavado. Encajaba a la perfección con mi manía de buscar los lugares de los libros. La sorpresa fue cuando llegamos a Piura y el hotel en el que estamos alojados es el mismo que aparece varias veces en la novela. Así que, BINGO. 


Como don Rigoberto, llegamos a Piura en el vuelo de Lan-Perú. No nos llevó un taxi como a don Rigoberto, fue Marcos, el compañero piurano de Lorenzo quien nos llevó al Hotel Los Portales, en la Plaza de Armas.


Hemos seguido los pasos de don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito. Dimos la vuelta a la Plaza de Armas, "sombreada por altos y antiguos tamarindos".

Sin embargo, hoy hacia una caló como el de Badajoz en agosto. A pesar de ello nos "detuvimos un rato a observar el monumento central, la Pola, una aguerrida dama de mármol ...." Echamos un vistazo a "la desangelada catedral" (doy fe que es cierto, pero siempre abierta y llena de devotos piuranos).


También nos sentamos "en la pastelería El Chalán" y cayeron dos copas Chalán de las que no se las salta un torero: helado, ensalada de frutas, bizcotelas y fudge. El paraíso de los golosos. Y aquí nos han dado.


Piura (Perú), enero de 2015

El Tiempo, diario de Piura (Perú)
El Tiempo, diario de Piura


Pastelería El Chalán
Pastelería El Chalán






Plaza de Armas en Piura con la "Pola",  estatua de mármol que representa la libertad (1870)
Plaza de Armas de Piura. Con la "Pola", estatua de mármol que representa lalibertad



Hotel Los Portales, en la Plaza de Armas de Piura.
Hotel Los Portales, en la Plaza de Armas de Piura.
Escenario de El héroe discreto

Viaje realizado en enero de 2015