La víspera del Día de Todos los Santos salió de lo más revuelto, lloviendo y bastante desagradable. Propio de la fecha, no digo que no, pero pensé que ya tenía el día hecho: en casita.
Pero FaceBook me alegró la tarde, porque vi una convocatoria para una actividad que había en la Biblioteca Pública de Badajoz. Me pareció de lo más apropiada y allí me planté en cuatro zancadas. Y mereció la pena.
El equipo de benditos locos de El Secreto de la Caverna hicieron un programa especial (radio en directo que se puede escuchar también en su web) para celebrar el Día de Todos los Santos, dedicándolo a los escritores lúgubres: Poe, Lovecraft, Mary Shelley, Bram Stoker, Stephen King, G A Bécquer…. ¡Sublime!
Me gustó también una sección que hicieron sobre leyendas de fantasmas en bibliotecas, con imágenes de la biblioteca Willard , en Evansville, Indiana. Hubo para terminar un repaso al cine de terror aprovechando el Día de los Difuntos. Un programa de casi dos horas la mar de completito.
Llegué a casa con ganas de leer algo de lo que habían estado hablado en el programa. En esos momentos estaba leyendo el Dracula de Stoker, en una edición preciosa de Reino de Cordelia con ilustraciones de Fernando Vicente. Así que eso no valía, buscaba algo distinto, así que rebusqué en las estanterías y apareció una edición de las Rimas y Leyendas de Bécquer del Circulo de Lectores del año 1967, una de mis primeras adquisiciones librescas. Así que me puse con “El monte de las ánimas”. Fue perfecto:
“La noche de Difuntos, me despertó a no sé qué hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno me atrajo a las mientes esa tradición que oí hace poco en Soria.
Intenté dormir de nuevo. ¡Imposible! Una vez aguijoneada la imaginación, es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarlo de la rienda…..”
31 de octubre de 2015
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