lunes, 31 de agosto de 2015

El "rincón de pensar" de Wallander

El "rincón de pensar" de Wallander

Cuando viajamos, me gusta siempre buscar algún rincón literario. Me gustan las casas de los escritores, pero también me gustan los lugares que aparecen en las novelas que leo. Tengo una larga lista para visitar, pero la que hacía tiempo que tenía en el primer puesto de los Top Ten era la Escania de Wallander.




Y en 2013 estuvimos por fin en la Scania de Henning Mankell. Ystad  es la ciudad sueca en la que se desarrollan la mayor parte de las novelas en las que interviene el Inspector Wallander, Kurt Wallander.  No podía faltar la visita al número 10 de Mariagatan, la calle donde vive nuestro personaje. Porque es todo un personaje, muy especial. A mí me tuvo entretenida muchos años, aguardando la publicación de la siguiente novela. 

Pasear por el pueblo era como bucear en la atmósfera de sus historias, a lo que contribuyen las autoridades locales sacando provecho turístico al asunto. Sin ir más lejos, la oficina de turismo es monotemática de Wallander.


Oficina de turismo de Ystad (Suecia)

Pero lo que realmente me impresionó fue el “rincón de pensar” de Wallander. Cuando tenía algún tipo de conflicto en sus investigaciones o en su vida personal, que eran muchos en ambos casos, se plantaba en Ales Stenar. Ales Stenar es un lugar que realmente invita a pensar porque tiene algo de mágico, es como el Stonehenge sueco. 

Mirando al mar Báltico en lo alto de un acantilado está este conjunto de 59 piedras rodeado de misterio. En la novela dice que es una “formación circular”. Puede que sea la traducción o que el autor lo haya querido así, pero el caso es que las piedras están colocadas haciendo la forma de un barco de 67 metros y parecen tener una antigüedad de 1400 años. Hay interpretaciones para todos los gustos, pero yo me quedo con la de que es un calendario solar. 


“En lugar de ir directamente a casa de su padre (Wallander) continuó unos kilómetros adentrándose por el camino de grava que llevaba a Backakra y que serpenteaba entre dunas ondulantes. Dejó el coche en el aparcamiento vacío y subió a la colina, desde donde podía ver la dilatada superficie del mar.Allí había una formación circular de piedras. Un círculo para la meditación, construido en piedra unos años antes. Invitaba a la soledad y a la tranquilidad del alma. Se sentó en una de las piedras y contempló el mar.”  Henning Mankell, Asesinos sin rostro, Capítulo 8

Y es verdad que el lugar invita a la meditación y al sosiego y las vistas al mar desde el acantilado son impresionantes. Lo malo, o lo bueno según se mire, era el gentío como ocurre con todos los lugares turísticos. Lo malo porque hace falta mucha concentración para conseguir la “tranquilidad de alma” de la que habla Mankell, aunque se puede conseguir, doy fe. Lo bueno, es que la gente se mueve por todos lados, viajando  deseosos de conocer lugares y asimilar experiencias. Y eso es grande, muy grande.

Me enganchó Mankell con su inspector Wallander desde el primer libro que leí de la serie. Es un tipo interesante. Le suelo seguir la pista y hace unas declaraciones de peso en las entrevistas que concede. Con “Asesinos sin rostro” empieza la serie. Había estado viviendo en África y cuando volvió a Suecia en 1989, se quedó pasmado por la xenofobia que había empezado a aparecer en la sociedad sueca y decidió empezar a escribir sobre ello. Como según Mankell el racismo es un delito, necesitaba un inspector de policía. Así nació Kurt Wallander

En el número 10 de Mariagatan
Subida a la colina de Ales Stenar con el Báltico al fondo

Ales Stenar















http://henningmankell.com/books/

miércoles, 26 de agosto de 2015

Los jubilados de la Bolsa de Madrid

Los jubilados de la Bolsa de Madrid, a la calle.

Madrid, junio de 2015

Madrid es una fuente inagotable de actividades, siempre hay algo más que hacer. La última vez que estuve en Madrid, Miguel me recomendó una visita guiada al Palacio la Bolsa de Madrid porque sabía que me iba a gustar. Y así fue. 

Yo no entiendo una patata de economía, ni de la Bolsa, pero resultó ser una visita bien curiosa. Por ejemplo, supe que aunque el edificio se inauguró en 1893, el Estado tuvo que asumir la deuda de su construcción y decoración en 1921 pasando a ser propiedad de Patrimonio. Ya vemos como la historia de los dispendios no es nueva. 

Me pareció muy interesante la sala del parqué donde tenían lugar los griteríos del “compro/vendo” al ritmo de la campana. Todo ello restos del antiguo sistema de cotización que fue sustituido por el sistema electrónico. Ahora no hacen falta muchas personas físicas en la sala. Aquel día sólo estábamos el grupo de la visita, un equipo de TV  que iban a conectar para hablar del Ibex 35 y lo que más me gustó.... señores mayores sentados aquí y allá mirando los paneles. Formaban parte del paisaje bursátil: eran jubilados de la Bolsa que añoran su trabajo y acuden cada mañana al parqué . 


Hoy sé que a partir de septiembre van a prohibirles la entrada porque al parecer dan mala imagen. Ya les vale!!!







domingo, 23 de agosto de 2015

“Una mirada feminista sobre las vanguardias”


“Una mirada feminista sobre las vanguardias” es uno de los itinerarios que ofrece el Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid. 
Uno de los objetivos del recorrido es “cuestionar el papel y la visibilidad de la mujer en la historia del arte… y considerar críticamente las imágenes de dominación masculina, invitando a reconocer el trabajo de la mujer en la superación de estos roles y modelos”

Me ha parecido una propuesta interesante y hasta divertida, porque he fijado mi atención en dos pinturas muy reveladoras. Son dos tertulias bien distintas. En una de ellas, “La tertulia del café de Pombo", de José Solana de 1920, vemos un grupo de sesudos hombres, serios, tiesos como estacas en una tertulia con una pinta de aburrimiento que te mueres.


La otra, la de mujeres, se llama “Tertulia” y es de Ángeles Santos de 1929. Aquí vemos a un grupo de chicas leyendo y comentando sus lecturas. Se las ve relajadas y haciendo lo que les da la real gana. Por mucho Café de Pombo que me pongas, me quedo en ese otro salón de chicas. Tiene que ser más divertido, a la fuerza.

“La tertulia del café de Pombo", de José Solana de 1920

“Tertulia” y es de Ángeles Santos de 1929

Madrid, junio de 2015
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BookCrossing en Bucarest,

BookCrossing en Bucarest, 21 de julio de 2015



Primera misión rumana cumplida. Nada más llegar a Bucarest eché mi libro de BookCrossing a la mochila y con toda la puntería del mundo nos topamos enseguida con la librería donde había pensado dejarlo. 

No nos defraudó. La "Carturesti Carusel" es impresionantemente bonita. Estos rumanos deben ser muy amantes de la lectura porque tienen unas librerías muy cuidadas y las encuentras con frecuencia por la ciudad. 

Y a lo que iba, en la cafetería del Carrusel, en un rincón muy apañado dejé mi libro viajero. ¡Buen viaje, "Malamemoria"! Y ya contaré si ha viajado mucho.

Librería Carturesti Carrusel




jueves, 20 de agosto de 2015

Ardor patrio en Rumanía. Javier Cercas

Bucarest, julio 2015

Sigo con una de mis pequeñas manías, la de enredar en las librerías. Y junto al hotel en Bucarest había otra librería preciosa, la Humanitas. Me chocó el silencio que había y vi como varias personas estaban sentadas en sillas repartidas por toda la librería. Todos estaban escribiendo, era un taller de escritura con una profe que les iba dando instrucciones.

Tenían una sección dedicada a otras de mis manías, los tés y toda su parafernalia: tazas y teteras a cual más molona. Ahí me han dado, una taza de té es la compañía perfecta para un buen libro. 


Pero a lo que iba, que me emociono y me lío: como sólo conozco unos pocos autores rumanos, iba buscando autores españoles para cotillear un poco. Encontré muy pocos, pero entre ellos nuestro Javier Cercas y su "Las leyes de la frontera" ("Legile frontierei", en rumano). Pues eso, ¡¡ardor patrio!!






La Transfagarasan, una ruta entre las nubes

La Transfagarasan, una ruta entre las nubes

RUMANÍA, 20 de julio de 2015

Hoy hemos recorrido la Transfagarasan. Es una de las mejores carreteras del mundo, según "Top Gear", un programa de la tele británica; una carretera que se abre unos pocos meses al año y que es todo un reto para los conductores amantes de las curvas. Y además, yo añado que es espectacular, tanto que a veces se te encoge el alma.

Llevábamos un conductor de primera en la furgo, así que íbamos tranquilos y relajados, haciendo fotos y disfrutando del paisaje más increíble. 



Transfagarasan, un reto para los amantes de las curvas


La hemos recorrido de sur a norte, desde la Ciudadela Poenari, donde la fortaleza de Vlad el Empalador, inspirador del Drácula de Stocker. Era ultima hora de la tarde, así que ver el sol bajar a través de los árboles ha sido todo un espectáculo. El laberinto recorre un lago, un glaciar, bosques cerrados de abetos, cascadas, un nevero y un agobiante túnel sin iluminación. Y en la cima, de monte pelado, la carretera era un gigantesco Scalextric que sobrecoge.

Transfagarasan, Rumanía


Esta carretera fue un proyecto del Ceaucescu de los años setenta, como respuesta a la invasión de Checoslovaquia por la Unión Soviética. La carretera serviría para proteger las fronteras del país ante una incursión similar. Tambien sirvió como cementerio a los numerosos trabajafores muertos en su construcción. Los lugareños la llamaron la locura de Ceaucescu



Transfagarasan, desde la ciudadela Poienari








domingo, 16 de agosto de 2015

Los billetes de leu rumanos son muy moninos

Los billetes de lei rumanos son bonitos y muy higiénicos.


Dan la sensación de haber sido hechos hace un rato. Son brillantes y están muy limpitos. Y es que no son de papel, son de un polímero, vamos, que son de plástico. 

Parece que el gobierno rumano apostó hace años por este material y poco a poco lo ha ido incorporando a todos sus billetes, porque por lo visto son, además, más seguros. En efecto, tienen un escudo sin tinta por lo que son transparentes y difícil de falsificar. Estos billetes tan moninos me gustan.



jueves, 13 de agosto de 2015

Dr. Mabuse en la Ciudadela Spandau

Dr. Mabuse en la Ciudadela Spandau

Spandau Ballet era un grupo de pop británico de los años 80 que a mi me gustaba. Hubo mucha polémica cuando les preguntaron por el origen de su nombre por la asociación con la prisión militar de Spandau, donde estuvieron recluidos los juzgados en los Procesos de Nuremberg.
Pero a mi me gusta más ahora recordar Spandau por algo distinto. Tirando de una de mis libretinas con las anotaciones que hago en los viajes me he topado con una exposición que vimos en Berlín en el verano de 2006. 

Spandau es un distrito de Berlín y la Ciudadela Spandau es una edificación militar de ladrillos que fue prisión hasta 1987 cuando murió su último inquilino, Rudolph Hess. Entonces sufrió la transformación que a mi más me gusta para ese tipo de edificios, que es convertirla en un espacio público donde tienen lugar actuaciones al aire libre y donde está el Museo de la Ciudad. En el museo suele haber además exposiciones temporales. Y la que vimos en 2006 me gustó un montón.

Era "Dr. Mabuse y Edgar Wallace en Wolffs Revier”  sobre la historia del cine en Spandau. Se hacía un repaso al cine alemán de antes de la Segunda Guerra Mundial. Películas como “El testamento del Dr Mabuse” de Fritz Lang de 1933 habían usado la Ciudadela Spandau como telón de fondo y los estudios construidos en los viejos hangares de zepelín de la cercana Staaken. 
Pudimos ver documentos y objetos, entre ellos guiones, vestuario, cartas, facturas… Todo muy interesante.

Volví a casa con el deseo de volver a ver alguna de estas pelis y de leer las novelas de Edgar Wallace. Ahora voy a hacer otro repasito. 


Este es el enlace a la peli completa: El Testamento del Dr Mabuse







martes, 4 de agosto de 2015

Los toritos de Pucará. Tradiciones curiosas

 Perú, enero 2015

Aún tengo cosas en el tintero de cuando estuvimos en Perú en enero. Y hoy alguien me ha recordado una tontuna curiosa de ese viaje. Son los Toritos de Pucará.

Cuando viajo (y también cuando no …) llevo puesto siempre el piloto automático: los oídos bien abiertos y los ojos aún más. Intento que no se me pase ni una. Y algo que no se me pasó por alto, sobre todo en las carreteras del valle Sagrado de los Incas, fue una composición de figuras de cerámica que estaban colocadas en  el tejado de muchas casas. Son una pareja de toritos de cerámica de colores. Pude ver después que los vendían en cualquier lugar en todos los tamaños posibles.

Los antropólogos, con su bla bla bla, te cuentan unas historias interesantes (*) pero un poco aburridas acerca de la simbología totémica del torito, de rituales andinos y un montón de cosas más. Interesante, sin duda, pero yo me quedé con la explicación que dio un lugareño. Nos contó que colocan los toritos al terminar la casa porque traen felicidad y protección a los  que la habitan. Y me gustó. Asi que me pareció un buen regalo-tontuna para una casa nueva. Tradiciones curiosas.



Los toritos de Pucará

(*) LA SIMBOLOGÍA TOTEMICA DEL TORITO DE PUCARA.   Colegio Profesional de Antropólogos del Perú