"Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta" “ … Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragante, el silencioso, el enmarañado bosque chileno…” Pablo Neruda, “Confieso que he vivido”
Así que había que conocer el bosque chileno. Nuestros amigos Juan y Yoli lo habían organizado todo. Habíamos llegado a Temuco (el Temuco de la infancia de Neruda) casi al medio día, justo para un rico almuerzo chileno en compañía de la familia Pino al completo.
“Al tiro” salimos hacia Pucón, donde nos esperaba una linda cabaña que iba a ser nuestro centro de operaciones.
Pucón y Villarrica son dos poblaciones en la orilla del Lago Villarrica. Están preparadas para acoger a montones de turistas, con sus playas, su costanera, restaurantes a cientos (como los amigos de Violeta…) y pequeñas tiendas por mil, donde puedes encontrar de todo. Era el otoño del mes de abril, así que el aluvión turístico había pasado. Todo era tranquilidad.
“Al tiro” salimos hacia Pucón, donde nos esperaba una linda cabaña que iba a ser nuestro centro de operaciones.
Cabañas en Pucón |
Atardecer de otoño en el Lago Villarrica. |
A unos pocos kilómetros de Pucón, están “Los ojos del Caburgua”. Son dos “pozones” naturales (por aquí les llamamos pozas) que están junto al Lago Caburgua. Tiene tres caídas de agua que pueden observarse desde los caminos y pasarelas que tienen perfectamente acondicionadas. Aunque hay que tener cuidado con las enormes raíces que sobresalen del suelo.
A todo esto, hay que añadir los volcanes, que para una que no está acostumbrada es lo más. Aunque en esta ocasión por más vueltas que hemos dado a la zona no hemos podido ver el volcán Villarrica. Sabíamos que estaba ahí, detrás de las nubes, me sentía vigilada todo el tiempo por el volcán, pero no se dejó ver. Bueno, es motivo suficiente para volver.
No vimos el volcán, pero estar parece que estaba. |
Rio de lava en Challupén |
Como llovía a mares, en el restaurante donde comimos en Coñaripe me apetecía una sopita, que me gustan mucho. En el menú tenían un "caldillo de congrio" y allí supe que era uno de los platos favoritos del poeta. Tan así, que escribió la "Oda al caldillo de congrio"!! Me gustó y ya he aprendido la receta. Lo malo es que por aquí, en Badajoz, no hay mucho congrio, y estoy esperando a que una amiga me lo traiga de Portugal, de Sesimbra, que allí si lo hay.
Caldillo de congrio |
Así que por aquí hay para todos los gustos: paraíso de pescadores, senderismo, parapente, esquí, paseos por las costaneras de los lagos o por las laderas de los volcanes, playas tranquilas, circuitos termales... y ferias y mercados con la artesanía mapuche, la comida local y que sé yo cuantas cosas más. O simplemente disfrutar del "enmarañado bosque chileno"... Recomendable cien por cien.
Temuco (Chile), 6 de abril de 2017
Temuco (Chile), 6 de abril de 2017