19 de abril de 2015
La caminata de hoy ha sido en la oliventina Sierra de Alor. El día ha sido espectacular y la compañía de un grupo de amigos no le ha ido a la zaga al día.
Hemos tenido la suerte de contar con las estupendas lecciones de naturaleza de Emilio Costillo. Sabe un montón y nos ha ido ilustrando todo el camino. Yo soy un poco analfabeta en estos temas, así que he tenido la oportunidad de aprender muchas cosas con él.
El primer objetivo del paseo era ver la Rosa de Alejandría. Y nos hemos hartado, había muchísimas y son bien bonitas, de un fucsia intenso. El entorno que las acoge es de una belleza increíble y hace que el paseo sea de lo más agradable.
He aprendido su nombre científico, Paeonia Broteroi y que en algunas zonas, como en el pueblo de Emilio, Zahinos, le laman Rosa alabardera.
Pero igual de interesante han sido las jaras. Yo sólo conocía esas jaras blancas, pringosas que se ven desde el coche en cualquier cuneta. Una de las que hoy hemos visto ha sido la Cistus albidus, de color rosa.
Y a la sombra de las jaras, un planta bien curiosa, la Cytinus Hypocistis. Es un planta parásita que crece al pie de las jaras y que parece una piña. Ahora estaba roja, pero más adelante se abre y es completamente amarilla. Habrá que repetir la excursión para verla.
Hemos visto también la cornicabra, el torbisco, con el que hacen collares para los animales porque les libra de los parásitos y una cala silvestre, la Arum maculatum.
El broche de oro han sido las diminutas orquídeas, de distintos colores, que hay que buscar con detenimiento porque son tan pequeñas que pueden pasar desapercibidas en un entorno tan poblado de numerosas especies distintas.
Y la anécdota de la mañana, los sustos que en algunos tramos nos daban los ciclistas que estaban participando en una competición. ¡¡¡Bajaban como un rayo!!!!