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viernes, 23 de marzo de 2018

Me gusta como hablan en Chile

...regalonear

Se supone que hablamos el mismo idioma, pero cuando estás en Chile necesitas un diccionario; o preguntar todo el tiempo por el significado de muchas palabras. Yo prefiero esta última opción, como cuando pregunto a mi amiga Yoli por la sopaipilla.

Cena con sopaipilla y todo




La influencia mapuche y quechua tiene mucho que decir en esta historia. Hay un montón de palabras mapudungún y quechua con una fuerza increíble, además de ser de una tremenda sonoridad. Me encanta cuando hacen algo “al tiro”; o cuando pololean -el pololo es el novio-. Y me divierte la forma de nombrar a los novatos en la universidad: mechones. Y como se pasan un montón con ellos, igual que por aquí, hay una etiqueta de Twitter, #mechoneopiola, para invitar a los alumnos a que pasen de las novatadas.

Campaña "Pasa de las novatadas" #mechoneopiola



Algunas palabras se prestan a divertidos equívocos, como la palabra poto, que en mi tierra es una planta de interior que tengo en mi cocina y que en Chile son las nalgas!! 



El poto en mi cocina.
Uno de los potos de mi cocina

Pero la que más me gusta de todas es REGALONEAR y  que nuestros amigos chilenos de Temuco usan y practican con frecuencia. Regalonear, resumiendo mucho, significa mimar o dejarse mimar. Y desde luego que cada vez que vamos a Temuco nos regalonean de lo lindo. Son auténticos expertos.

Badajoz, marzo de 2018





martes, 27 de junio de 2017

Una pionera de la literatura de viajes

Lady Florence Dixie (1857-1905)

Parece que la literatura de viajes está en horas bajas. Lo he leído hace unas semanas en un artículo de Jacinto Antón en Babelia, el suplemento cultural del diario EL PAÍS: “La gente viaja como nunca, pero lee menos”. Debe ser cierto, pero a mí es un género que me encanta. Disfruto un montón leyendo “libros” sobre los lugares que voy a visitar.

Florrie a caballo
Lady Florence Dixie
Para nuestro viaje esta primavera a la Patagonia chilena ha sido bien fácil porque hay mucho para leer, tanto literatura de viajes como ficción de escritores chilenos. Pero hubo uno que me llamó la atención, “Across Patagonia” de Lady Florence Dixie. En primer lugar, porque me resultó curioso que una mujer hubiera recorrido la Patagonia en el año 1879 y además porque el trayecto recorrido había sido el mismo que nosotros íbamos a hacer, desde Punta Arenas hasta las Torres del Paine. Claro que 138 años antes que nosotros y con las incomodidades propias de la época. Ellos a caballo y nosotros en unos cómodos autobuses. 
Across Patagonia edición de 1880

A Lady Dixie se la puede considerar “mas que turista, una viajera, aventurera y exploradora”. Imagino a toda una aristócrata, hija de un marqués, cansadita del tipo de vida que le tenían organizada en su Escocia natal. Así que con 21 años organizó todo para irse lo más lejos posible, “lejos de amigos, telegramas, cartas y todas las demás molestias”(p.15). Y… ¿qué más lejos que Punta Arenas que está en el fin del mundo, en el Estrecho de Magallanes? Así, esta apasionada de los viajes y de la aventura inició su travesía en una época en que la Patagonia era un espacio vacío en el mapa.
Llegó a Punta Arenas en el Britannia, que había partido unos meses antes del puerto de Liverpool. En Punta Arenas prepararon todo lo que iban a necesitar para cabalgar mil kilómetros hacia el norte, a la aventura hasta las Torres del Paine (ella las llamó “las agujas de Cleopatra”). Venían bien provistos desde casa sin que, por supuesto, faltara el té y dos barrilitos de whisky. En Punta Arenas contrataron varios guías y compraron caballos, mulas y perros. Por el camino cazaron y comieron guanacos y ñandúes con las exquisitas recetas que uno de los guías, un francés, les preparaba y que ella anotaba en su diario. Diario en el que cada noche, al abrigo de una buena fogata, escribía sus impresiones del día. Describe al detalle el paisaje, los animales, las escenas de caza…, sin olvidar las privaciones que pasaron y los riesgos que corrieron.


La caza del guanaco, dibujos de Beerbohn
Caza fotográfica del guanaco hoy
Una de sus anotaciones le sirvió para enmendarle la plana a Charles Darwin con respecto a un animal, pues no estaba de acuerdo con lo que aquel había escrito acerca del “tuco-tuco” y así se lo hace saber en una carta.  
La acompañaron su esposo, dos de sus hermanos y el ingeniero y pintor Julius Beerbohn, que hizo un montón de bocetos con los que nuestra Florrie ilustró “A través de la Patagonia”, el libro que publicó a la vuelta del viaje y basado en el diario que llevó durante esos meses. Iba rodeada de hombres, pero ella llevaba la voz cantante y se encarga de quedarlo bien clarito cuando nos cuenta todas las peripecias del viaje. 



“A través de la Patagonia” fue todo un best seller de los libros de viajes del momento; eso sí, con los toques de la literatura romántica de la época. En Puerto Natales, la ciudad de Chile que es el centro de donde parten las excursiones a Torres del Paine hay un hotel que lleva su nombre, Hotel Lady Florence Dixie.

Habría mucho más que contar de nuestra Florrie. Fue una activista política promoviendo los derechos de la mujer: el voto, la igualdad en el matrimonio y el divorcio y su lucha por una "vestimenta cómoda para las mujeres". Aunque murió pronto, a los 50 años, Florence Dixie tuvo que ser la bomba.

Edición de la Universidad de Magallanes



ALGUNAS LECTURAS...

Allende-Correa, María Eugenia (2016). Lady Florence Dixie: el viaje como medio de emancipación femenina (1879)  Opción, Año 32, Especial No.13 (2016): 583-608 ISSN 1012-1587 


Darwin, Charles (2003) . Diario de un naturalista alrededor del mundo. S.L.U. ESPASA LIBROS

Dixie, Florence (1996). A través de la Patagonia. (M. Martinic, Ed., R. Martelli, & M. T. Velasco, Trads.).Ediciones de la Universidad de Magallanes, Punta Arenas (Chile). 

Martinic B, Mateo (2009).  Cartas de Lady Florence Dixie a Charles Darwinn. Magallania (Punta Arenas), 37(1), 221-222.

Nuñez Pérez, Melchor (2016). Patagonia, país de la ausencia. Bubok Editorial

Silveira, Mario J. (2009) Lady Florende Dixie en la Patagonia Austral (1879). XII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia, Facultad de Humanidades y Centro Regional Universitario Bariloche. Universidad Nacional del Comahue, San Carlos de Bariloche.


Pilar Otano Cabo
Badajoz (España), junio de 2017


viernes, 23 de junio de 2017

Hoy he recibido una carta

Hoy he recibido una carta. Era una carta de verdad, ni del banco, ni publicidad. Porque ya no se reciben cartas… Escribir una carta lleva su tiempo, luego hay que ponerle un sello y echarla a un buzón de correos. Mucho trabajo cuando tenemos el correo electrónico o el WhatsApp. Pero a mi me gusta mucho escribir a mano, me gusta la caligrafía, los bolis de colores… Así que lo que voy a contar tiene que ver con todo eso. 

Una obra sobre las cartas y como cambian las cosas
Proyecto Correo

Cuando en marzo estuvimos en Santiago de Chile, visité el GAM, el Centro Cultural Gabriela Mistral en la Av. Libertador Bernardo O’Higgins. Y en un gran patio central había una instalación que consistía en un buzón de correos de color rojo, una mesa y una silla. Sobre la mesa, unos folios de papel, sobres y las instrucciones para escribir una carta “a un desconocido”. Es un juego de correspondencia entre desconocidos y forma parte de un proyecto teatral, el Proyecto Correo, sobre "la influencia del uso del correo postal”. Me encantó la idea y me senté rápidamente a escribir a mi desconocido.



Centro Cultural Gabriela Mistral
Todo preparado para mi carta ... "a un desconocido"


Ya casi había olvidado aquello, cuando hoy el cartero ha entregado en nuestra casa una carta de verdad, "una carta de una desconocida". Venía de Las Condes, en Santiago de Chile y me ha emocionado un montón. Voy a responder a Carolina en cuanto termine de escribir esto. 

La verdad es que me niego a que se pierda la vieja y maravillosa costumbre de escribir cartas a mano y de enviar postales. Así que para contribuir a que esto no suceda, hace años que decidí enviar una postal a mis nietos desde cada sitio a los que viajamos. Ya tienen unas buenas pocas y sé que su madre se las guarda con mucho amor. 

Badajoz, 21 de junio de 2017








jueves, 11 de mayo de 2017

Tomar Once en Chile



¿Que cómo se come en Chile? 

¡¡De maravilla!! Bueno, se come “rico” como dirían por allí. Y se bebe aún mejor: los vinos, la cerveza y el pisco sour…  no puedo decidir qué es mejor… Reconozco que tengo una auténtica devoción por el comer, por el buen comer sobre todo y en nuestro viaje a Chile 2017 hemos podido dar buena cuenta de ello. 



Merienda con su té y panecillos calientes

Además de tremendamente rico, me encantan lo sonoros que son los nombres de las comidas… Me han gustado las sopaipillas, el chancho en piedra, las empanadas de pino, el pastel de choclo, el chupe de centolla, … 




Hornos en la carretera de Temuco a Pucón



Otro día contaré sobre estas comidas y otras más de las que hemos disfrutado, pero hoy he quedado con unas amigas a merendar aquí en mi tierra, en Badajoz, y me he acordado de que eso en Chile se llama “Tomar once”. Y me encanta. 

“Tomar once” es una merienda, con su té o café y panecillos calentitos con mantequilla, mermelada o palta (aguacate). 



Hornos en la carretera de Pucón



Y en nuestra escapada a conocer los bosques chilenos me encantó "tomar once" con nuestros amigos Yoli y Juan en la cabaña de Pucón. Tomábamos once con nuestro “tesito" y el pan amasado que comprábamos en la carretera, donde encuentras un horno sacando "pan amasado" calentito a cada rato. 


Y a propósito de "tomar once" he sabido de una peli de 2015, bueno quizás sea un documental, sobre unas octogenarias que llevan "tomando once" una vez al mes desde hace 60 años. Se llama "La Once", de Maite Alberdi, la nieta de una de las protagonistas. Es bien curiosa. 





Pilar Otano
Badajoz, mayo 2017

lunes, 8 de mayo de 2017

Bajo el volcán y en Badajoz

En nuestro viaje a Chile 2017, llegamos a Osorno antes de tiempo y no pude asistir a la sesión mensual de “Bajo el volcán” que tenían el fin de semana siguiente. “Bajo el volcán” es un proyecto literario que hay en la ciudad y me encantó el doble juego literario y geográfico del nombre. 

 Me lo contaron en la librería “Qué leo” y también había leído una entrevista en la prensa local, El Austral de Osorno, a Jaime Caucao, escritor y director del proyecto. Se trata de llevar escritores nacionales a la ciudad de Osorno, algo apartada de los circuitos literarios, para que conversen con sus lectores sobre sus libros. Tienen llenazos y funciona muy bien. En esa ocasión tenían preparado el encuentro con el poeta y músico mapuche Leonel Lienlaf. 




"Bajo el volcán"... de Osorno
Librería y Salón de té en Osorno
Librería "Qué leo" en Osorno




















Y todo esto viene a cuento porque me recordó enseguida el “Club de Lectura Viva” que tenemos en Badajoz. Se parecen bastante. Aquí es Miguel Ángel Carmona, del CELARD, quien organiza unos buenos tinglados. Nos pone a leer a autores “vivos” y luego nos reunimos con ellos en alguna librería de la ciudad para charlar sobre sus libros, o sobre lo divino y lo humano…


Estos días andamos leyendo un libro de relatos, “La felicidad de la familia” (Candaya, 2017), de un autor japonés que no “está vivo”, Osamu Dazai. Pero si lo está Ednodio Quintero que es prologuista del libro y colaborador en la traducción. Él llevará la voz cantante en la reunión que tendremos el viernes, 12 de mayo en la Librería Universitas de Badajoz.

Osamu Dazai, escritor japonés.


El venezolano Ednodio Quintero es uno de los grandes narradores latinoamericanos de hoy y experto en literatura japonesa. Quintero también presentará su última novela “El amor es más frío que la muerte”, que la Editorial Candaya, la de Olga y Paco, ha publicado recientemente, como viene siendo habitual desde el inicio de la editorial. 

Me encantan estas iniciativas que acercan los libros y sus autores a los lectores de a pié. ¡Que cunda…!!


Badajoz, 8 de mayo de 2017


domingo, 7 de mayo de 2017

Comer donde Neruda. El Venezia


Estoy comiendo en el Restaurante Venezia de Santiago de Chile, en pleno Barrio Bellavista. Creo  que he picado como típica turista cultureta, pero aquí estoy. Por lo visto, aquí comía con frecuencia Neruda. Está muy cerquita de La Chascona. Lo acredita, además, la decoración: fotos y murales hacen alusión al poeta.





Después de la visita a la casa del poeta, esto parece el cierre perfecto. Y aunque hace un calor de  cuidado, me siento especial. ¿Una tontería? ¡Seguro! Es un local muy normal, como de gente del barrio, pero, claro, con algo de turisteo. A mi alrededor, algunas de los comensales parecen como yo, siguiendo los pasos del poeta, pero... ¡Voilá! Aquí llega una señora bastante mayor, con aspecto de lugareña total. Me recuerda a mi madre y me resulta de lo más entrañable. 

El camarero, bueno el ”garzon”,  me cuenta que a estas horas, a medio día, viene gente del barrio, como esa señora, o gente que trabaja por aquí. Por la noche, a cenar, vienen más turistas literarios. Eso me ha reconfortado, pues aunque yo sea de estos últimos, he estado entre lugareños, que es lo que más me gusta.


¡Qué tontuna!

Santiago de Chile, 15:00 horas del 21 de marzo de 2017




martes, 2 de mayo de 2017

Día de la Poesía con Neruda

La Chascona no es mal sitio para celebrar el "Día Mundial de la Poesía"






Hoy es 21 de marzo y ha tocado visitar "La Chascona". Es una de las tres casas de Pablo Neruda en Chile, está en Santiago y es muy monina. También es muy curiosa, es una casa trepadora con un montón de escaleras que unen las distintas dependencias a través de jardines y estanques. Y como soy especialmente sensible a las escaleras,  puedo imaginar al poeta con su flebitis subiendo y bajándolas. Creo que los últimos años pasaban más tiempo en Isla Negra por ese motivo. ¡Obvio! Lo cierto es que la cosa tiene su lógica, pues fue construida en distintos momentos y está en la ladera de un cerro, el cerro San Cristóbal. 




La Chascona, que quiere decir "pelo revuelto, enredado", es como Neruda llamaba a la que fue su tercera esposa, Matilde Urrutia, para quien construyó esta casa en el céntrico barrio de Bellavista. Cuando te acercas, sorprende esa casa azul, como el mar. Hay que remontarse a su infancia, a su Temuco y a sus veranos en Puerto Saavedra para comprender esa pasión por el mar y por los barcos que podemos apreciar en La Chascona. 


... escuché a la distancia el trueno marino, una conmoción lejana. El oleaje estaba en mi existencia" (Confieso que he vivido)





Dentro de la casa crees estar en un barco, techos bajos, suelos de madera que parecen moverse, ventanas de ojo de buey, escaleras estrechas y empinadas... Además, está comprobado que le gustaban las tonterías. Hay un salero y un pimentero  en un armario en el comedor, en los que pone Morfina y Marihuana, en lugar de sal y pimienta. También hay una puerta en el comedor que parece la de un armario y es una puerta de escape a una escalera que lo llevaba derechito a la siesta en su "pieza", o de donde salía de pronto ante las visitas. 

El comedor, con su barra de bar era lugar sagrado para compartir con los amigos charla, almuerzos y copas. La mesa larga y estrecha para facilitar la conversación y montones de objetos traídos de los cientos de viajes que hizo en su vida.





El toque de la decoración con piezas de Piero Fornasetti me ha gustado mucho. Me pega que ese aire pop fuese más bien aportación de Matilde, pero parece que el poeta tuvo algún intento de colaboración profesional con el italiano. Neruda lo llamó: "el mago de la magia preciosa y precisa". Aquí te puedes dar un buen baño de Fornasetti






La verdad es que siempre me emocionan las casas de los escritores. Es más sencillo  comprender su obra cuando conoces dónde vivían y qué les rodeaba. Pero esta casa tiene un plus; en ella sientes la vida del poeta, sus manías, sus pasiones, su militancia política y también el rastro de Matilde. 

Si tengo que elegir una habitación, me quedo con la "sala de estar". Y es que cuando murió Neruda, a los pocos días del golpe militar de Pinochet en 1973, Matilde decidió que se velara aquí al difunto, de manera que pudieran acudir periodistas internacionales y pudieran difundir por todo el mundo el estropicio que los militares  habían hecho también  en la casa. Su funeral fue la primera manifestación multitudinaria contra la dictadura.

Matilde quiso vivir en La Chascona, ocupando el dormitorio de invitados, y no en Isla Negra cuando murió Neruda, a pesar de lo difícil que tuvo que resultar tanto por la ausencia como por los destrozos. Así fue hasta su muerte en 1984. 




Casa de Pablo Neruda en Santiago de ChilePlano de la casa de Pablo Neruda en Santiago deChile

La Fundación Pablo Neruda hace un buen trabajo con estas casas, con la difusión de la obra de Neruda, así como con la promoción de la cultura chilena, con la revista Nerudiana.... Pero no me ha gustado que en La Chascona no me dejaran hacer fotos en el interior. Sus razones tendrán, pero en las casas de otros escritores nunca me ha pasado. Así que me obligaron a comprar en la tienda un magneto para mi frigo con la pintura que Diego Rivera hizo de Matilde con dos caras que me gustó mucho. 

Magneto con la pintura de Diego Rivera: Retrato de Matilde
Retrato de Matilde, de Diego Rivera


Santiago de Chile, 21 de marzo de 2017


Esta casa me ha puesto en marcha con un montón de lecturas. En primer lugar he leído un par de biografías de Neruda (sólo había leído sus memorias), estoy leyendo algunos de sus libros que no conocía, pero sobre todo me ha interesado enormemente la vida de sus mujeres, Delia del Carril (La Hormiguita) y Matilde Urrutia (La Chascona); la pobre de Maruca pasó sin pena ni gloria. Así que aquí ando intentando hacerme con algunas de las biografías que he encontrado para ponerme a ello. 


La piedra y los clavos, la tabla, la teja se unieron: he aquí la levantada
la casa chascona con agua que corre escribiendo en su idioma,
las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario ramaje
hasta que la escala y sus muros supieron tu nombre
y la flor encrespada, la vid y su alado zarcillo,
las hojas de higuera que como estandartes de razas remotas
cernían sus alas oscuras sobre tu cabeza,
el muro de azul victorioso, el ónix abstracto del suelo,
tus ojos, mis ojos, están derramados en roca y madera
por todos los sitios, los días febriles, la paz que construye
y sigue ordenada la casa con tu transparencia.

La Chascona,  Pablo Neruda en "La barcarola "



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