Bastantes viajeros habían recalado en Ibiza en los años treinta. Algunos llevaban tareas científicas: naturalistas, arqueólogos o filólogos. Otros simplemente atraídos por la belleza intacta de su paisaje, el aspecto primitivo de sus viviendas y las costumbres de sus pobladores. Todos ellos quedaban fascinados, transformándolo en una utopía. Fueron ellos los que crearon el mito internacional de Ibiza, un mito cultural y turístico basado en la posibilidad de vivir una vida diferente, en el marco de una naturaleza privilegiada…
Eivissa desde el barco camino de Formentera |
Todo esto lo cuenta un ibicenco, Vicente Valero, en su libro Experiencia y Pobreza. Walter Benjamin en Ibiza, que me ha ayudado a comprender un poco mas esta isla de todos los santos que es Ibiza. Walter Benjamin, el alemán de las gafas redondas, vivió en San Antonio el pueblo de las preciosas puestas de sol. Al año siguiente de su llegada, ya expresaba su temor, era el verano de 1933, acerca de la fiebre constructora que estaba haciendo prácticamente imposible la vida en el pueblo.
¿Qué pasó entonces entre la Ibiza que deslumbró a Walter Benjamin y la isla de las discotecas y el famoseo? ¿Qué pasó entre la casa ibicenca que fascinó a todos ellos y las casas de la especulación?
Nuestro viaje a la isla esta primavera de 2019 ha sido diferente a la de todos aquellos. Nosotros éramos unos de los viajeros del programa de turismo para mayores (léase IMSERSO). Así que no llevábamos ninguna tarea científica, pero sí una mente curiosa que nos ha hecho recorrer la isla con la boca llena de preguntas.
Ibiza nos ha parecido maravillosa; la costa con sus calas y farallones. El agua tan limpia y de un azul tan intenso -culpable, la posidonia oceánica. Nos ha encantado pasear por sus playas y hacer caminatas por los bosques de pinos y sabinas. Curiosísimos los pequeños puertos con un peculiar sistema de guardar las pequeñas barcas…
Torre d'en Valls |
Es impresionante Dalt Vila, el recinto amurallado y la Necrópolis de Puig des Molins en la capital con los hipogeos. Los pequeños pueblitos, todos con nombre de santos, las torres defensivas que encuentras a lo largo de la costa, alguna con su leyenda incluida o con un guiño literario que me apasiona.
Diosa Tanit. Museo Puig des Molins |
Necrópolis Puig des Molins |
Nos ha gustado mucho el Puig de la Missa, en Santa Eulalia, con una interesante iglesia, su cementerio tan blanquito y las típicas casas ibicencas muy bien conservadas…
Mi afición a los cementerios: el de Puig de la Missa |
PERO…, en mi opinión, la burbuja discotequera, con su dinero fácil y el famoseo pululando por sus playas, le está ganando la partida a otro tipo de turismo que a la larga sería más rentable, si es que de eso se trata. Porque hemos encontrado lugares interesantísimos, llenos de historia, con pésimas indicaciones, que no están cuidados y cuyo acceso resulta de lo más complicado. Ejemplos puedo citar varios, pero nombro sólo algunos de los que nos han hecho perder tiempo y llevarnos a una gran decepción:
Aldea Balàfia Son cinco casas payesas, claro ejemplo de la arquitectura de la isla, con la peculiaridad de tener adosadas unas torres defensivas como las de la costa. Hasta aquí, perfecto, buen plan. Pero encontramos difícil y en malas condiciones el acceso, imposible aparcar ni cerca ni lejos y por fin, no pudimos verlas porque también son propiedad privada.
La batería militar de Sa Caleta me ha parecido algo muy interesante; es un búnker proyectado en 1940 como parte del Plan Kindelan y que consistiría en un sistema de fortificación defensiva de la costa ante un posible desembarco aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Esta batería antiaérea de Sa Caleta nunca llegó a utilizarse y fue abandonada por el ejército en 1962. A día de hoy está declarada BIC (Bien de Interés Cultural) y hay un cartel que dice que hay un dinero-mucho- para rehabilitarlo, pero está hecha un asquito.
Batería militar de Sa Caleta |
Cartel de las obras sin terminar en Sa Caleta |
Torre des Savinar. Habíamos visto unas pocas de estas interesantes torres defensivas a lo largo de la costa, pero esta des Savinar o de los Piratas tenía para mí un significado especial. La torre y sus alrededores son los escenarios de una de las novelas de Vicente Blasco Ibáñez, Los muertos mandan. Y como me encantan estas tontunas, allí que nos plantamos a buscar la torre donde a Jaime Febrer le pasa de todo. Y otra vez con la propiedad privada, otra vez con las malas indicaciones y otra vez con el camino intransitable. Así que después de andariqluear por aquellos campos solo pudimos acercarnos, pero no conseguimos llegar a ella.
Así y todo, hemos pasado unos días muy agradables en Ibiza y Formentera. Vicente Valero me ha ayudado a comprender mejor la isla. Rebecca Beltrán y Laura Tur me han servido de guía para localizar lugares interesantes. ¡Agradecida a los tres!
Vicente Valero
Editorial Periférica, 2017
224 páginas
Rebecca Beltrán Jiménez y Laura Tur Mari
Lonely Planet, 2014