viernes, 23 de marzo de 2018

Me gusta como hablan en Chile

...regalonear

Se supone que hablamos el mismo idioma, pero cuando estás en Chile necesitas un diccionario; o preguntar todo el tiempo por el significado de muchas palabras. Yo prefiero esta última opción, como cuando pregunto a mi amiga Yoli por la sopaipilla.

Cena con sopaipilla y todo




La influencia mapuche y quechua tiene mucho que decir en esta historia. Hay un montón de palabras mapudungún y quechua con una fuerza increíble, además de ser de una tremenda sonoridad. Me encanta cuando hacen algo “al tiro”; o cuando pololean -el pololo es el novio-. Y me divierte la forma de nombrar a los novatos en la universidad: mechones. Y como se pasan un montón con ellos, igual que por aquí, hay una etiqueta de Twitter, #mechoneopiola, para invitar a los alumnos a que pasen de las novatadas.

Campaña "Pasa de las novatadas" #mechoneopiola



Algunas palabras se prestan a divertidos equívocos, como la palabra poto, que en mi tierra es una planta de interior que tengo en mi cocina y que en Chile son las nalgas!! 



El poto en mi cocina.
Uno de los potos de mi cocina

Pero la que más me gusta de todas es REGALONEAR y  que nuestros amigos chilenos de Temuco usan y practican con frecuencia. Regalonear, resumiendo mucho, significa mimar o dejarse mimar. Y desde luego que cada vez que vamos a Temuco nos regalonean de lo lindo. Son auténticos expertos.

Badajoz, marzo de 2018





miércoles, 21 de marzo de 2018

Hoy me han hecho un regalo

... en el Día Mundial de la Poesía.

Suelo ir con frecuencia a la Biblioteca Pública de Badajoz. A recoger algún libro o a devolver otro, o a consultar alguna revista… Hoy ha sido uno de esos días; me habían avisado por correo electrónico de la llegada de un libro que tenía pedido.



Y al llegar al mostrador he encontrado un par de cajas de cartón decoradas que llamaban la atención. Decían: “El colegio Santa Marina te regala una Poesía”. Las cajas estaban llenas de unos rollos de papel a modo de pergamino. No eran pergaminos, claro, ni papiros; más bien eran mensajes en una botella. Los habían lanzado desde un cole de Primaria que está cruzando la calle, el C.P. Santa Marina. 





Tomé el mío con el cariño con el que se puede recibir el mejor de los regalos: dentro había un poema para mí. El remitente debe ser un alumno muy pequeño porque sólo tenía que colorear  el poema en cuestión, “El lagarto está llorando” de Federico García Lorca, y poner su nombre al final del poema. 


Mi mensajero en este Día Mundial de la Poesía debe estar iniciándose en esta preciosa aventura que es la lectura y la escritura. Y con profes con estas iniciativas, estos niños llegarán a amar los libros. Estoy segura. Gracias, Ángel Pérez, por tu regalo. 





Badajoz, 21 de marzo de 2018






miércoles, 7 de marzo de 2018

Sibiu te vigila y te acoge: La Casa Calfelor


Sibiu es una preciosa ciudad fortificada en plena Transilvania. Fue uno de nuestros destinos en la incursión rumana de 2015. Tiene una ciudadela medieval muy bien conservada y muchas de sus casas del bonito centro histórico te vigilan...



Calle Nicolai Balcescu, Sibiu, Transilvania, Rumanía.
Calle Nicolai Balcescu, Sibiu (Rumanía)

Había leído acerca de las casas con ojos de Sibiu, así que lo primero que hice al llegar fue estirar bien el cuello y buscar las ventanas de las buhardillas. Y ahí estaban, unos ojos semicerrados, como somnolientos, pero vigilantes. Me recordó enseguida la canción que cantaban POLICE, “I’ll be watching you”. Sting dijo de su canción que “es una canción siniestra. Trata sobre los celos y la posesión. Hay un personaje desagradable observando cada movimiento …”

La canción es un poco incorrecta, pero aquí viene que ni pintada. Me sentía vigilada y me dio en pensar el juego que han podido dar esas ventanas tan sospechosas a la hora de contar historias, a niños y a grandes. Y la tristeza con la que parece que te miran, como si hubieran sido testigos de las escenas más terribles.


Piata Mare (Plaza Grande) 



Pero la ciudad es todo lo contrario, es una ciudad luminosa, llena de vida y de gente. Parece una ciudad de cuento de hadas.Tiene montones de cosas que hacer y lugares que visitar. Y es, además, una ciudad solidaria y orgullosa de su pasado artesanal.


Sibiu tiene una larga tradición de gremios de artesanos

Al final de la mañana, después de patear bien toda la ciudad, fuimos a dar a la Strada Cetatii, que recorre un buen tramo de muralla, junto a un parque. Allí, en plena calle, a la sombra de una de las tres torres que siguen en pie, la Turnul Dulgherilor (Torre de los Carpinteros) tenían un buen tinglado montado. Al principio pensé en la típica escénita para atraer turistas, con su vestimenta de época y todo. Pero enseguida me pareció que estaban trabajando en serio y me faltó tiempo para preguntar al herrero. 

Strada Cetatii, con la Torre de los Carpinteros

Me contaron que pertenecían a una asociación que intenta recuperar los oficios tradicionales al tiempo que restauran edificaciones. Quieren ser los herederos de los gremios de artesanos que construyeron tantas ciudades europeas. Nada de máquinas, sólo escuadra, regla y compás. Aunque yo pensé que algún tutoríal de YouTube mirarán alguna vez, aunque sea de reojo.


En la Plaza Huet, en el mismo centro, tienen su sede, la Casa Calfelor. Tiene nombre de medicamento, por ejemplo de calcio para los huesos, pero no, es algo muy serio. La casa se utilizó como alojamiento para los aprendices viajeros durante varios siglos. Ahora, además de la sede de la asociación, es una especie de residencia donde pueden alojarse los artesanos que acuden voluntarios a trabajar y a aprender como se hacían las casas en la Edad Media. 

Casa Calfelor, en Plaza Huet, Sibiu
Casa Calfelor, la Casa de los Artesanos
No cobran nada, reciben a cambio comida y cama y supongo que la increíble experiencia de convivir con gente de distintos países. Y para meterse más aún en su papel, llevan unas ropas de aquella época de lo mas monina, con su sombrerito y todo!!


Así que, si te interesa aprender el oficio de la construcción artesanal, acude a Sibiu que te acogen con los brazos abiertos. Rumanía entera te acoge.

Badajoz, marzo de 2018



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sábado, 3 de marzo de 2018

De Xabier Gutiérrez a Pío Baroja, pasando por La Plaza de la Música

NOIR GASTRONÓMICO

¿Matar a alguien que critica tu trabajo? ¡Uy, uy!!! ¡Cómo suena!!!, sobre todo  en el mundo de la restauración. Pues si, han asesinado a un reputado crítico gastronómico; ese es el caso que nuestro subcomisario de la Ertzaina, Vicente Parra, tiene que resolver en la última novela de Xabier Gutiérrez,“Sabor crítico”.


El subcomisario de la Ertzaina, Vicente Parra, resuelve otro caso en la tercera entrega de Xavier Gutiérrez
Sabor crítico, Ediciones Destino, 2011

Ya conocemos a Vicente Parra de las dos entregas anteriores,“El aroma del crimen" (2015) y “El bouquet del miedo” (2016). De esta última escribí una entrada en este blog hace un par de años. Y esta tercera, “Sabor crítico” me atrapó desde el principio y al llegar a la última frase del libro, aguanté la respiración y me dije ¡¡guauuu…!!, ¿cuando vendrá la cuarta?

Las dos primeras novelas de Xavier Gutierrez. Imagen de RTVE
“El aroma del crimen" y “El bouquet del miedo” (*)

Xabier Gutiérrez es cocinero, psicólogo y escritor, así que hace unos guisos estupendos con sus historias. Dirige el Departamento de Innovación del Restaurante Arzak de San Sebastián,  lo que hace que sepa de cocina un montón. Además sabe transmitirlo en sus novelas. En esta última, también hay platos que degustar y una sidrería propiedad de uno de los personajes; aparece una de esas sociedades gastronómicas a las que solo van hombres!!! y el hijo de Vicente Parra también anda metido en fogones… En fin, que para alguien como yo que ama la cocina, y sobre todo comer, todo esto es un extra.

El subcomisario Vicente Parra es un tipo normal que trabaja en la comisaría del barrio de La Antigua, en San Sebastián. Lleva un año dando vueltas a un caso, el asesinato del reputado crítico gastronómico Ferdinand Cubillo, y no tiene donde rascar. Pero rasca y bien, hasta llevarnos de la mano a resolver el caso. De paso, nos enseña su bonita ciudad, San Sebastián, y sus alrededores. Nos muestra su lado pastel y maravilloso y también su lado negro, muy negro. Planea también sobre sus libros la historia de la ciudad en los últimos cuarenta años. 


La Playa de la Concha juega su papel en "Sabor crítico" (**)
¡Me gusta esa playa desde que tenía cinco años!

Sigo enamorada del personaje del padre del policía, que ha tenido una librería muy especial y que ya conocimos en las entregas anteriores. La Libre-ría es todo un homenaje a esas pequeñas librerías, cuyos dueños son auténticos gestores culturales al apoyo lector de los ciudadanos. Libreros resistentes en la actualidad y combativos durante la dictadura, cuando en las trastiendas tenían los libros prohibidos que hacían circular entre los lectores. 

Pero Xabier Gutiérrez también tiene otras caras, y muy interesantes. Por ejemplo, fue el guionista de un documental, dirigido por su hermano Juan Miguel, sobre los estragos del amianto, “La Plaza de la Música”. Es muy interesante y también escribí en este blog una entrada acerca de él hace dos años. Además, tiene que ser un tipo de lo más divertido. 

Y sobre todo, me ha gustado “Sabor crítico” porque me ha llevado a leer otro libro. Resulta que el caso tiene cierta conexión (no destripo nada de la trama) con un caso de asesinato que tuvo lugar en un remoto caserío del País Vasco en 1926, el crimen de Beizama (Guipúzcoa). Y en la novela se habla de esa historia contada por Pio Baroja en “El cabo de las tormentas”. Así que me lancé a la búsqueda y a la lectura del libro.



En el relato "Silencio" Pío Baroja nos cuenta el caso sin resolver del crimen de Beizama.

En “El cabo de las tormentas” (1932), Pío Baroja toca un montón de temas a través de sus personajes. Habla de la Dictadura de Primo de Rivera, del anarquismo y el sindicalismo en Cataluña, del regionalismo vasco, de la insurrección republicana de Jaca de 1930 o la llegada de la Segunda República en 1931, mezclando la crónica y la ficción. El cuarto relato, Silencio, narra la investigación en torno al doble asesinato de una madre y una hija en Beizama que quedó sin resolver. ¿Connivencia entre vecinos?, Baroja también habla de “presiones clericales”… todo muy misterioso y que nunca se aclarará porque la documentación del caso desapareció con las inundaciones de 1953.




Todo esto da pie a que Xabier Gutiérez lo traiga a su novela y además, muy bien traído. Y ha conseguido poner a Beizama en mi mapa. Así que desde aquí os animo a las tres cosas: a leer “Sabor crítico” y “El cabo de las tormentas”, y a ver el documental “La plaza de la música”.



Título: Sabor crítico
Autor: Xabier Gutiérrez
Editorial: Ediciones Destino
Número de páginas: 512
Año: 2017


Sinopsis 
Ha transcurrido un año desde que asesinaron a balazos a Ferdinand Cubillo, Ferni, un reputado crítico gastronómico del País Vasco. El subcomisario de la Ertzaintza Vicente Parra y su equipo se encargaron en su día de interrogar a quienes pudieran haber estado relacionados con el crimen. Pero la investigación ha resultado, hasta el momento, infructuosa. Aun así, Vicente Parra no cejará en su empeño por aclarar lo ocurrido en un caso que, más allá de la muerte de Ferni, está relacionado con el misterio que se cierne sobre unos acontecimientos ocurridos hace más de treinta años.
Parra quiere revitalizar el caso, y justo entonces se suceden otras muertes que parecen relacionadas con la de Ferdinand Cubillo. Por una parte, estos crímenes complican la investigación pero, por otra, pueden ayudar al subcomisario a resolver de una vez por todas la muerte de Ferdinand Cubillo y, sin proponérselo, a descubrir un misterio que había permanecido oculto durante casi cuarenta años.


Badajoz, marzo de 2018

(*)  Imagen de RTVE
(**) Foto tomada de www.sansebastianturismo.com/



















miércoles, 21 de febrero de 2018

Mi vecino Arturo Barea

Carambolas que me gustan: De Badajoz al Lavapiés de "En la calle” de Miguel Blanco, alguna biblioteca y un cementerio…

A dos calles de mi casa nació Arturo Barea en 1897. Sabía que había nacido en Badajoz, pero tenía curiosidad por saber dónde. Había visto su partida de nacimiento hace años en un libro de Manuel Pecellín, pero el nombre de la calle no me sonaba: Calle Magdalena, número 20. Así que me lancé al archivo de la RSEEAP y enseguida apareció. Ahora se llama Calle Vicente Barrantes, muy cerquita de la catedral y de mi casa. 

La otra tarde no lo pude resistir y me planté en la Calle Magdalena nº 20 para fotografiar la casa. No sé quien vive ahora allí, ni sé si coincide la numeración. Además, supongo que aunque coincidiera, la casa no tendrá nada que ver con aquella, pero me gustan esas tontunas…


 Placa en la fachada de su pub preferido, The Volunteer, en Faringdon (**)

He empezado a darle vueltas a todo esto porque se está hablando mucho de mi paisano estos días. En el Instituto Cervantes de Madrid hay una exposición: Arturo Barea. La ventana inglesa (hasta el 16 de marzo de 2018); la Biblioteca Bodleian, en Oxford (Reino Unido) ha acogido la semana pasada la donación del “Archivo de Arturo e Ilsa Barea” lo cual debe ser un filón increíble para investigadores. Además, un grupo de admiradores, entre los que que se encontraban Muñoz Molina, Elvira Lindo o Javier Marías han contribuido a la restauración de su lápida en el cementerio de Faringdon, lápida olvidada en su exilio y que hace unos años localizó William Chislett quien capitaneó su recuperación.

Además, una plaza en Madrid, en el Lavapiés de su infancia, lleva su nombre desde hace unos meses y los Paseos Bibliográficos por el Madrid de Barea, del Instituto Cervantes / La Liminal, tendrán lugar los sábados desde enero a marzo.

La plaza que lleva su nombre en Lavapiés fue inaugurada la primavera pasada. Es la plaza donde estaban las Escuelas Pías y que ahora es una biblioteca de la UNED. Yolanda Sánchez Fernández e Isabel Fernández Suárez lanzaron una petición en Change.org que tuvo un buen final. W. Chislett nos lo cuenta en un artículo de El País


La forja de un rebelde
Ediciones Turner, 1977. Primera edición en España
Primera edición en España. Ediciones Turner 1977

En fin, que todo ello me ha puesto en marcha y he recordado mi lectura de “La forja de un rebelde”, su trilogía autobiográfica. Fue a finales de los años setenta, un préstamo de mi cuñada Estrella. Me impactó su lectura, su realismo, ternura y dramatismo. Fue una de mis primeras lecturas sobre la guerra civil y sobre la vida del Madrid de principios del siglo XX. Pero ahora, recordándolo, me emociona saber que esa edición, la de Ediciones Turner de 1977, fue la primera que salió en España. Barea la había publicado en inglés treinta años antes y mas tarde en español en Argentina. Pero ésta era la primera en España.


The Forge, traducido por Sir Peter Chalmers-Mitchell
La Forja. Primera edición, 1941 (*)


The Clash, traducido al inglés por Ilsa Barea
La llama, primera edición 1946 (*)

Primera edición en inglés de


La raíz rota
Sin embargo, no había leído su otra novela, La raíz rota, que Páginas de Espuma ha publicado en 2009 y que también es la primera edición en España, habiendo pasado casi sesenta años desde que fue escrita. Así que esta ha sido la tarea de estos días. 

La raíz rota (1951) es una novela del desarraígo. Es el retrato de un exiliado como él que vuelve, con pasaporte inglés, al Madrid de finales de los cuarenta donde había dejado a su familia (aunque Barea nunca volvió a España). “Un panfleto sobre España bajo Franco” dice W. Chislett, en el que describe de manera sencilla y magistral la vida de los supervivientes y su lucha diaria.


Primera edición en España de "La raíz rota" casi 60 años después de publicarse la primera vez en inglés.
Primera edición  en España (2009
The Broken Root. Edición de 1951 por Faber & Faber
La raíz rota. Primera Edición en inglés (1951) Biblioteca de Extremadura

domingo, 18 de febrero de 2018

¡Feliz cumpleaños, Osvaldo Bayer!

Hoy es el cumpleaños de alguien grande. Hoy Osvaldo Bayer cumple muchos, 91. Lo van a festejar con la proyección en Buenos Aires de “Mi viejo rebelde”, película que ha rodado su hija Ana Bayer. 

Osvaldo Bayer (Fotografía tomada de elfurgón.com.ar)

Osvaldo Bayer es un escritor, periodista e historiador argentino, y un anarquista luchador. De él se aprende y mucho. Cuando hicimos nuestro viaje a la Patagonia el año pasado, su libro “La Patagonia rebelde” me ayudó a comprender una parte importante de la historia de ese país. 


En “La Patagonia rebelde” relata y denuncia la explotación y fusilamiento de peones rurales en la Patagonia de 1921. Fue también el guionista de la película del mismo nombre de 1974. La dirigió Héctor Olivera y fue interpretada por actores muy queridos por aquí como Héctor Alterio y Federico Luppi.



En otra entrada de este blog cuento mis impresiones en El Calafate con los libros de Osvaldo Bayer y las huelgas patagónicas. 

Es un tipo muy dicharachero al que da gusto escuchar. Invito a todos a leerlo y a escucharlo. Y con todo mi respeto y admiración, desde España, desde Badajoz, le deseamos un muy feliz día y que cumpla muchos más.


 “Mi viejo rebelde”, hoy 18 de febrero de 2018 a las 17.30 en el microcine Espacio ECUNHI (Avenida Libertador 8151, Buenos Aires). Si estuviera allí no me lo perdería.

Entrevistas recientes a Osvaldo Bayer: 

Osvaldo Bayer: pinceladas de una historia de vida




“Me he propuesto no tener piedad con los despiadados. Mi falta de piedad con los asesinos, con los verdugos que actúan desde el poder, se reduce a descubrirlos, dejarlos desnudos ante la historia y la sociedad y reivindicar de alguna manera a los de abajo, a los que en todas las épocas salieron a la calle a dar sus gritos de protesta y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados, tirados en alguna fosa común”







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