¿Transilvania sin Drácula? Pues si, eso es (o casi). Y me ha llamado mucho la atención. Cuando estaba preparando nuestro viaje a Rumanía era obligado repasar la novela de Bram Stoker. Ya sabíamos que Stoker no había pisado Transilvania en su vida y que la información que necesitó para escribir su libro la obtuvo de la biblioteca del Museo Británico. Pero siempre que hablas de Transilvania, se te viene a la cabeza Drácula y al revés. ¡Pues… no señor!
Ilustraciones de Fernando Vicente para la edición de Drácula de Reino de Cordelia (2015) |
Anduvimos correteando un montón de sitios esperando ser atacados a diestro y siniestro por el señor conde y nos llevamos la gran sorpresa. La referencia histórica, la persona que da origen a nuestro personaje es Vlad Tepes (Vlad el Empalador), un rey guerrero valaco, un poco bruto, pues tenía la fea costumbre de empalar a los turcos que de cuando en cuando asomaban la nariz por sus territorios. Bueno, y a todo maleante que se le ponía por delante. Hemos encontrado un gran respeto hacia Vlad Tepes y al mismo tiempo, no hemos visto que se explote comercialmente la figura de Drácula, para nada aprovechan el tirón vampiresco.
Los dos lugares de referencia draculina eran la Fortaleza Poenari y el Castillo de Bran.
A la Fortaleza Poenari la llaman en las guías el “verdadero “ castillo de Drácula. Tuvo que ser de aúpa en sus buenos tiempos porque está situado en un lugar estratégico y a una altura de mil diablos. Pero hoy en día son cuatro paredes y tres piedras lo te encuentras después de subir la friolera de 1480 peldaños por una escalera de piedra que da vueltas y mas vueltas a la montaña. Es un poco chasco cuando llegas, pero el paisaje que se ve es impresionante y merece la pena hacerte un poco polvo las rodillas. Y con los muñequitos empalaos que tienen a modo de atrezzo y la guillotina te haces un poco a la idea de lo brutito que era este señor.
Rio Arges desde la fortaleza Poenari |
Subida de 1480 peldaños |
Los empalados de la Fortaleza Poenari |
Todo lo contrario es el Castillo de Bran, que parece mas bien un castillo de cuento de hadas. Ya lo advierten con carteles en la taquilla, que no vamos a encontrar nada de Dracula en este castillo. Y es verdad, parece como si hicieran un esfuerzo para que Dracula no aparezca, ni tan siquiera que te lo imagines. El castillo tiene unas salas bien moninas y unos patios adornados con plantas de lo mas primorosas.
Eso si, aparece el árbol genealógico y el retrato de Vlad Tepes, el auténtico rey valaco (contra la historia no pueden luchar). A mi me resultó un lugar encantador donde no me importaría pasar unas vacaciones tranquilamente. Aunque a razón de los cientos de turistas que andariqueábamos por los salones, no deben ser unas vacaciones muy tranquilas.
En fin, que creí que iba a salir hartita de Drácula en este viaje y han sido de lo mas discreto. La verdad es que se agradece.
Brasov (Rumanía), Julio 2015
Patios primorosos del castillo de Bran |
Patios primorosos del castillo de Bran |