Sibiu es una preciosa ciudad fortificada en plena Transilvania. Fue uno de nuestros destinos en la incursión rumana de 2015. Tiene una ciudadela medieval muy bien conservada y muchas de sus casas del bonito centro histórico te vigilan...
Calle Nicolai Balcescu, Sibiu (Rumanía) |
Había leído acerca de las casas con ojos de Sibiu, así que lo primero que hice al llegar fue estirar bien el cuello y buscar las ventanas de las buhardillas. Y ahí estaban, unos ojos semicerrados, como somnolientos, pero vigilantes. Me recordó enseguida la canción que cantaban POLICE, “I’ll be watching you”. Sting dijo de su canción que “es una canción siniestra. Trata sobre los celos y la posesión. Hay un personaje desagradable observando cada movimiento …”.
La canción es un poco incorrecta, pero aquí viene que ni pintada. Me sentía vigilada y me dio en pensar el juego que han podido dar esas ventanas tan sospechosas a la hora de contar historias, a niños y a grandes. Y la tristeza con la que parece que te miran, como si hubieran sido testigos de las escenas más terribles.
Piata Mare (Plaza Grande) |
Pero la ciudad es todo lo contrario, es una ciudad luminosa, llena de vida y de gente. Parece una ciudad de cuento de hadas.Tiene montones de cosas que hacer y lugares que visitar. Y es, además, una ciudad solidaria y orgullosa de su pasado artesanal.
Sibiu tiene una larga tradición de gremios de artesanos
Al final de la mañana, después de patear bien toda la ciudad, fuimos a dar a la Strada Cetatii, que recorre un buen tramo de muralla, junto a un parque. Allí, en plena calle, a la sombra de una de las tres torres que siguen en pie, la Turnul Dulgherilor (Torre de los Carpinteros) tenían un buen tinglado montado. Al principio pensé en la típica escénita para atraer turistas, con su vestimenta de época y todo. Pero enseguida me pareció que estaban trabajando en serio y me faltó tiempo para preguntar al herrero.
Strada Cetatii, con la Torre de los Carpinteros |
Me contaron que pertenecían a una asociación que intenta recuperar los oficios tradicionales al tiempo que restauran edificaciones. Quieren ser los herederos de los gremios de artesanos que construyeron tantas ciudades europeas. Nada de máquinas, sólo escuadra, regla y compás. Aunque yo pensé que algún tutoríal de YouTube mirarán alguna vez, aunque sea de reojo.
En la Plaza Huet, en el mismo centro, tienen su sede, la Casa Calfelor. Tiene nombre de medicamento, por ejemplo de calcio para los huesos, pero no, es algo muy serio. La casa se utilizó como alojamiento para los aprendices viajeros durante varios siglos. Ahora, además de la sede de la asociación, es una especie de residencia donde pueden alojarse los artesanos que acuden voluntarios a trabajar y a aprender como se hacían las casas en la Edad Media.
Casa Calfelor, la Casa de los Artesanos |
Así que, si te interesa aprender el oficio de la construcción artesanal, acude a Sibiu que te acogen con los brazos abiertos. Rumanía entera te acoge.
Badajoz, marzo de 2018