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sábado, 24 de agosto de 2019

La tristeza de Olga Picasso



No piensen en Caixa Forum Madrid que “hice la pirula” a los vigilantes de la exposición. No, ¡qué va! La foto de Olga leyendo la hice en Burdeos hace tres años, en el Museo de Bellas Artes. Allí permitían hacer fotos, aquí en la exposición Olga Picasso, no.

Olga leyendo, Picasso (1930)
Musée des Beaux-Artrs de Bordeaux

Y siempre me asalta la duda cuando me encuentro en esta situación. Quienes defienden la prohibición de hacer fotografías en los museos argumentan que la visita es mas relajada sin gente que se plante de espaldas al cuadro para fotografiarse. No les falta razón y podría ser válido el razonamiento para esos museos multitudinarios donde la acumulación de personas impide ver las obras con tranquilidad.

Pero la gente suele ser respetuosa, o al menos esa es nuestra experiencia en los lugares donde no existe tal prohibición. Le encuentro ventajas porque a mí me permite recordar el momento con más claridad y comentarlo y disfrutarlo mucho tiempo después. Además, no voy fotografiando todo, sin ton ni son, sino solo aquello que me llama poderosamente la atención. Sí, ya sé que en las webs y en las redes sociales de los museos están algunas obras fotografiadas, pero a veces a mí me interesa algún pequeño detalle que no han colgado.

 Olga Khoklova, en Caixa Forum Madrid


Como esa Olga leyendo que ayer pudimos ver en Madrid, arropada por toda una excelente selección de obras de Pablo Picasso. Olga Khokhlova era el motivo central y todo un mundo a su alrededor, como la maternidad y su hijo Paulo; se aprecia la melancolía en la actitud pensativa de muchas obras. Es muy interesante la colección de fotografías, cartas y objetos que han aparecido en un baúl que perteneció a Olga y que también se puede ver en la exposición. Baúl, por cierto, igualito que el que usaba mi abuela para sus viajes.


Y si el fin de la prohibición era que cayera en la trampa de pasar por caja en la tienda, me acuso de haber picado como una pardilla. Aunque sólo compré una discreta postalita de “Retrato de Olga en un sillón”  para mi pared de los viajes. 


Olga Picasso en mi pared viajera
Mi pared viajera



El tema da para más, los derechos de autor y todo eso… ¿Discutible? ¡Pues también! Tengo que añadir que tampoco uso palo de selfie, ni flash, que eso sí que molesta y es peligroso, sólo hago fotos mi teléfono... 

De todas formas, agradecida por la interesante exposición. Muy recomendable. 

PILAR OTANO CABO
Badajoz, 23 de septiembre de 2019





lunes, 24 de junio de 2019

El primer paseo en Burdeos, los muelles

Una ciudad para el caminante

Últimamente hemos viajado varias veces a Burdeos, con la suerte de contar con Noelia y Miguel como perfectos anfitriones. Ellos nos han enseñado cada rincón de la ciudad y han hecho que la disfrutemos. Ahora me toca compartirlo. 


Burdeos es una ciudad que se mira en su rio, el Garona. Siempre lo ha hecho, pero de otra manera; a mí me gusta más ahora. En los años 80, Burdeos era lugar de paso para nuestras escapadas europeas de camping. Cruzábamos la ciudad a través de una autopista que transcurría entre los hangares del puerto y el casco antiguo. La recuerdo sucia, gris y triste. Los hangares, en desuso desde los años 70, daban a la zona un aspecto de abandono total, pero los trabajos llevados a cabo en los últimos 25 años han dado un vuelco espectacular a esta zona. Ahora, el puerto de Burdeos, el Puerto de la Luna,  tiene siete distintas sedes, en diferentes poblaciones del estuario, cada una acoge un tipo de mercancía distinta; a la ciudad de Burdeos le ha tocado recibir la marea humana de los viajeros de crucero. 

Bordeaux Fête le Fleuve
Bordeaux Fête le Fleuve, 2017


Pues bien, empezaron por desalambrar, como cantaba Daniel Viglietti, quitaron rejas y alambradas y derribaron casi todos los hangares, sustituyéndolos por paseos, arboledas, jardines y grandes espacios a disposición del lugareño y del visitante, a los que animan a caminar. Todo está bien planificado, zonas diferenciadas para dar gusto a todos: para hacer deporte, para que jueguen los niños, praderas para el picnic, carriles bici bien diferenciados de los caminos para que los peatones disfruten del río. Junto a los magníficos edificios remozados y limpitos que dan al puerto, hay amplias aceras para dar cabida a las terrazas de los cafés y restaurantes, zonas de aparcamiento para residentes- que hay que contar con ellos- y sin olvidar el medio de transporte casi perfecto, el silencioso tranvía

Así que no lo dudes, ponte buen calzado y ¡a caminar! El recorrido es de unos 4,5 Km desde la zona deportiva de St. Michel a la Cité du Vin, junto al puente que se levanta para dejar pasar los los enormes cruceros que llegan a la ciudad. Es el Puente Jacques-Chaban_Delmas. No es mala idea averiguar la hora de llegada de uno de ellos (aquí lo encuentras) y esperar con un café crème en una terracita del Quai des Marques, un outlet de marcas. Como toda terraza de café, tiene su punto flâneur, pues no paran de pasar caminantes, ciclistas, gente como tú que espera ver subir el puente o familias que van al Cap Sciences, el Museo Interactivo de la Ciencia que está al ladito. No nos perdemos ninguno de estos museos. ¡Lo que aprendo con ellos!!

Puente Jacques-Chaban-Delmas, sobre el río Garona. Burdeos
Puente Jacques-Chaban-Delmas, sobre el río Garona


LA CITÉ DU VIN

Mi propuesta es ir desde el centro en tranvía (Tram B) hasta la zona de la Cité du Vin y volver caminando. Así se hace uno a la idea de lo que va a encontrar. La Cité du Vin es una edificación nueva, del 2016, que quiere ser un símbolo del carácter vinícola de la zona. Tiene forma de decantador, muy propio, y está construido sobre cuatrocientos pilares de hormigón para salvar la humedad. Me gusta este museo, por diferente y original. Por fuera cambia de color dependiendo del día que haga y por dentro es una lección sobre el vino de lo más interesante. Desde el restaurante panorámico de la décima planta las vistas de la ciudad son espectaculares. La bodega, claro, es enorme y puedes comprar vinos de cualquier país del mundo, probarlos o sentarte en su sala de lectura a hojear cualquiera de sus libros temáticos. Siempre tienen alguna exposición temporal. A nosotros nos tocó disfrutar una excepcional: Bistrot! de Baudelaire à Picasso.

La Cité du vin à Bordeaux. France
La cité du vin

LE MARCHÉ DES QUAIS DE BORDEAUX CHARTRONS

Siguiendo el paseo del río, y si es un domingo a la mañana, podrás visitar este mercado al aire libre junto al río, le Marché des Chartrons. Frutas, verduras, dulces…  y tomar el aperitivo a base de ostras de la cercana Bahía de Arcachon con su vinito blanco correspondiente.




LA EXPLANADA DE QUINCONCES

A continuación está la  enorme plaza rodeada de una gran arboleda, la Place des Quinconces. Es más bien una explanada dispuesta a acoger eventos mil. Desde alguna feria de lo que sea, hasta conciertos como al que pudimos asistir en 2017, de James Blunt, el de "You’re beautiful”, previo picnic sobre la hierba junto al río.


Perfecto picnic francés,
con su mantelito a cuadros y todo...


Al fondo está el Monumento a los Girondinos y enseguida, a unos pocos pasos, el centro de la ciudad, la Place de la Comédie, donde está el  Grand Théâtre.

Place des Quinconces con el  Monumento a los Girondinos
Place des Quinconces con el
Monumento a los Girondinos

EL ESPEJO DEL AGUA

Pero no dejes la orilla del río hasta haber disfrutado del Espejo del agua, en la Plaza de la Bolsa. Una inmensa placa de granito crea un ambiente mágico: un mecanismo permite combinar agua y bruma con distintos efectos que hacen que lo pasen genial chicos y grandes, al tiempo que puedes refrescarte los pies. Una superficie de unos dos centímetros de agua crean la sensación de espejo que le da nombre. Aquí hay foto segura…

El espejo del agua. Burdeos
Le miroir de l'eau, frente a la Plaza de la Bolsa


Por el camino también encontrarás el Museo de Arte Contemporáneo, las pistas deportivas (Quai des sports), el Pont de Pierre, la Puerta de Cailhau… Y seguro que también encontrarás algún festival que otro: en el río, en cualquier calle o plaza, en Quinconces…, que más da. Burdeos vive el buen tiempo a conciencia. 

Pont de Pierre, sobre el rio Garona en Burdeos
Napoleón mandó construir el
 Puente de Piedra (Pont de Pierre),1822
Quai des Sports, Burdeos
Quai des Sports



¡Merece la pena esta ciudad!


Pilar Otano Cabo
Badajoz, España. junio de 2019



miércoles, 7 de junio de 2017

Bistrot! de Baudelaire à Picasso

“La barra de un café es el parlamento del pueblo”       Honoré de Balzac


Me gusta mucho Burdeos. Es una ciudad llena de "vida y color", como el nombre de un álbum de cromos que tenía cuando niña. Pero en Burdeos es de verdad, es una ciudad en la que se debe vivir muy bien, hay un montón de sitios que visitar y de cosas que hacer. 

Bistrot! De Baudelaire a Picasso
Exposición en "La Cité du Vin", Burdeos

En otras entradas de este blog voy contando cosas de Burdeos, pero hoy quiero escribir sobre una exposición que hemos visto en “La Cité du Vin”, lugar que no podía faltar en la capital del vino…

“La Cité du Vin” es un edificio muy moderno, en la orilla izquierda del río Garona, junto a un puente impresionante y muy peculiar. Con la forma tan sugerente de un decantador, fue inaugurado hace poco más de un año para dar a conocer el mundo del vino. 

“Bistrot! de Baudelaire à Picasso” es la primera exposición temporal artística en “La Cité du Vin”, donde todo gira en torno a algo tan francés como un Bistrot. Bistrot o café, o estaminet, o troquet, que los franceses tiene un montón de nombres para referirse a los bares.

La exposición es muy oportuna, sobre todo en un momento en que parece que el “bistrot de la esquina” se está convirtiendo en una especie en extinción, dando paso a bares temáticos. No está en la exposición, pero hay un libro muy reciente donde se habla de ello: 

Los bistrot están muy presentes en nuestras cabezas, con su peso histórico y los recuerdos personales de cada cual, recientes o antiguos, o incluso recuerdos de lecturas, también las de ficción. Pero la verdadera fuerza de los bistrot reside en que son tremendamente actuales, y aún siguen estando muy presentes en las calles de París —muy cambiados, claro está, expuestos a los sobresaltos de la historia y de la ciudad, más o menos sumisos a las maneras y a los humores del momento, pero siempre acogedores para quienes la calle sigue siendo un lugar cuajado de aventuras en potencia, para quienes huyen de una casa para toda la vida, de situaciones absolutamente previsibles y de horarios fijos. 

“Elogio del Bistrot”  Marc Augé (Gallo Nero, 2017)

Volviendo a lo nuestro, la exposición contiene más de cien obras. Hay una mezcla de pintura, fotografía, dibujos, grabados, textos literarios, canciones, cine… para ilustrar el papel de los bistrots y los cafés franceses desde finales del siglo XVIII hasta hoy. Es un interesante viaje en el tiempo, donde hay para todos los gustos.


Renato Gattuso, "Il Caffè Greco" (1976)

Nos muestran los bares como lugares de encuentro, de seducción, de inspiración para los artistas, de salón literario … Asistimos a la popularización de los bares, donde los obreros y campesinos también tenían su lugar….

Enseigne du cabaret "Au Lapin Agile"
Enseigne du cabaret "Au Lapin Agile"
Carta de Picasso a Cocteau

Henry Gabriel Ibels, "L'Escaramouche" (1893)


Jean-Émile Laboreur, "Le café-concert de Provence" (1907)

Livre d'Or du "Chat Noir"
Henry Cartier Bresson, "Luigi, a local tramp, ..."  (1952)



Y hay una sección especial dedicada las mujeres en los bares, sobre todo a una mujer sola en un ambiente que ha sido siempre de dominio masculino. Ha sido necesario esperar al comienzo del siglo XX para que pudiera verse a una mujer sola tomando una copa en un café “sin perder su reputación”. 

Gerard Cochet, "Montparnasse, terrasse de café" (1934)

Otto Dix, "Portrait de la journaliste Sylvia von Harden" (1926)

En fin, es una visita muy recomendable para los amantes del arte… y del buen vino.  



La pena es que termina el 21 de junio, así que... On y va! Depêchez-vous!

Burdeos, mayo de 2017

domingo, 15 de enero de 2017

Mozart moribundo, pero muy vivito


Burdeos es una ciudad preciosa. Merece la pena una visita porque tiene montones de lugares interesantes. También es una ciudad atractiva para vivir; es fácilmente abarcable y está llena de vida.

El Museo de Bellas Artes de Burdeos es uno de los atractivos de la ciudad. Y aunque está en el mismo centro, el edificio está rodeado a una jardín bien monino, con unas sillas de hierro de lo más romántico, aunque también son sillas cotillas, que sirven para pasar revista a los paseantes.... Se llama “Le Jardin de la Mairie”, que para eso está a dos pasos del Ayuntamiento.

Le Jardin de la Marie, Bordeaux
Pero a lo que iba, que me distraigo, al “Mozart moribundo”. Si tuviera que elegir una obra del museo, sin dudarlo sería esta. Es una figura en mármol, de un buen tamaño del italiano Rinaldo Carnielo (1853-1910). Quiere representar los últimos momentos de la vida del compositor. Vemos a un hombre joven, reclinado en un sillón, con la cabeza apoyada en un cojín, que parece que está a punto de morir. 

Mozart expirant de Rinaldo Carnielo
"Mozart moribundo" de Rinaldo Carnielo
Me gusta la figura porque conmueve y además, está llena de detalles, como la partitura que tiene en la mano, ¿su “Requiem”? Vendría muy a cuento, porque parece que el chico andaba enredado por entonces componiendo esta obra. Y murió sin terminarla.   

Desde luego, será una tontería, pero para mí que este moribundo está muy vivito. Está lleno de vida... en mármol, en las salas de conciertos y en el salón de mi casa. Pues eso, que me gusta mucho Mozart!!


Mozart sería la obra elegida, pero hay otras obras interesantes en el museo. Me gustó mucho, por ejemplo, un cuadro de Pablo Picasso, Olga leyendo, de 1921. Es un sencillo retrato de su primera mujer, Olga Kokhlova.


Olga leyendo, Pablo Picasso (1921)


Pilar Otano Cabo
Badajoz, enero de 2017

martes, 11 de octubre de 2016

Coartada literaria en Burdeos. Flora Tristán

Flora Tristán, pionera del feminismo y del sindicalismo.

Buscaba una coartada literaria para nuestro viaje a Burdeos este verano. Me gusta seguir los pasos de un libro o de un autor en las ciudades que visitamos; para mí es un atractivo más. Además, me suele proporcionar lecturas colaterales muy interesantes como ha sido en el caso de Flora Tristán.

Era fácil elegir porque hay varios escritores que tienen relación con Burdeos, pero cuando me topé con Florita lo tuve claro. Es un personaje fuera de serie y me he metido de cabeza en su vida y en sus libros.

Biografías de Flora Tristán y La Unión Obrera


¿Una mujer pionera en la lucha de los derechos de la mujer y de los trabajadores en la primera mitad del siglo XIX? Pues si, eso fue Flora Tristán. Gran lectora, autodidacta y activista social, pronto tuvo muy claro que la única forma de cambiar las cosas era mediante la organización de los trabajadores y de las mujeres, convirtiéndose así en precursora del socialismo internacional. 

Resulta que es ella la creadora de la consigna “¡Proletarios del mundo, uníos!” atribuida siempre a Karl Marx. De hecho, Marx en uno de los libros que escribió con Engels menciona a nuestra Florita como alguien de ideas muy avanzadas.

La vida de Flora Tristán fue difícil, pero apasionante. A mi me ha emocionado. Así que recomiendo la lectura de cualquiera de sus biografías…. Una de ellas es la que Mario Vargas Llosa hace en “El paraíso en la otra esquina”(Alfaguara, 2003), novelando su vida y alternándola con la de su nieto el pintor Paul Gauguin. No tienen mucho que ver, pero resulta curioso. 
Mario Vargas Llosa


Flora Tristán, pionera, revolucionaria y aventurera del siglo XIXFlora Tristán: Feminismo y Socialismo en el siglo XIX


He leído también su manifiesto “La Unión Obrera”, de una actualidad apabullante a pesar de haber transcurrido casi 200 años. Y me interesó mucho como pasó los últimos años de su vida. Se dedicó a liarla parda. Viajó, sola y enferma, por un montón de ciudades reuniendo a los obreros de las fábricas, tabernas y talleres para presentarles su librito y animarles a que se organizaran para luchar por sus derechos. ¡Podemos imaginar la reacción de patronos, comisarios, gobernantes y clerigalla varia…!! Una mujer valiente donde las haya, murió a los 41 años en Burdeos cuando se encontraba en plena gira de difusión de sus ideas revolucionarias. 

Flora Tristán

En su entierro, el 16 de noviembre de 1844, una comitiva la acompañó a pie desde la Rue Saint-Pierre hasta el Cementerio de la Cartuja: escritores, abogados y obreros siguieron su cuerpo, transportado por hombres que se turnaban a lo largo de todo el camino. Se abrió una suscripción popular para hacerle un monumento y ocho mil personas acudieron a su inauguración en el Cementerio de La Chartreuse

La ciudad de Burdeos, donde pasó los últimos meses de su vida y donde está enterrada, reconoce su valía. Existe una biblioteca con su nombre y el Instituto Cervantes tiene una de sus rutas dedicada a ella. La casa donde murió, la del matrimonio Lemonnier en la Rue Bahutiers, tiene una placa en la puerta (muy poco visible, por cierto) y allí nos plantamos para tener un recuerdo de nuestro viaje a Burdeos y de Flora Tristán. 

Casa de los Lemonnier en Burdeos donde murió Florita



Algunos libros de Flora Tristán:
  • Peregrinaciones  de una paria
  • Paseos por Londres
  • La Unión obrera


Biografías de Flora Tristán:
  • Mario Vargas Llosa, El paraíso en la otra esquina, Alfaguara, 2003
  • Evelyne Bloch-Dano, Flora Tristán, pionera, revolucionaria y aventurera del siglo XIX, Maeva, 2002
  • Jean Baelen, Flora Tristán: Feminismo y Socialismo en el siglo XIX, Ediciones Taurus. 1973