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sábado, 10 de agosto de 2024

El Vasa, un buque de guerra en tierra

Ese día en Estocolmo estaba dando mucho de sí. Habíamos cumplido con varios de los rituales de mis viajes: una biblioteca, un mercado y una casa. La casa, más bien el portal, no era la de un escritor, era la casa donde en las novelas vivía Sebastian Bergman, el psicólogo criminalista especialista en asesinos en serie de las siete novelas de Hjorth & Rosenfeldt que me han tenido tan enganchada las últimas semanas.

Así que después de hacer buen uso de nuestras zapatillas, llegamos, atravesando ¡¡otro puente más!!, a la isla de Djurgården, donde está el Museo Vasa. Todo un espectáculo.



Museo Vasa. Estocolmo


El edificio destaca ya desde lejos por su interesante estructura. Era la última hora de la mañana y en los alrededores del museo familias y grupos bastante numerosos se reunían en las mesas de picnic dando buena cuenta de sus viandas. Hicimos lo propio rápidamente para acceder al recinto y llevarnos la enorme sorpresa de ver ese espléndido barco que nunca llegó a navegar.


Hoy es 10 de agosto y fue un día como hoy pero de 1628 cuando todos tan contentos, en el puerto de Estocolmo, expectantes para ver ese buque de guerra salir al mar a guerrear contra los polacos, se llevaron el chasco monumental. Era un buque de guerra, sí, pero iba engalanado que ni para una verbena: decorado con cientos de elaboradas esculturas e adornos, todos ellos pintados en brillantes colores. Un montón de esculturas representando motivos de la antigua mitología, del Antiguo testamento y de la Historia de Roma.


Museo Vasa en Estocolmo (Suecia)

Y todo se fue al traste porque el barquito escoró nada más echar a navegar: un buen viaje inaugural. Y me gusta mucho como lo cuenta Darío Fo en su biografía de la Reina Cristina de Suecia, la hija del rey que había mandado construir ese pedazo de barco.


Reunido con su Estado Mayor, el rey (Gustavo Adolfo el Grande) determinó el día en el que los barcos y el Ejército al completo habrían de zarpar. Algunos, sin embargo, temían lo peor: los cenizos de costumbre habían difundido el rumor de que había surcado el cielo un cometa imprevisto que emanaba una luz siniestra. Y los malos presagios parecieron quedar confirmados.  

El Vasa, el buque real, estaba desfilando por el canal por delante del palco donde Gustavo Adolfo y su Estado Mayor se disponía a saludar al pueblo antes de su marcha. El almirante había ordenado a las tropas que formaran en el centro de la cubierta y que no se movieran: «Todos quietos; debéis permanecer en vuestros puestos como estatuas de mármol». Pero, cuando la banda militar entonó la marcha de batalla destinada al rey, los soldados alineados en el combé, presa del entusiasmo, empezaron a aplaudir. Un nutrido grupo avanzó hacia el costado derecho justo enfrente del palacio real y de inmediato se oyó estallar un grito: «¡Atrás; volved a vuestros puesto, maldita sea!». Pero ya era demasiado tarde. La nave se estaba inclinando. Al volcar, toda la brigada se vio aplastada como bajo una enorme tapadera: el barco se fue a pique. 

Pero la culpa no fue del cometa. Más tarde se llegó a saber que el Vasa había zarpado sin el lastre de reglamento, porque el exceso de peso incidió en la quilla hasta el punto en que el buque encalló en el canal.  

La Reina Cristina de Suecia, Darío Fo


El museo tiene siete plantas para tener acceso a todos los recovecos del barco. Puedes comprobar cómo el Vasa, magníficamente conservado debido a las salobres aguas del Báltico, fue encontrado y reflotado 333 años después de aquel estrepitoso fracaso, en 1961. Distintas exposiciones nos cuentan las historias alrededor del buque de guerra que se quedó en tierra.


Museo Vasa en Estocolmo (Suecia)


Así que por 190 coronas suecas, unos 19 euros, se pasa un buen rato en Estocolmo. Toda la información en su web.


Pilar Otano Cabo

Badajoz (España)

10 de agosto de 2024


lunes, 10 de abril de 2023

Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época

Va a hacer un año, en mayo de 2022, que mi amiga Carmen me hizo un regalo. Uno especial, de los que hacen tejer hilos invisibles entre las personas. 

Cuando llegué a su casa, Carmen tenía en la mesa de su salón toda la artillería pesada con la que estaba trabajando y que iba a compartir conmigo. De su abuelo, el admirado Adelardo Covarsí, se ha hablado mucho y se ha escrito más, pero lo que estaba sobre aquella mesa abría otra interesante ventana. 

En primer lugar, por la historia inesperada que había detrás de todas aquellas maravillosas revistas que tenía ante mis ojos. Había sido uno de esos asombrosos hallazgos que a veces ocurren y nos maravillan y que con el que Carmen Covarsí se había topado al deshacer la casa de su madre. ¡Qué momentos más difíciles son esos en los que tienes que decidir qué hacer con los recuerdos de toda la vida de tus mayores! 

Pues bien, podía parecer algo sin importancia, podía haber pasado desapercibido; era sólo una bolsa, una bolsa con papeles sin un aspecto especial, ni un aviso que dijera: ¡Atención, tesoro! 

Porque, efectivamente, lo que la nieta de Adelardo Covarsí había encontrado  en la casa de su madre era un auténtico tesoro, un valioso hallazgo no sólo para la familia, sino también para el amplio mundo del arte. Eran revistas, publicadas durante los primeros años del siglo XX, en las que se reseñaban, con infinitos elogios, muchas de las obras del pintor. Publicaciones, además, de una extrema calidad, tanto de impresión como de contenido. Con la curiosidad de contener anotaciones y comentarios escritos a mano por el propio reseñado. 

Allí anduvimos las dos, mano a mano, leyendo esas crónicas maravillosas de la pintura del Adelardo Covarsí de la época. Sentí tal respeto hacia esa intimidad que no fui capaz ni de hacer una foto y, al salir de su casa, casi no recordaba los nombres de las revistas. Eso era lo menos importante. 

Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época
(
Catálogo)

Me emocionó, sobremanera, que Carmen quisiera compartir conmigo tal hallazgo, esa parte de la íntima memoria familiar. Y, ahora, un año mas tarde, todos podemos disfrutar de esas publicaciones en la exposición que se inauguró el 17 de marzo en el MUBA (Museo de Bellas Artes de Badajoz): Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época.

La exposición está increíblemente bien montada. Podemos ver una importante selección de aquellas publicaciones, acompañadas por las obras que ilustran los artículos. Obras procedentes del mismo MUBA, de la colección de la Asamblea de Extremadura, así como de colecciones particulares, tanto de familiares como de personas ajenas a la familia. A lo largo del recorrido podemos apreciar las numerosas publicaciones en las que se elogia a nuestro protagonista. Están todas las de la época: Vida Artística, Mundo Nuevo, El Año Artístico, Arte y Sport, La Ilustración Española y Americana, Por esos Mundos, La Esfera, ABC, Blanco y Negro…. 






Están los catálogos de las exposiciones en las que participa en Madrid, Barcelona, Londres, París o Buenos Aires; así como las medallas que consigue. Imposible detallar todo aquí, en unas pocas líneas, les invito a visitar la exposición para comprobarlo. Merece mucho la pena, yo he aprendido y disfrutado mucho con ella. 

Hay una parte de la exposición que me ha emocionado. Es la que cuenta la afición de Adelardo Covarsí por las postales. Ya he contado alguna vez como me gusta enviar postales a los nietos desde los lugares a los que viajamos, así que la costumbre del pintor de enviar postales a su familia me interesó sobremanera. Son tarjetas postales de las obras de arte que visita en diferentes ciudades europeas, con interesantes anotaciones. Al volver a España, confeccionaba álbumes con todas ellas, álbumes que podemos ver en la exposición.  

El círculo se cerró perfectamente la otra mañana. Hace unos días, tomando un café, Carmen me ha hecho otro emocionante regalo: página a página hemos estado comentando el catálogo de la exposición. He aprendido de la vida de Adelardo Covarsí, de su mundo, de sus actividades, de su familia, de sus viajes, de su obra… Un catálogo muy completo y muy bien documentado.


Una curiosidad. Abre la exposición un cuadro titulado España, 1935 y que cuando se lo encargó la Diputación Provincial se llamó Alegoría de la República. Junto al cuadro se exhibe una fotografía con los colores que tendría la  bandera antes de ser retocada en 1936...

España, 1935 o Alegoría de la República
España, 1935 ( Alegoría de la República en su nombre original)


Solo me resta agradecer a Carmen Covarsí Rojas la excelente iniciativa y el gran trabajo que ha llevado a cabo. Gracias también al MUBA y a Víctor Martín. La exposición estará abierta hasta junio. No se la pierdan. Del 17 de marzo al 04 de junio de 2023.


Adelardo Covarsí. Un artista a través de las publicaciones de su época


Pilar Otano Cabo. 

Badajoz, marzo de 2023


sábado, 19 de febrero de 2022

Maruja Mallo, otra Dibujanta

Las DIBUJANTAS, la exposición del Museo ABC de la Ilustración de Madrid que hemos tenido en el MEIAC de Badajoz y que supongo que seguirá recorriendo otras ciudades, da juego para ver a estas dibujantas desde muchos ángulos. 



Maruja Mallo en la DIBUJANTAS

                         Maruja Mallo en la DIBUJANTAS


Después de hablar de Victorina Durán, toca hoy una de mis amigas de Madrid, Maruja Mallo (mi otra amiga en el Museo Reina Sofía es Ángeles Santos). 


Una de las cosas que me ha resultado más sorprendente de la exposición es conocer los textos que acompañaban a cada ilustración. Esa fue una de las primeras preguntas que me hice y me llevó a trastear en la hemeroteca del ABC en busca de esos textos. Me llamó la atención comprobar que tanto a través del ABC como la Revista Blanco y Negro  del primer tercio del siglo XX se podría hacer un resumen de las literatura española del momento. 


En particular, la ilustración que traigo aquí, de Maruja Mallo de 1930 acompaña a tres poemas de Rafael Alberti: “Chuflilas del Niño de la Palma” (1925), “Joselito en su gloria” (a Ignacio Sánchez Mejías) y “Seguidillas a una extranjera”



Maruja Mallo y Rafael Alberti ABC
Maruja Mallo y Rafael Alberti
ABC (9 de noviembre de 1930)


No se ha hablado demasiado, y durante muchos años no se dijo ni media palabra, del trabajo conjunto que durante varios años hicieron Alberti y Maruja Mallo. Esta ilustración es un ejemplo, pero hay mucho más, como los decorados y figurines de “La pájara pinta”.


Sirvan estas DIBUJANTAS para seguir sacando a la luz la vida y el trabajo de aquellas mujeres luminosas que la guerra y la dictadura llevaron a casi el olvido. Hay más, pero eso otro día…


Pilar Otano Cabo

Badajoz, febrero de 2022

miércoles, 26 de enero de 2022

Victorina Durán, dibujanta y mucho más…


…una vida de teatro!


Hace ya casi tres años, el Museo ABC de la Ilustración, en Madrid, me hizo un regalo. La exposición Dibujantas, Pioneras de la ilustración me conmovió y me llevó de la mano a investigar sobre esas “dibujantas” y sobre el Lyceum Club Femenino. Me hizo retomar la pasión por ese primer tercio del siglo XX y por todo lo que supuso para aquellas mujeres arrojadas que, como contaba María Teresa León en sus memorias, en el Lyceum Club no tenían cabida las “mujeres de abanico y baile, sino aquellas mujeres que se habían propuesto adelantar el reloj de España”.


Escribí entonces unas pocas líneas en este blog (pincha aquí si quieres leerlo), pero ahora, que durante unos meses vamos a tener en mi ciudad, Badajoz, esa exposición, me he convertido en adicta de las Dibujantas. Todas ellas me han llevado de la mano para intentar conocer sus trabajos y sus vidas. Una ilustradora me ha llevado a otra, a investigar, leer, bucear en bibliotecas y en revistas, a comprar  mas libros, en fin, a leer apasionadamente sobre todas ellas y sobre la época que les tocó vivir e sobre como intentaron, consiguiéndolo a veces, cambiar un poco el mundo.



Disfraces de fantasía para jóvenes
Victorina Durán (ca. enero 1936)

El trabajo que las comisarias de la exposición han realizado es abrumador, tirando de mil hilos para recomponer biografías olvidadas que casi llegaban a ser inexistentes. Así que ahí va mi primera recomendación: si no has visto las Dibujantas en el MEIAC de Badajoz, no dejes de visitarlas, estarán con nosotros hasta el 27 de febrero de 2022.


Tengo para contar aquí docenas de historias, pero voy a empezar por la vanguardista  ilustradora, pero también escenógrafa, figurinista, directora y autora teatral, periodista, conferenciante,  Victorina Durán. Vamos poco a poco …



Esta ilustración de Victorina Durán pertenece a la Revista Blanco y Negro (1936) y está situada en la exposición junto a Maruja Mallo, ¡mi amiga Maruja! y Manuela Ballesteros. Las tres parecen aquí poca cosa, con una sola ilustración cada una, junto al cartel que introduce a Las Modernas, pero son grandes, muy grandes. A Maruja Mallo le costó hacerse un hueco al volver del exilio, pero Victorina y Manuela han permanecido muy calladitas hasta hace poco tiempo. 



Introducción a las  Modernas en la exposición

 "Dibujantas, pioneras de la ilustración" 


Volviendo a Victorina y resumiendo mucho, mucho: nació en Madrid en 1899 y creció rodeada de arte y teatro. Su abuela, su madre y su tía pertenecían al cuerpo de baile del Teatro Real y podéis imaginar a Victorina jugando entre bambalinas o asistiendo a ensayos desde bien niña. Alumna brillante del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, del que luego fue profesora (Catedrática de Indumentaria). Estudió Bellas Artes y Artes Decorativas, en fin, una joyita. Ilustra libros, hace diseños publicitarios, carteles de obras de teatro y participa en la creación del Lyceum Club Femenino


Con la Guerra Civil, vino el exilio, como tantas. Su amiga Margarita Xirgu le consigue un contrato en Buenos Aires y se traslada con su cuñada y sobrinos.  Durante los veinte años siguientes llevó a cabo allí numerosos proyectos teatrales.

 

No os voy a cansar con detalles, pero quisiera parar en el penúltimo descubrimiento que he hecho sobre Victorina, su faceta de autora teatral. Hay un libro delicioso, bastante reciente, en el que la investigadora de la Universidad de Sevilla, Eva Moreno recopila sus obras de teatro, siete en total, escritas entre 1937 y 1965, con el título de “Victorina Durán. A teatro descubierto”. Soy amante del teatro, pero no soy muy lectora de textos teatrales, sin embargo estos me han interesando mucho. Las ilustraciones de la autoras son maravillosas y las fotografías ponen cara a la autora y a su época. 


No es de extrañar que los manuscritos estuvieran olvidados o escondidos, pues como “pionera de la dramaturgia lésbica” en España no tenían mucho recorrido ni como pieza teatral y ni como modo de vida en los años de la dictadura. Se acerca a un montón de temas interesantísimos: una mujer que decide ser madre soltera o una historia sobre abuso sexual a niñas que apenas habían entrado en la adolescencia. Otra pieza es una sátira de las novelas románticas destinadas a un público femenino.

 


Victorina Durán. A teatro descubierto
Edición de Eva Moreno 
Ediciones Torremozas, 2019


También me parece muy recomendable la autobiografía en tres tomos, escrita en los años ochenta, ya de vuelta en España. Con una escritura limpia, nos pasa la película no sólo de su vida, sino también de toda una época. El primer tomo, Mi vida 1. Sucedió, lo he leído de la Biblioteca Pública de Cáceres (el préstamo interbibliotecario funciona muy bien), pero ya lo he comprado y también los otros dos, Mi vida 2 El Rastro. Vida de lo inanimado y Mi vida 3: Así es. Voy a seguir conociendo a Victorina y la voy a añadir a mis amigas de Madrid, Maruja Mallo y Ángeles Santos


 Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2018


En este último, Mi vida 3: Así es, desvela su faceta mas íntima, relata sus historias de amor con otras mujeres; en palabras de Eva Moreno, como forma de paliar la invisibilidad lésbica y evidenciar la existencia de las relaciones sáficas. La escritura se convierte en el único instrumento para combatir la discriminación que excluye, margina y oculta las sexualidades no normativas. 


En el Museo Nacional de Teatro de Almagro (Ciudad Real) está depositado todo su legado. Visitamos el museo hace años, pero no tenía ni idea de la existencia de esta vanguardista tan interesante. Así que apuntado queda para una próxima visita a Almagro. Lo veré con otros ojos. Y tomen nota de la biografía de Victorina Durán. Yo la estoy disfrutado mucho. 


Pilar Otano

Badajoz, enero de 2022


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Goya cuenta la barbarie

Los desastres de la guerra
...y no aprendemos!

Reconozco que la magnitud de mis habilidades artísticas tiende a cero, por lo que mi asombro ante cualquier obra de arte tiende a infinito. Me pasa con frecuencia y ha vuelto a sucederme estos días en Badajoz con Los desastres de la guerra.


Exposición en la Sala Espacio CB Arte de Badajoz
Exposición Los desastres de la guerra. Francisco de Goya
Sala de Exposiciones Espacio CB Arte. Badajoz


Las sala de exposiciones Espacio CB de Arte nos ha hecho un regalo: la primera edición de los 80 grabados que sobre la crueldad, el fanatismo y el terror de la guerra Goya realizó entre 1810 y 1814. Y estamos de suerte al tenerlos tan a mano porque él no llegó a verlos impresos. 


Y son fieras. Los desastres de la guerra. Francisco de Goya
Y son fieras 
Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca



Poco hay que decir de esta serie de grabados por lo conocidos que son, las veces que los hemos visto  y porque hablan por sí solos. Son un reportaje gráfico como el de cualquier fotógrafo que cubre hoy día las guerras que asolan nuestro planeta. Nos muestran la barbarie de la Guerra de la Independencia que él mismo vivió en Zaragoza y en Madrid, pero que pueden ser también escenas del saqueo, el terror y las violaciones que sufrió Badajoz en aquel abril de 1812


No hay que dar voces. Los desastres de la guerra. Goya
No hay que dar voces
 Aguafuerte, aguatinta bruñida, buril y bruñidor

Me parece muy interesante esta forma de difundir el arte en el siglo XIX, antes de que la fotografía apareciese o la difusión instantánea que hoy nos bombardea. Considero muy moderna la idea de su «efecto multiplicador», como ha dicho la comisaria de la exposición, Cristina Rubio, también subdirectora del Museo Goya de Zaragoza.  Pena que la represión política del absolutismo de Fernando VII a su vuelta impidiera la difusión de estas imágenes que no vieron la luz hasta 1864, muerto ya su autor. 





Pero volviendo a mi nula capacidad artística, esta exposición me ha “obligado” a rebuscar en artículos y en el bendito YouTube para saber cómo era el manejo de esta técnica que Goya empleó para hacer sus planchas. Y me ha parecido un trabajo de lo mas asombroso ese juego con la química de los materiales, con la habilidad para el dibujo y la paciencia para esos trazos y sombras que consiguen sobrecogernos al contemplar el resultado. 

He aprendido un montón sobre las planchas de cobre, el barniz, el buril, la punta seca, el tórculo, la acidulación, aguatinta, aguada y… ¡ yo que sé cuánto más! Eso sí, teoría pura y dura, pero lo he disfrutado. Y como resumen del proceso, ahí va una escena de la película de Carlos Saura de 1999, "Goya en Burdeos"



Goya en Burdeos, película de Carlos Saura. 1999

Ya he contado en otro lugar de este blog como Goya me persigue. ¿O soy yo quién persigue a Goya? No lo sé, ahora empiezo a dudarlo. Ya he contado alguna vez una anécdota con el Memorial de Goya en el cementerio de Burdeos mientras buscaba a Florita Tristán!!!

Así que no hay que perderse esta exposición de la Fundación CB de Badajoz, pero como termina pronto, no hay que pasar por alto el Museo Goya de Zaragoza y el Gabinete Goya de  la Calcografía Nacional en la Real Academia de Bellas Artes San Fernando en Madrid, que está muy cerquita de la Puerta del Sol. Ahí están las planchas de cobre al aguafuerte de Goya. ¡Obligatorio!

Y todo esto me ha recordado una tontuna, salvando las distancias y que Goya me perdone,  los viejos tiempos en los años setenta cuando los maestros hacíamos las copias para los alumnos con una caja de lata de las de hacer magdalenas llena de gelatina... ¡Señor, qué tiempos!!!


Curioso, el título original, "Fatales consequencias de la sangrienta guerra en España con Buonaparte. Y otros caprichos enfáticos, en 85 estampas. Inventadas, dibuxadas y grabadas, por el pintor original D. Francisco de Goya y Lucientes. En Madrid".
Francisco de Goya y Lucientes (1746 - 1828)



Espacio CB de Arte, Fundación CB Badajoz
Espacio CB de Arte
Avenida de Santa Marina, 25. Badajoz


Pilar Otano Cabo
Badajoz, noviembre de 2019



lunes, 4 de noviembre de 2019

¡Cuánto juego sigue dando Goya!


He vuelto al Museo del Prado. Esta vez, por culpa de la comisaria María Ruiz. María no es una comisaría de arte, como cabría esperar en un museo, es la comisaria de policía creada por Berna González Harbour. “El sueño de la razón” es la cuarta novela de la serie con este personaje que cada día me gusta mas. En fin, que he vuelto al Prado a buscar “Perro semihundido”,  Por Liberal? y otras pocas pinturas de Goya que aparecen en la novela.



El sueño de la razón, presentación en el Museo del Prado
El sueño de la razón, de Berna G Harbour
Presentación en el Museo Del Prado (muy propio)

Goya me persigue 

Y no me quejo, que conste, que me gusta encontrarlo con frecuencia y también me gusta cómo inspira a artistas y escritores. Rebuscando en mis fotos, he encontrado unas de 2010 del Festival de Fotografía de Huelva (LATITUDES) donde conocí al fotógrafo japonés Yasumasa Morimura (Osaka, 1951). Bueno, a él en persona no, a algunas de sus fotografías en las que recrea varios caprichos de Goya. La recreación es más bien manipulación, transformación, apareciendo el rostro del fotógrafo en estos Nuevos caprichos, como él los llama.



Nuevos caprichos, de Yasumasa Morimura
Nuevos caprichos, fotomontajes de Yasumasa Morimura

Algo después, en 2016 en Logroño, pude ver cómo Dalí había reinterpretado también estos grabados satíricos de Goya: “Dalí sueña los caprichos de Goya”. Introduce el color, añadiendo a las imágenes toques surrealistas muy interesantes y modificando escenas y personajes. 



“Dalí sueña los caprichos de Goya” Logroño, 2016
“Dalí sueña los caprichos de Goya” Logroño, 2016
Sala Amós Salvador

En Madrid estos días de otoño de 2019 vuelvo a comprobar cómo Goya inspira a los artistas. En el Centro Cultural de la Villa (Teatro Fernán Gómez) un montón de artistas contemporáneos toman las obras de Goya y hacen con ellas lo que les parece, que para eso son artistas. Mi amigo Morimura también está. 

La sombra de Goya en el arte contemporáneo
La sombra de Goya en el arte contemporáneo

Y esto no termina, que en mi ciudad, Badajoz, cuando he vuelto de Madrid he encontrado que la Fundación CB expone “Los desastres de la guerra”, la serie de 80 grabados que Goya hizo entre 1810 y 1815 y que constituyen casi una crónica gráfica de la Guerra de la Independencia. Estos no son reinterpretaciones, son tal cual. Todo un trabajo de reportero de guerra. 







Los desastres de la guerra. Goya en el Espacio CB Arte de Badajoz
Los desastres de la guerra. Grabados de Goya en la sala Espacio CB Arte de Badajoz


Y volviendo a la comisaria María Ruiz, “El sueño de la razón” (Ediciones Destino, 2019) es una novela negra en las pinturas negras de mi querido Goya. Aunque recomiendo leer las tres novelas anteriores, no hace falta para entender a los personajes de esta cuarta porque en unas pocas páginas te pone al tanto de cada uno. 


¿Qué tiene “El sueño de la razón” para que me haya interesado tanto? 

No puedo negar que me gusta la novela negra; además, ésta es enigmática y especial. Es especial porque retrata Madrid y utiliza a Goya para ello. Las pinturas de Goya dibujan un Madrid y una España de hace 200 años, pero que puede perfectamente solaparse con la situación actual. La vigencia de este genio es incuestionable. Además, la autora nos introduce en el Madrid de contrastes del que veces retiramos la mirada. El barrio de Carabanchel (guiño a la desaparecida Quinta del Sordo), el rio Manzanares, los subterráneos de la M30 donde vive gente sin hogar, que han quedado fuera del sistema.


Por Liberal? Francisco De Goya (1810 - 1811)
Museo del Prado

Es en este Madrid que María Ruiz recorre en bicicleta, en el que, expedientada, sin placa y sin equipo, se introduce para resolver este caso que está rodeado de obras de arte, que te lleva a visitar de nuevo el Museo del Prado y a mí me hizo también comprar una libreta con el “Perro semihundido” para mis anotaciones. 


El perro semihundido. Francisco de Goya
Mi libreta de rayas con el El perro semihundido

Hay mucho más, hay venganza y determinación en esta historia. Hay corrupción policial, hay periodistas (otro guiño, en este caso a la profesión de la autora). Hay un chico okupa entrañable, Eloy,  que vive en La Dragona, «la casona okupa»el Espacio Social Okupado Autogestionado que el nuevo Ayuntamiento de Madrid ha desalojado hace unos días. Y se aprende mucho de Goya, os lo aseguro.

Hay también una peli recién estrenada que tiene que ver con Goya. No la he visto porque en Badajoz aún no la han proyectado, pero tengo la impresión de que en “El asesino de los caprichos” hay otro Madrid, el de los coleccionistas de arte y gente de otros barrios mas arriba del Manzanares, con otra posición y otros intereses. Estará bien, no lo dudo y no puedo opinar porque no la he visto, pero me quedo con el Madrid de María Ruiz.

Resumiendo, que este chico, don Francisco de Goya y Lucientes ha dado y seguirá dando mucho, mucho juego.

Pilar Otano Cabo
Octubre 2019
Badajoz, España




El sueño de la razón
Berna González Harbour
Editorial Destino
2019
416 páginas

María Ruiz, la comisaria más atípica de la novela negra deberá enfrentarse a un crimen de inspiración artística. Una mujer de ley, fuera del sistema, en búsqueda de la verdad.

Berna G Harbour es escritora de novela negra y periodista. Según Paco Camarasa, una de los "9 novísimos" de la literatura negrocriminal española. Actualmente subdirectora del diario El País.